Ocho de los diez candidatos que contienden para ocupar cuatro puestos en la Junta de Gobierno de CCSF, se reunieron frente a un auditorio interesado en el debate organizado por New America Media. Photo Vivian Po; Courtesy New America Media

Ante la presión de competir por votos y frente a la inminente crisis de acreditación del City College de San Francisco (CCSF), ocho de los diez candidatos que contienden para ocupar cuatro puestos en la Junta de Gobierno, se reunieron frente a un auditorio lleno e interesado en presenciar el debate organizado el 8 de octubre por New America Media.

Aun cuando la mayoría de los candidatos discutió durante el debate respecto a los crecientes rumores de un posible cierre de esa institución con 77 años de historia, se hizo evidente el riesgo que enfrenta la universidad tal como existe actualmente.

“Tenemos dos problemas fundamentales”, dijo el consejero titular Steve Ngo, quien ha sido miembro de la junta directiva desde el 2009 y ahora, candidato a reelección. “No gastamos nuestro dinero correctamente, ni se toman decisiones de la manera apropiada—ambos factores están relacionados.”

Durante el debate, Ngo aludió que los administradores corruptos y los problemas estructurales han imperado por casi dos décadas y existido en la universidad mucho antes de que fuera miembro de la junta.

“Se ha producido un problema debido al ausentismo en la junta mucho antes de que fuera tal —ésta, desde antes de que yo llegara, otorgó dinero y poder”, dijo Ngo, al referir una existente “diferencia filosófica entre ciertas facciones” de la junta.

Al llegarse el momento en el cual los candidatos podían cuestionarse unos a otros, Ngo debatió contra la consejera Natalie Berg respecto a su postura de dar de baja una enmienda propuesta por él en el 2009, la cual requería a los administradores mejor pagados del CCSF una reducción salarial del seis por ciento. El dinero, según dijo, habría sido destinado al déficit presupuestario.

Por su parte, Berg, cuestionó el hecho de que el consejero Chris Jackson se negara a cobrar cerca de $400.000 dólares de deuda por estudiantes que aún no han pagado su matrícula. El dinero, dijo, podría ser utilizado para que no desaparecieran muchas de las clases en el CCSF.

“Es simplemente un cambio de política”, dijo Jackson, argumentando que resultaría más costoso contratar a una agencia de cobro que asegurarse de que los estudiantes paguen la matrícula antes de inscribirse. “No resulta conveniente, fiscalmente hablando, el perseguir a los estudiantes que no hayan pagado”.

Luego Berg, quien ha colaborado en la junta desde 1996, y Rodrigo Santos, un ingeniero estructural —ambos candidatos a la reelección— ofrecieron otorgar a la escuela sus estipendios mensuales que ascienden a $500.

En tiempos de crisis
El qué llevó exactamente a la mayor institución pública de California para la educación superior al borde de la quiebra, resultó ser un tema delicado durante el debate.

El CCSF ha estado bajo escrutinio severo en los últimos meses luego de que una auditoría realizada por la Comisión de Acreditación para los Community and Junior Colleges, revelara violaciones operativas y financieras en su operación interna. La Comisión publicó un listado con catorce propuestas de mejora que la escuela debe cumplir antes del 15 de marzo a fin de mantener su acreditación y financiamiento.

La universidad presentó el 15 de octubre un plan de acción en donde evidencia los cambios realizados.

“Si perdemos nuestra licencia no podremos obtener ayuda financiera para nuestros estudiantes”, explicó Ngo.

“Nada es demasiado grande a la hora de fallar”, añadió Hanna Leung, una abogada que espera ser elegida para la Junta.

Desde la publicación del informe, la escuela ha experimentado despidos, recortes drásticos en sus clases, licencias y hasta el cierre de dos de sus nueve campus.
“El City College ha perdido más de $53 millones en tres años —casi un cuarto de nuestro presupuesto—”, dijo Jackson.

Con el presupuesto actual de $186 millones, el CCSF recibe casi $8 millones menos de lo recibido en el pasado ciclo escolar.

“Parte de ello se debe a una crisis de financiamiento —hemos experimentado una completa falta de inversión en educación en su conjunto”, declaró Jackson.

Mientras esta falta de inversión estatal puede ser parte del problema, los recortes financieros no afectan exclusivamente al CCSF.

“Cada universidad ha experimentado recortes presupuestarios”, dijo Nanette Asminov, reportero de educación del San Francisco Chronicle, que sirvió como interrogador durante el debate y, quien señaló que, según informes de los revisores fiscales, pese a que no está en condiciones de hacerlo, el CCSF gasta más en personal que otras universidades .

