Nicaragua revivió fantasmas de 1931 y 1972 este pasado 10 de abril, con el impacto de un terremoto de 6.2 en la escala de Richter, seguido por otros dos de 6.7 y 5.6, tres días después.

El Instituto de Estudios Territoriales (INETER) en Nicaragua reportó 535 sismos entre el 10 y 21 de abril. Los temblores mantuvieron a las poblaciones de Nagarote, Mateare, Managua y ciudades a su alrededor, durmiendo por cinco noches consecutivas en las calles y parques como medida preventiva.

“Susto es poco… angustia y zozobra”, así describió Indira Ortega, habitante de Managua, el sentir general de la población. Se reportaron dos muertos, 231 casas colapsadas y 2.408 casas dañadas. El ejército de Nicaragua movilizó a 260 hombres que hicieron llegar ayuda a más de 2.295 evacuados.

Las comunidades de Mateare y Nagarote, ambas a escasos kilómetros de la capital, Managua, fueron las más afectadas por este nuevo golpe de la naturaleza.

El epicentro del sismo se registró a una profundidad de 10 kilómetros al sureste del Lago Xolotlán. Cabe señalar que las fallas que activaron este fenómeno, ubicadas en el mismo lago y pasando por los volcanes Momotombo, Momotombito y Apoyeque, son distintas a las fallas que destruyeron Managua años atrás.

Nicaragua, un país golpeado históricamente por desastres naturales. Sufrió un terremoto en 1931 que dejó aproximadamente 1.500 víctimas mortales, y en 1972 otro que mató a 20.000 personas.