Las trabajadoras domésticas de San Francisco —que asumen la responsabilidad de atender algunas de las necesidades más básicas y necesarias de quienes requieren más ayuda— tendrán por fin igualdad de acceso a la licencia remunerada por enfermedad. 

La supervisora del Distrito 9, Hillary Ronen, en colaboración con la Coalición de Trabajadoras Domésticas de California, presentó el 26 de octubre una ley que daría a las trabajadoras domésticas el mismo acceso a la licencia por enfermedad con sueldo. La iniciativa de ley —que fue patrocinada por ocho de los once supervisores— fue aprobada por la Junta de Senadores el 14 de diciembre y entrará en vigor a principios de 2022.

Aunque estas trabajadoras son conocidas por cuidar y ocuparse de las responsabilidades de los demás, la cuestión durante mucho tiempo ha sido qué ocurre cuando enferman o necesitan cuidar de sus seres queridos. «Las trabajadoras domésticas son la columna vertebral de nuestra economía y hacen que nuestra ciudad funcione», dijo Ronen. «Esta legislación es la primera de su tipo en la nación, y proporcionará tranquilidad a miles de trabajadoras domésticas al saber que si se enferman o necesitan ir al médico pueden acceder fácilmente a su tiempo libre remunerado ganado y no enfrentarse a la inseguridad financiera».

Empleadas como las limpiadoras del hogar, las niñeras y las cuidadoras desempeñan un importante papel en la estructura social y económica de San Francisco. Y como cualquier otro trabajador de San Francisco, ahora tienen derecho a la licencia por enfermedad remunerada. Por desgracia, muy pocas podían acceder a estas prestaciones debido a sus horarios esporádicos para múltiples empleadores individuales. «Esto será un paso muy grande, un paso histórico para la industria de las trabajadoras domésticas», dijo Kimberly Alvarenga, directora ejecutiva de la Coalición de Trabajadoras Domésticas de California. «Creo que sería un impacto enorme en las vidas de todas estas mujeres inmigrantes que vienen a este país y trabajan tan duro para tener una vida decente y para ellas y sus hijxs». 

Wendy García, una salvadoreña que se dedica a la limpieza de casas en San Francisco, ha pasado por muchas dificultades en el trabajo, sobre todo relacionadas con el hecho de no poder tener una licencia pagada por enfermedad. «Un día me sentí muy mal y no pude ir a trabajar, hablé con mi empleadora para ver si podía tomarme el día libre para ir al médico y automáticamente me rechazó, me despidió», dijo García. 

“Después fui al médico y descubrí que estaba embarazada, así que me encontré en una situación de desempleo y embarazo». Estando embarazada y con otro hijo en casa, García tenía que ir a trabajar. «A veces me sentía mal, pero tenía que ir, en algunos casos extremos no iba, pero como no conocía la licencia remunerada, no me pagaban». Ahora que trabaja para diferentes empleadores, García ve esperanza en esta posible ordenanza. «Esta nueva ordenanza me beneficiaría mucho, porque así cuidaría más a mis hijos, si en algún momento, Dios no lo quiera, uno de mis hijos vuelve a enfermar, podría tener ese tiempo para contar con ellos».  

Santiago Lerma, ayudante legislativo de Ronen, explicó que la ordenanza, a través de la Oficina de Fuerza de Trabajo y Desarrollo Económico de la Ciudad, crearía una aplicación con una cuenta para que las trabajadoras domésticas puedan llevar un registro de las horas trabajadas cuando se muevan entre trabajos y múltiples empleadores. Las trabajadoras y los empleadores tendrán acceso a la aplicación, que calculará la cantidad de dinero a depositarse en un fondo de bajas por enfermedad, que estaría disponible para el trabajador cuando lo necesite.

Martha Garrido, de Perú, trabaja como limpiadora de casas y cuidadora de personas mayores; una vez, se lesionó en el trabajo. «Una vez me resbalé en la casa donde trabajaba y me rompí la mano», dijo Garrido. «Mi jefe me llevó al hospital y estuve con una escayola durante un mes y medio. Durante esos días que no trabajé, no recibí ningún pago, por lo que después de dos semanas tuve que volver a trabajar». 

Guillermina Castellanos, cofundadora y directora de La Colectiva de Mujeres, afirma que hay más de 300 mil trabajadoras domésticas en todo California, y la mayoría de ellas no conocen sus derechos: “Llevamos años luchando por esto, desde que se fundó la coalición», dijo Castellanos. «Esta ha sido siempre la visión, las trabajadoras del hogar merecen una baja por enfermedad pagada porque es un derecho humano, como cualquier otro trabajador, es hora de empezar a crear un cambio». 

Evelin Alfaro, una limpiadora de casas de origen guatemalteco, recuerda haber ido a trabajar en múltiples ocasiones sintiéndose enferma: «He trabajado con dolor de cabeza, con el estómago revuelto. Siempre pienso que mi jefe se puede molestar. No podemos predecir cuándo nos vamos a enfermar, a veces ocurre de un momento a otro, pero vamos a trabajar por el miedo a perder el empleo y no tener esos ingresos tan necesarios».

Durante la pandemia, los robos de salarios y los despidos injustificados aumentaron en esta industria laboral, según Castellanos. Las trabajadoras domésticas que no pudieron trabajar tras contraer el COVID-10 no recibieron ingreso alguno por enfermedad durante su cuarentena. “Durante la pandemia muchas dejamos de trabajar por el COVID, y durante todo ese tiempo no recibimos nuestro salario», dijo Alfaro.

En San Francisco trabajan aproximadamente 10 mil asistentes domésticxs, niñeras y limpiadores de casas. Más del 85% son mujeres, la mayoría de ellas latinas, asiáticas y de las islas del Pacífico, y más del 70% son inmigrantes, según un informe de 2020 del Centro de Postgrado de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY, por sus siglas en inglés).

Para ayudar a explicar la ley a sus empleadores, trabajadores como García, Alfaro y Garrido presentarán una carta proporcionada por la Oficina de Aplicación de Normas Laborales, según Lerma, «explicando al empleador sus obligaciones y cómo funciona este programa».