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El artista de San José, Samuel ‘Sam’ Rodríguez, ha estado pintando casi todos los días durante dos meses para dar vida lo que él llama su serie de sesiones ‘Tipos: Caras de la Misión”, a inaugurarse el 3 de junio en la Galería Juan R. Fuentes de Acción Latina, una exposición que demostrará quién es él como artista.

‘Caras de la Misión’ no es sólo una celebración de las artes locales en el área de la bahía, sino también una continuación del intercambio que por décadas se ha dado entre San Francisco y San José, en un momento en que ambas ciudades enfrentan la gentrificación y el desvanecimiento cultural. El espectáculo será el primero que Josué Rojas supervise de principio a fin, desde que asumió su cargo como director ejecutivo de Acción Latina —en marzo de 2017— y desde la conversación inicial, se ha mantenido un ambiente como de familia que se reúne, el de un club de coches, o como una reunión informal de grafiti.

Rojas y Rodríguez se conocen desde hace más de 15 años y comparten un trasfondo al haberse expuesto e iniciado al arte en las calles, para posteriormente recibir educación formal y trabajar profesionalmente en esta área.

Para llegar a la serie de nueve pinturas que componen la exhibición, Rodríguez y Rojas caminaron por el Distrito Cultural Latino Calle 24. Se encontraron con dueños de negocios, vendedores callejeros, gente en las paradas de autobús, antiguos escritores de graffiti y niños, y se conectaron con ellos para penetrar en el alma de la Misión.

“Los aborda como reales, delicadas y profundas investigaciones”, dijo Rojas al referirse a Rodríguez. “Y es capaz de dar a estas diferentes figuras representaciones dignas”.

Rodríguez dijo que el corazón de la Misión es un faro para el resto de nosotros en el Área de la Bahía, como un lugar designado para los latinos donde se registra y conserva la historia.

“Por la gente que está allí, es por eso que están tan heridos, por la gentrificación, porque sin ellos solo tienes lugares bonitos, pero sin alma”, dijo Rodríguez.

Debido a que las cosas siempre están cambiando y desapareciendo, y puesto que algunos de los elementos de las historias de vida que aparecen en las pinturas no fueron capturados en fotos o videos, Rodríguez está presentando una documentación alternativa de personas, que de otro modo no serían reconocidas en este momento en la Misión.

Este espectáculo es el primero de su tipo para Rodríguez, ya que la ubicación es específica y no había nada premeditado sobre su contenido. A través de esta colaboración ha habido una convergencia de experiencias e intereses del artista, llevándole, finalmente, a completar el acercamiento a su arte que ha estado buscando.

“Siempre he tenido interés hacia el periodismo, en la identidad de las personas, en cómo perciben su entorno, pero nunca lo había especificado hasta ahora”, dijo el artista y agregó que esta fue también la primera vez, a pesar de años de trabajo, que ha sentido confianza mientras pintaba: “Fue todo instinto y sentimiento. Para esto fui hecho”.

Sam Rodriguez en su estudio el 12 de mayo, donde ha estado trabajando en la creación de Caras de la Misión, una exhibición en la Galería Juan R. Fuentes. Foto: Jean Melesaine

El trabajo de Rodríguez es una mezcla de retratos, que están sueltos, y letras con un montón de formas limpias y bordes afilados.

“Solía hacer grafiti y ni siquiera lo consideré arte”, dijo. “Luego fui a la escuela y me expuse a la historia del mundo y me ayudó a ver cómo lo que hago se aplica al contexto más amplio”.

Rodríguez ha dedicado los últimos años a colocarse intencionadamente dentro de un contexto global. Para 2015 sentía que había descubierto su intención, y pasó 2016 desarrollando mejores y repetibles formas de hacerlo.

Ahora, en 2017, Rodríguez afirma: “Me siento feliz cuando trabajo, como lo que solía sentir cuando hacía grafiti. Solía ​​divertirme porque no tenía que pensar en ello”.

El método que ha seguido con ‘Caras de la Misión’, es algo que dice, puede aplicar al resto del trabajo que crea porque el contenido es interminable. Así como la inspiración para dicha exposición vino de compartir experiencias y conversaciones, Rodríguez puede recordar muchos de esos momentos en los que aprendió o se inspiró en personas que ha encontrado.

“Nunca me di cuenta de que era yo quien debía hacer algo con eso. Que debería estar haciendo mis pinturas sobre esas cosas”, comenta.

Estas pinturas serán al menos un punto de partida para que la gente en el futuro profundice y se introduzca en el momento.

Para Rojas, esta experiencia es una extensión de la solidaridad que la comunidad chícana y la comunidad mexicoamericana han tenido con los centroamericanos en San Francisco, creando una comunidad en la Misión. “Me siento obligado a continuar ese impulso y compromiso con nuestra experiencia como latinos, aún más en estos días tan oscuros que pueden llegar, tenemos que seguir dejando que nuestra luz brille y sacar lo mejor de nosotros”, dijo Rojas.

Música, poesía y ser escuchados en la arena política son puntos clave para hacer brillar nuestra luz, dijo Rojas. “Cuando ves el arte de Sam y el arte de la Misión, te da valor para enfrentar nuestras realidades”.

“Este será un momento no sólo de celebración”, continuó, “sino también de curación, ya que los latinos en ambas ciudades realizan sus experiencias similares y comparten esta solidaridad al cambiar la narración de la gentrificación”.