Nota del editor: Los nombres que aparecen en esta historia fueron cambiados para proteger la identidad de las fuentes. 

Trabajadores sexuales del área de la bahía y grupos de defensa se reunieron en el Ayuntamiento de Oakland el 13 de septiembre para protestar pacíficamente contra la Ley Earn it (Eliminando el abuso y la negligencia desenfrenada de las tecnologías interactivas de 2020), un proyecto de ley nacional que ampliará la responsabilidad de las plataformas digitales para solicitar sexo. Los manifestantes, entre los que se encontraban miembros de Apoyo a los Trabajadores del Área de la Bahía, Lucha por el Futuro, Hacking/Hustling, también llamaron a la candidata demócrata a la vicepresidencia, Kamala Harris, y a los otros políticos que votaron para aprobar el proyecto de ley.

Los críticos afirman que la ley —que abarca la prevención, identificación, notificación, clasificación por edades y las prácticas entre los sitios web y terceros, incluido el sexo en Internet— en realidad convierte al trabajo sexual más peligroso. 

Actualmente, las empresas y plataformas de Internet están deslindadas de la responsabilidad de lo que los usuarios publican. De aprobarse dicha ley, los sitios web que permiten a los usuarios solicitar sexo, tendrán que evaluar su responsabilidad por tener contenido relacionado con la industria del sexo, lo que hará más difícil que los trabajadores sexuales utilicen sitios web de terceros para conseguir trabajo. La posibilidad de solicitar sexo a distancia es una herramienta inestimable para que los profesionales del sexo puedan filtrar clientes potencialmente peligrosos a distancia desde la comodidad del hogar.

“Sin plataformas online, básicamente estás poniendo a la gente en la calle y haciendo más difícil que alguien tenga más recursos”, dijo Nala, una trabajadora del sexo que participó en la protesta. “Las plataformas en línea se muestran mutuamente cómo anunciarse de forma segura y cómo encontrar a las víctimas de la trata, así como cómo ayudar a las personas que pueden estar en una situación de riesgo”.

La Ley Earn it fue impulsada bajo el disfraz de la lucha contra el tráfico de menores, ampliando la Ley Sesta/Fosta de 2018, que enmendó la Ley de Comunicaciones de 1934 para dificultar a los trabajadores sexuales encontrar trabajo en las plataformas en línea. Es un proyecto de ley que Harris también apoyó con entusiasmo, y la cual eliminó plataformas enteras utilizadas por las trabajadoras sexuales como Backpage Ad.

Presentado como una forma de ayuda a las víctimas del tráfico de menores, Ley Sesta/Fosta tuvo un gran impacto en los trabajadores sexuales y está lejos de ser olvidada por ese sector laboral.

“La Ley Earn it es una prueba de que algunos miembros del congreso no prestaron atención al resultado de Ley Sesta/Fosta, o no les importó a quién perjudicaba ese proyecto de ley”, dijo Kate D’Adamo, una activista por los derechos del trabajo sexual y compañera de Reframe Health and Justice. “Earn it utiliza las mismas tácticas fallidas de Sesta y sólo profundizará y extenderá los mismos resultados”. 

Lo que molesta a D’Adamo de Earn it no es sólo la forma en que utiliza el mismo enfoque fallido de ampliar enormemente la responsabilidad de las plataformas, sino el impacto que tendrá en las comunidades marginadas mas no en las que causan el daño. De acuerdo con D’Adamo, dicha ley replica el enfoque de Sesta/Fosta para ignorar el ángulo preventivo de la lucha contra el abuso infantil y el tráfico sexual, y centrarse en medidas punitivas estrictas a los sitios web. Al igual que en aquella, Earn it falla en diferenciar entre el tráfico sexual y el trabajo sexual consensual.

D’Adamo cree que la inversión en la prevención del abuso infantil sería una mejor manera de enfrentar la trata de menores. En cambio, al igual que Sesta/Fosta, “el congreso ha tirado la toalla en la prevención cuando las respuestas están frente a nosotros”, dijo D’Adamo. “La prevención del abuso infantil no es un misterio, es un proyecto con una preocupante falta de fondos. Lo encuentro horroroso. Y al igual que Sesta, Earn it va a hacer más daño que beneficio”.

Aún más preocupante es el enfoque del proyecto de ley de ir tras las plataformas que alojan contenidos, porque proporciona al gobierno nuevas herramientas que podría utilizar para censurar o invadir la privacidad de las personas.  

“Creo que las trabajadoras sexuales son el canario en la mina de carbón cuando se trata de la privacidad y la seguridad en Internet”, dijo Stevie, una trabajadora sexual que también estuvo en la manifestación. “La ley Earn it  básicamente va a tomar la Internet tal como la conocemos y cambiarla. Ahora las empresas de Internet como Instagram, Twitter y Facebook van a ser responsables de lo que publiquen, así que lo que va a pasar es que esas compañías van a empezar a tomar medidas enérgicas sobre el contenido y eso afecta a todo el mundo. Va a ir más allá de las trabajadoras sexuales”. 

Nala y Stevie también están preocupados por la forma en que dicho proyecto de ley ataca la encriptación, que es vital para mantener la privacidad del usuario en línea.

En un artículo publicado justo antes de su aprobación, Joe Mullin, analista de políticas de Electronic Frontier Foundation, una organización sin fines de lucro del área de la bahía dedicada a “defender las libertades civiles en el mundo digital”, publicó que la ley fue escrita originalmente para dirigirse a los sitios web que utilizan una encriptación ‘de principio a fin’, que ha sido durante mucho tiempo un objetivo de las fuerzas del orden. 

El Fiscal General William Barr ya ha declarado públicamente que “la encriptación es un riesgo para la seguridad”. Aunque Earn it fue enmendada para desalentar la selección de sitios sólo por utilizar esa encriptación, Mullin sostiene que el lenguaje utilizado todavía deja una puerta abierta para su “litigio una y otra vez, en los tribunales de todo el país”.

“Internet es un espacio de libertad de expresión y de información. Con esta nueva ley, eso desaparecerá por completo”, dijo Stevie, quien quiso dejar claro que el argumento presentado por la ley de la amenaza a la privacidad, no protegerá a las víctimas del tráfico sexual y de hecho sólo hará la vida de las trabajadoras sexuales mucho más difícil. 

“Comencé como trabajadora sexual cuando tenía 18 años por elección y también las trabajadoras sexuales que hacen trabajo sexual por necesidad o pobreza son completamente válidas, no estamos separadas”, dijo Stevie. “Pero creo que existe la idea de que todos los que hacen trabajo sexual están siendo abusados. No lo somos. Soy un adulto que ha consentido en hacer trabajo sexual por casi ocho años. Elijo hacer esto”.