Guillaumo Salazav, voluntario del programa ‘Asistencia alimentaria para inmigrantes’. Nov. 11, 2013. San Francisco, Calif. Photo Lavinia Pisani

La mayoría de los muchos admiradores del recién restaurado y majestuoso mural ‘Maestra Peace’ que adorna la fachada del Edificio de las Mujeres en la Misión, no es consciente de los valiosos servicios sociales que se ofrecen al interior del edificio.

Cada lunes, de 9:45 a 11 de la mañana, tiene lugar un mercado de agricultores en la segunda planta del edificio, en una sala llena de luz denominada Aubre Lorde. Una docena de voluntarios latinos y chinos abren cajas repartiendo fruta, verduras, hortalizas, arroz, huevos y muchos más productos frescos a unos 200 inmigrantes.

Este mercado se ha estado llevando a cabo durante cinco años. El objetivo del programa denominado ‘Asistencia alimentaria para inmigrantes’ (IFA por sus siglas en inglés), es “suplir las necesidades de una comunidad inmigrante multicultural, prestando servicios que de otro modo ellos no se podrían permitir”, según dice la página web del Edificio de las Mujeres.

La Despensa del Edificio de las Mujeres históricamente ha ofrecido sus servicios a la comunidad de la Misión, conformada en su mayoría por latinos. Hoy
en día, sin embargo, el programa de alimentos asiste a también una mayoría de personas de origen chino que pueden vivir, o no, en el barrio.

“Mi misión y mi objetivo es prestar servicios a nivel local y si tradicionalmente ha sido a inmigrantes latinos […] quiero llegar a más”, dijo Acacia Woods- Chan, coordinadora del programa IFA.

El programa es uno de los muchos bancos de alimentos que ofrece la ciudad de San Francisco. Sin embargo, tiene algo diferente.

No sólo proporciona alimentos, sino que también aprovecha para informar a los inmigrantes acerca de nutrición, salud y muchas más cosas. Por ejemplo, Olivia DeGracia, coordinadora de alcance comunitario que informa sobre las elecciones, asistió a la despensa el pasado 21 de octubre y explicó a los inmigrantes sus derechos como electores.

El programa IFA también tiene que ver con la comunidad. “Quiero ayudarlos y así vivir con una sonrisa”, dijo Margarito Real, encargado de distribuir alimentos. Los participantes en el programa valoran el trabajo de los voluntarios.

“Mi experiencia es maravillosa”, dijo la nicaragüense Mari Zamora, quien participa en el programa. “[Los voluntarios] son amables y me tratan bien”. Zamora cocina con los alimentos de la despensa y otros se los da a sus hijas, que actualmente están desempleadas.

La despensa también está bien organizada.

Cada seis meses es día de inscripción. La próxima será el 28 de abril. La intención es cambiar los intervalos de tiempo en los que los participantes reciben comida, ya que siempre hay más demanda que oferta. “Son puntuales, tienen buenos modales”, dijo Dilip Saha, de Bangladesh, quien lleva cuatro años participando en el programa.

La comida es donada por el Banco de alimentos de San Francisco. El 25 de noviembre de 2013, IFA recibió más de 8.000 kilos de alimentos. La calidad
siempre prima, pero a veces no seda. “La última vez que recibimos chiles verdes olían muy mal, así que no los pudimos repartir”, dijo Woods-Chan.

 —Traducción Alfonso Agirre