Profesores y partidarios protestan afuera del Teatro Diego Rivera del City College por el incremento a los pagos que la administración ha establecido y la cancelación de clases. Foto Santiago Mejia

Estudiantes, profesores y empleados del City College de San Francisco, se dieron cita este jueves 6 de febrero en el campus Ocean para atender a un encuentro con el ‘Chancellor’ de esta institución, Arthur Q. Taylor.

La lluvia no contuvo la pasión ni los gritos de alrededor de 150 participantes, quienes se dieron cita a las 8 de la mañana en el Teatro Diego Rivera para protestar y compartir con los participantes su malestar por la administración del señor Taylor, al frente de la institución desde el pasado 1 de noviembre.

Mientras la lluvia caía cada vez con mayor intensidad, los participantes levantaron sus pancartas con frases como ‘They say take away. We say no way’ o ‘Fund education not administration’. El agua, la mañana y las ganas de salvar esta institución, parecían fortalecer poco a poco a cada uno de estos individuos.

Entre los participantes se encontraba Alisa Messer, Presidente de AFT 2121, sindicato que representa a los docentes del CCSF. Messer reconoció el sentimiento general de preocupación entre la comunidad.

“La gente está nerviosa y asustada”, dijo Messer. Recalcando la excelencia en la educación de esta institución, y realizó un llamado de esperanza a la comunidad: “Hay grandes esperanzas para este año nuevo. Queremos un City College para muchos años”.

Uno de los malestares mayores entre los participantes ha sido el ajuste salarial hecho por Taylor, al recortar el 5% de los sueldos en toda la institución, incluyendo docentes y empleados en general. Mientras tanto, los maestros le hacen ver la dificultad de vivir en una ciudad como San Francisco, las 124 clases que se han recortado este semestre, y el 15% en la reducción de estudiantes en la escuela.

De acuerdo a las cifras, 26.217 estudiantes se registraron para este semestre de primavera 2014, en comparación con los 31.299 registrados hace un año.

Actualmente Taylor recibe un salario de $285.000 anuales; como él mismo reconoció ante la intervención de uno de los participantes en la conferencia, un recorte del 5% en su salario salvaría al menos 100 clases.

“Yo soy dueño de los errores de esta institución. Y no voy a tratar de huir de ellos”, reconoció Taylor, mientras justificaba también sus acciones y explicaba a los presentes que todas sus decisiones han sido en el bien de la institución.

“Estoy aquí porque me importa, pero eso no quiere decir que no voy a tomar decisiones duras”.

Transmitir el sentir de muchos estudiantes fue el objetivo de Martin Madrigal, miembro de la Asociación de Estudiantes, quien cuestionó fuertemente la política de Taylor al considerar que la accesibilidad a la institución está más difícil que nunca, sobre todo para estudiantes indocumentados.

Madrigal confirma conocer a estudiantes que han tenido que abandonar la escuela debido a su estatus migratorio y el sentir de la falta de apoyo de esta institución hacia ellos.

“No estoy contento con el discurso de Taylor porque solo daba posibilidades y no planes realistas”, dijo Madrigal, molesto, realizando un llamado al cuerpo estudiantil en general para formar una unión sólida. “Muchos estudiantes no saben nada, y solo vienen a clases y es todo lo que les importa. Debemos apoyarnos unos a otros”.

A pesar de las críticas de los presentes, la administración actual del CCSF pública el éxito de proyectos como su campaña publicitaria para este semestre que acaba de empezar.

Se calcula que dicha campaña costó alrededor de $503.309 y ha generado ganancias a la institución de hasta $4.600.000. Pese a ello, parte de la situación económica actual del CCSF refleja no haber tenido un mayor número de estudiantes registrados.

Cada 16 unidades registradas con créditos puede representar a la institución un máximo de hasta $4.632 en subsidios estatales, mientras por cada 16 unidades sin crédito, esta cantidad puede llegar a los $2.745.

Para la esperanza de miles de personas, hay muchos frentes luchando por el futuro del CCSF y tal como reconoce Wendy Kaufmyn, Instructora de ingeniería, el objetivo es “mantener un City College para la comunidad”.