Protesta en contra de la guerra en el décimo aniversario de la invasión de Afganistán. Anti-War protest marking the 10-year anniversary of the invasion of Afghanistan in San Francisco, Oct. 6, 2012. Photo Melanie Guilbault

Desde el 2005, El Tecolote ha publicado una actualización del número de fallecidos en los conflictos armados de Irak y Afganistán.

En aquel entonces, nos pareció importante contabilizar las vidas de soldados del ejército de los EEUU perdidas en esas guerras.

Ocho años después, si bien aún nos parece vigente el informar acerca de estas muertes, lo parcial y arbitrario de la cifra nos plantea dilemas éticos que nos llevan a cesar su publicación.

El número que publicamos no incluye muertes de civiles, ni contabiliza los heridos —física o psicológicamente. Tampoco refleja el problema mayor: el negocio de la guerra y el complejo militar de los EEUU.

Las muertes de iraquíes como consecuencia de la invasión estadounidense ascienden a un millón y medio, frente a 4.500 soldados muertos, esto según información ofrecida en el sitio web Justforeignpolicy.org.

El índice de veteranos de guerra afectados por el síndrome de estrés postraumático se ha disparado, superando al de fallecidos en el campo de batalla. Entre enero y junio de 2012 hubo 154 suicidios entre las tropas estadounidenses, casi uno diario, mientras que murieron 124 en combate en Afganistán, conforme al periódico New York Times.

Como sucedió con la guerra de Vietnam, la guerra está entre nosotros, traducida en problemas mentales, drogodependencias, entre otros males que aquejan a los ex-combatientes. La semana pasada se dio el caso de un veterano originario de Pacifica que mató a tres de sus compañeros en Virginia durante un entrenamiento.

Desde que Barack Obama se incorporara a la presidencia en 2009, el concepto tradicional de guerra, soldados y campo de batalla se está evanesciendo. Bases de operación en Afganistán, Irak, Pakistán, Yemen, Libia, Somalia, Turquía, Italia, Arabia Saudí, Cátar, Emiratos Árabes Unidos, Filipinas y, más recientemente Níger, envían aviones teledirigidos sin tripulación para lanzar misiles o identificar objetivos para que otros se encarguen de matar. Aviones espía U-28 tripulados por empresas privadas pagadas por el gobierno de EEUU sobrevuelan Irán, militares estadounidenses entrenan a rebeldes sirios en Jordania.

Los EEUU es un país cuya naturaleza está estrechamente ligada al negocio de la guerra. A medida que se cierra un nuevo ciclo de declaración de impuestos, debemos saber que actualmente casi la mitad de nuestros impuestos están destinados al complejo militar, un total de $1.355.000.000.000 (1,355 miles de millones de dólares) anuales.

Hasta la fecha han muerto 2.178 soldados estadounidenses luchando en Afganistán. Y ahí vamos a dejar de contar. En su lugar, publicaremos contenido que promueva una sociedad menos militarizada.