De acuerdo con el informe publicado por la Comisión de Acreditación, el CCSF gasta el 92% de su presupuesto en salarios. En el pasado, los profesores de tiempo parcial recibieron beneficios como si fuesen de tiempo completo.

“Creo que el profesorado debería tener cobertura de seguro médico”, dijo Jackson. “Tenemos que apretar nuestros cinturones fiscales —no quisiera tener que sacrificar la cobertura por discapacidad”.

“No conozco de alguna institución en la que personal de tiempo parcial reciba ese tipo de beneficios”, dijo el nuevo candidato Amy Bacharach, un investigador de política pública que también alberga la esperanza de unirse a la Junta.

“Considero que esa área ha sido identificada, tras el resultado de un análisis profundo, como el compromiso financiero con el que poco nos hemos comprometido”, agregó Bacharach.

Mientras que algunos de los candidatos del gobierno saliente admitieron a regañadientes parte de responsabilidad, otros atribuyeron la culpa a las decisiones pasadas de los administradores ausentes, así como a una estructura de gobierno compartida “abajo-arriba” y al efecto que ha tenido recientemente la prensa negativa.

“Todos lo que hemos oído hablar del City College es negativo”, dijo Berg. “Seguimos apoyando a nuestros 90.000 estudiantes. Tenemos el primer equipo de fútbol americano de los Estados Unidos de América —Resulta difícil afrontar estos tiempos mirando únicamente los aspectos negativos.”

“Estamos a un paso de volvernos insolventes”, dijo Ngo. “Si bien, necesitamos hablar de las cosas buenas que están pasando [en el City College], tampoco podemos disfrazar la realidad.”

El College permanecerá abierto, pero tendrá que cambiar
Los candidatos contendientes intentaron encontrar nuevas soluciones a los problemas que se han manifestado en el sistema durante décadas. Todos coincidieron en que tienen que darse cambios que probablemente se traduzcan en reducciones adicionales a clases ofertadas.

“Yo estaría a favor de una mayor discreción en la forma en que cobramos”, dijo Bacharach. “Los recortes van a tener que hacerse de una manera muy meditada basados en datos y estadísticas.”

La mayoría de los candidatos coincide en que una forma de asegurar la responsabilidad fiscal es mediante una restructuración al plan de estudios de la universidad, así como la posibilidad de cobrar por las clases sin créditos o de “aprendizaje permanente”, o por medio de la transición de la escuela hacia un modelo de junior college en lugar de la del community college del pasado, todas ellas fueron discutidas seriamente como posibles opciones.

“Es un juego de suma cero. Si se opta por mantener las clases de aprendizaje permanente, ello representaría sacrificar otra cosa”, dijo Ngo, quien cree que este tipo de asignaturas debería ser eliminado por completo. “La elección no está entre un junior college o un community college, tenemos que centrar nuestro recurso financiero allí donde se encuentre la demanda.”

“El CCSF se encuentra en una situación crítica por lo que deben tomarse decisiones difíciles”, agregó el candidato Rafael Mandelman, abogado de los gobiernos locales y promotores de viviendas. “Esto significa salvar a la gente que necesita clases que les capaciten para la vida, y [esas clases] eso está probablemente relacionado con tener que ingresar a instituciones durante cuatro años, conseguir un trabajo, o bien, el aprendizaje de una segunda lengua”.

Para todos los candidatos, la generación de ingresos es una prioridad máxima que asegure el futuro de la escuela. En cuanto al presente, esperan que la Proposición A que aparece en la boleta electoral de noviembre, sea aprobada.

“Necesitamos incrementar nuestros ingresos”, dijo Leung. “La Proposición A es muy importante, pero hay que entender que la educación pública está siendo atacada”.
De ser aprobada la medida, aumentaría el financiamiento directo para la escuela al imponerse un gravamen parcial de 79 dólares al año durante ocho años.

Mientras tanto, los candidatos esperan obtener el respaldo de los estudiantes, señalando la importancia de llenar las aulas a pesar de que el futuro de la universidad sea incierto.

“El colegio no se cerrará, sin embargo, la pregunta es ¿a quién corresponde la toma de decisiones en el City College?”, dijo William Walker, consejero estudiantil sin derecho a voto cuando refiere que uno de sus principales objetivos es lograr que los estudiantes se inscriban para votar. “Quiero que todos en la ciudad sepan lo que estamos tratando de hacer para salvar a nuestra universidad”.

—Traducción Emilio Ramón

Caricaturas: Mike Reger & Río Roth-Barreiro

Traducción texto: Emilio Victorio-Sánchez