David Campos se dirige a los asistentes a la reunión de miembros de la comunidad y autoridades públicas ‘Mission Peace Collaborative’ en la Escuela Secundaria Everett. Foto Justin Jach

Más de doscientas personas respondieron con entusiasmo al llamado de un colectivo de organizaciones comunitarias bajo el lema ‘Construyendo el plan para solucionar la epidemia de violencia en nuestra comunidad’ el pasado jueves 31 de enero en la Misión.

La iniciativa, denominada ‘Mission Peace Collaborative’, nació el otoño pasado como respuesta a cinco balaceras que ocurrieron en un período de apenas seis semanas en el que murieron cuatro jóvenes latinos.

“Nos estamos volviendo inmunes… Es inaceptable… Juntos podemos acabar con esto”, declaró Roberto Hernandez, activista comunitario promotor de la reunión que tuvo lugar en la escuela Everett Middle School.

Conforme a Hernandez, trece organizaciones sólidas con raíces en la Misión que trabajan con jóvenes latinos han perdido gradualmente subvenciones en los últimos años.

Entre las organizaciones que secundaron la iniciativa figuraron Latin Zone Productions, Community Response Network, CARECEN, Mission Beacon, Homey’s, Chalk, Mission Graduates, MNC Precita Center and Mission Girls, Arriba Juntos, PODER, Good Samaritan, Boys & Girls Club, Horizons Unlimited y Goodwill Industries.

Roberto Hernandez se dirige a los asistentes a la reunión de miembros de la comunidad y autoridades públicas ‘Mission Peace Collaborative’ en la Escuela Secundaria Everett. Foto Justin Jach

La velada comenzó con la intervención de la anfitriona Valerie Tulier, directora de la organización Mission Beacon, y una breve ceremonia en la que se quemó incienso para atraer buena energía entre los congregados.

Entre los asistentes —activistas políticos de la Misión, directores de organizaciones con larga tradición en la comunidad y autoridades públicas— se apreciaba un sentimiento solidario, así como sintonía con las autoridades en estas fases iniciales de planificación.

Hernandez abrió el debate mencionando cómo no funcionaron ninguna de las cosas que se hicieron para paliar la violencia en el pasado. “Es inaceptable que la alcaldía haya gastado 3,7 millones de dólares para poner 30 nombres en una lista”, dijo refiriéndose al ‘gang injunction’ que se introdujo en el 2007 y limitó a una serie de individuos su libertad de acción en un amplio área de la Misión.

Ross Mirkarimi, alguacil de la ciudad, habló durante su intervención sobre cómo “deberíamos ser más dinámicos en lo que se refiere a las alternativas que tenemos para ofrecer”. Mientras que el Supervisor David Campos, representante en la alcaldía del barrio de la Misión, destacó lo pionero que supone reconocer la violencia como un problema de salud pública que “tiene que ver con la vivienda, espacios para la recreación, educación pública, oportunidades económicas…, no se ha hecho en ningún otro lugar.”

Tras una ronda de aplausos estilo ‘chicano clap’ para subir la energía del grupo, los asistentes se dividieron en varios comités, cada cual liderado por un coordinador, para debatir respecto a distintos aspectos de salud pública: educación, empleo, desarrollo económico, religión, inmigración, vivienda, recreación, cultura y política.

Conforme a Hernandez, planes pasados no prosperaron por desinterés político, como sucedió con el programa ‘Real Alternatives Program’, una alternativa para la cultura de la calle durante los años 80, el ‘Plan Esperanza’ durante el mandato del alcalde Willie Brown y el plan exhaustivo propuesto por Jim Queen durante el mandato de Gavin Newsom.

Anecdóticamente, los organizadores se disculparon por haber olvidado incluir al comité de jóvenes en el programa impreso que se distribuyó entre los asistentes. Los jóvenes, ovacionados por los presentes, aprovecharon para expresar su preocupación por la proliferación de licorerías en el barrio y por la violencia presente en los medios sociales y publicitarios.

El ‘Mission Peace Collaborative’ extendió su invitación a todos los miembros de la comunidad a participar en este proceso de planificación para erradicar la violencia en la Misión.

“Con la ayuda de todas las organizaciones de la comunidad, encontraremos una estrategia a largo plazo”, dijo Campos. “[Es importante] colaborar para prevenir la violencia antes de que suceda y tener una actitud pro-activa para prevenir que los jóvenes se metan en problemas”.

“Cada uno de ustedes va a ser parte de un proceso de planificación, un plan a cinco años”, dijo Hernandez.
La próxima reunión del ‘Mission Peace Collaborative’ será el 28 de febrero en la escuela Everett Middle School, 450 Church St., de 6 a 8 de la tarde.