La céntrica vía madrileña de San Bernardo era lugar de concentración de muchos manifestantes que se dirigían a la plaza de Sol. Foto Ángela Martín

El primer aniversario de la primavera del 15 de Mayo reforzó su presencia en las calles de Madrid. Hace un año en la capital de España se hacía eco de un movimiento social iniciado en las primaveras árabes, resonando hasta Estados Unidos, siendo movimiento precursor del Occupy Wall Street.

Pese a las previsiones negativas emitidas por los medios de comunicación, el espíritu del 15 M en verdad no consiguió doblegarse. Por una parte el hecho de que la capital estuviera acordonada por las fuerzas policiales por evitar la acampada en el centro de la ciudad, acto de protesta más simbólico, hizo mermar el espíritu quincemayista y por otra parte registrar un menor ímpetu de los indignados por tomar la calle.

Asambleas populares del norte de Madrid mostraban su apoyo en las protestas de aniversario del 15 M. Foto Ángela Martín

Un año después del 15 M, el paro juvenil en España sigue aumentando, la sanidad y la educación son los ejes del recorte económico del actual gobierno. La crisis avanza y el miedo a la intervención de la Unión Europea es síntoma de que al final España si sea intervenida por el amigo europeo y con las consiguientes medidas que tal intervención implanta al país al que se le ayuda. La juventud sin futuro, uno de los nombres de los colectivos que engrosan estas protestas, pidió de nuevo reivindicar derechos que parecen ser engullidos por la crisis.

Durante toda la mañana del 12 de mayo partieron asambleas y colectivos desde diferentes puntos de la capital. Movilizaciones de las asambleas de barrios del norte, sur, este y oeste desembocaron en la plaza del Sol, epicentro del 15 M. Días antes, la plataforma Democracia Real Ya, y otros colectivos afines mostraban en un plano las convocatorias de movilizaciones en los puntos clave de la geografía madrileña para informar a los que se quisieran sumar a la protesta.

A partir de las 6.30 pm en la glorieta de Ruíz Jiménez se aglutinaban las personas de las asambleas de los barrios del norte de la capital, convirtiéndose en una de las vías de concentración para entrar a Sol. Unión entre aquellos que llevaban todo el día sosteniendo sus pancartas, y la de aquellos que se unían para llegar a a las 7 pm a la concentración oficial de Sol.

La calle Preciados, núcleo comercial de Madrid se llenaba de indignados que tomaban este acceso para llegar a la Plaza del Sol. Foto Ángela Martín

Diferentes emblemas hondeaban en la trayectoria de los indignados que iban descendiendo la céntrica Calle de San Bernardo, lemas contra el pago de la crisis de los que menos las han generado, así como la disconformidad de que los gobiernos ayuden a la banca, como casos de rescates financieros a entidades bancarias en vez de a las personas. Reivindicar políticas a los gobiernos para proteger a los ciudadanos no ir en contra de los ciudadanos.

Pero las consignas que más se leían eran las contrarias a los ajustes económicos que afectan a la educación y a la sanidad, pilares del servicio público al ciudadano que se han visto alteradas económicamente. Muchas personas vestían camisetas verdes, que son el icono de las protestas contra los ajustes económicos de la educación pública.

Pasando la Plaza de Callao, alrededor de unos 30.000 manifestantes, según fuentes de la policía municipal, se concentraban en la calle Preciados para llegar a la Plaza de Sol, lugar donde el año pasado las protestas concluyeron con una acampada de más de un mes, en señal de indignación contra la situación del país.

La Plaza de Sol, emblema del movimiento y alma de las protestas. Foto Ángela Martín

Este año la acampada era objetivo de control por parte de las fuerzas de seguridad que acordonaron el corazón de la capital, demostrando tener el bastón de mando en estas protestas. Más de 35.000 indignados tomaron posición desde las siete en la Plaza de Sol, hora en la que se programó la concentración, y a las nueve de la tarde en símbolo de tomar la calle, lema con el que se identifica el movimiento, muchos se sentaron esperando la media noche, momento en el que se hizo el llamado Grito Mudo. Tras esta hora, unas 200 personas continuaron sentados en la plaza, aunque no se vislumbraba ningún atisbo de querer acampar, quisieron seguir la protesta con su presencia en la plaza. Pero a partir de las cinco de la mañana el desalojo de la plaza fue inminente y su acceso fue cortado por cualquiera de las vías de acceso a la plaza. Asediaban estas vías furgones policiales y cuerpos de la seguridad antidisturbios que restringían el paso al interior de la plaza.

En las siguientes jornadas hasta el propio día 15 de mayo, fecha del aniversario, hubo más concentraciones organizadas mediante asambleas, foros de discusión y protesta en todas las ciudades de España, pero sin llegar a montar el campamento que hace un año dio la vuelta al mundo.

La movilización sigue en pie, y aunque los grandes logros contra los deshaucios es un de los méritos más notorios del 15M, los medios de comunicación masivos ponen la tilde en la falta de entusiasmo de las protestas más que en recordar que la situación lejos de ser mejor ha ido empeorando. Prueba de ello son los dos bloques del ámbito público, sanidad y educación, ahora núcleo de las protestas de los principales sindicatos del país, que se ven perjudicadas ante los recortes en sus presupuestos.

Valencia abrió debate en su aniversario del 15M

El aniversario del 15 M en Valencia congregó a un centenar de personas en la Plaza del Ayuntamiento de la ciudad, que debatieron desde las 7.30 pm hasta bien entrada la noche sobre la crisis económica, la situación del mundo y sus posibles soluciones. Foto Ángela Martín

La Plaza del Ayuntamiento de Valencia sumaba a varias personas desde las siete y media de la tarde entorno a un corro se debatía la situación del país y del mundo. Una sentada que juntaba a indignados y a curiosos, donde se brindaba la oportunidad, a quien se acercara de emitir su juicio frente a los problemas que asume la sociedad española y la valenciana y presentar posibles soluciones. El descontento con el sistema económico mundial y la falta de un espíritu de cambio fueron temas que resonaban en un atardecer en la ciudad mediterránea que celebraba su aniversario de 15M de forma sosegada y tranquila al abrir el debate entre los ciudadanos.