Durante los últimos doce años, la obra que Alicia Cruz crea para el Día de los Muertos en SOMArts, ha puesto en relieve temas como el rechazo a la frontera, el trauma intergeneracional y la separación de las familias. Con su experiencia como terapeuta, produce arte interactivo desde la perspectiva de la salud mental, priorizando y destacando la curación personal, familiar y comunitaria.


Este año, sin embargo, con la la COVID-19 afectando desproporcionadamente a la comunidad latina en San Francisco y protestas que el Movimiento Black Lives Matter a dirigido a nombre de las víctimas de la brutalidad policial como George Floyd, Breonna Taylor y Sean Monterossa, este Día de los Muertos fue una celebración especialmente importante para aquellas víctimas de la injusticia.


Mientras Cruz planeaba la instalación artística de este año y el adecuado abordaje de estos temas, la añadida problemática generada con la COVID-19 le hizo cuestionarse cómo el proyecto podría transformarse y satisfacer las necesidades de la comunidad y, al mismo tiempo, garantizar su seguridad.


“¿Cómo expresar mis opiniones y mi solidaridad durante una pandemia?, pensé. Crearé una marcha”, explicó. Fue así como el 1 de noviembre, organizó una marcha infantil en Holly Park, en honor al movimiento Black Lives Matter, para lo cual diseñó sus propios letreros en los cuales destacó varios asuntos.

Como parte de su obra de arte y organización de la marcha, creó 150 carteles, para que los participantes no tuvieran que traer los suyos. Con colores brillantes y listones conmemorativos del Día de los Muertos, Cruz pensó aligerar el peso de los temas que su obra expone mediante la energía que representa esta festividad. Ella considera que los carteles utilizados en las protestas, a la vez que son incisivos, pueden carecer de profundidad al abordar problemas sistémicos profundamente arraigados como la injusticia racial, la colonización, el lucro existente en el sistema carcelario y la brutalidad policial.


Esta artista y terapeuta dedicó mucho tiempo investigando la historia de los diferentes movimientos de derechos civiles en los EEUU para la elaboración de los carteles. Varios hablan de la Gran Migración de Negros del sur al norte a principios del siglo XX, y de la injusticia racial a la que se enfrentaron no sólo en el sur, sino también en el norte, entre otras varias injusticias históricas en este pais.

La terapeuta y artista Alicia Cruz el viernes 9 de octubre en el Holly Park, con carteles que ella y sus hijos crearon para la próxima marcha Blacks Lives Matter que está organizando con niños del vecindario. La artista considera que cuando los niños son expuestos a problemas de injusticia desde temprana edad, estarán mejor capacitados para reconocer sus privilegios y lidiar con el trauma como adultos. Foto: Mabel Jimenez


Respecto a la injusticia racial, Cruz señala que la gente de color, específicamente los negros, no se pueden dar el lujo de ignorar el racismo, ya que es parte de su experiencia. Centrándose en las diferencias en la socialización de los niños negros y morenos en comparación con los niños con privilegios, Cruz hace hincapié en que a los niños negros y morenos se les ha enseñado desde una edad temprana a cómo responder ante la preesncia de la policía, y cómo dirigerse con la gente de las zonas ricas y a pedir disculpas ante cualquier perturbación, a fin de mantenerse a salvo.
Ella sugiere que así como los padres de familia negros y morenos se sientan a conservar con sus hijos sobre el racismo y las formas en que pueden ser atacados, los padres de familia e hijos blancos y ricos deben considerar los privilegios que tienen. La marcha organizada por Cruz en conmemoración del movimiento Black Lives Matter se centró en los niños, y fue llevada a cabo específicamente el primer día del mes, cuando por tradición se dedica la celebración a los Santos Inocentes.


Basándose en su experiencia como terapeuta y madre de niños birraciales, Cruz cree que los niños no son demasiado jóvenes o inocentes para participar en estas discusiones, especialmente para los de color, sobre todo los jóvenes negros, que son conscientes desde temprana edad de la realidad e injusticia que el racismo y la opresión sistémica generan. Además de ser una profesional de la salud mental, planea continuar interactuando con los participantes, en un acercamiento previo para discutir sus expectativas, así como reunirse posteriormente, para evaluar junto con ellos el resultado de la marcha.

La terapeuta y artista Alicia Cruz y sus dos hijos, Río (izquierda) y Ozzie (derecha) junto a un altar dedicado a Sean Monterrosa, cruzando la calle del Holly Park, el viernes 9 de octubre. Crearon carteles para la marcha Blacks Lives Matter que está organizando con niños del vecindario. Cruz cree que cuando los niños están expuestos a temas de injusticia desde temprana edad, están mejor capacitados para reconocer sus privilegios y lidiar con el trauma como adultos. Foto: Mabel Jimenez


“No puedes decir simplemente que las vidas negras importan, que hay que desacreditar a la policía y más si no entiendes a quién afecta realmente, si no tienes esas conversaciones con tus amigos, con tu vecino”, dijo. “Eso es lo que espero de esta generación de niños privilegiados. Pueden tener esas conversaciones con sus amigos o sus padres y no es tabú o algo de lo que no deban sentirse culpables… Los niños son resistentes y pueden participar en conversaciones que giran en torno a la raza y el privilegio”.


Cruz espera que el principal resultado de esta experiencia por parte del espectador sea confrontar la incomodidad. Aunque la gente podría sentirse incómoda con los niños portando sus carteles, la artista considera que deberían sentirse motivados para poner fin a los sistemas y prácticas que obligan a los niños negros y morenos a ser conscientes desde una edad temprana de que podrían ser asesinados por el simple tono de su piel. Es un lujo estar protegido de las realidades de la brutalidad policial y la injusticia racial en los EEUU, un lujo vedado a los niños de color. Mientras Cruz trabaja como terapeuta y artista, espera que su arte tenga efectos duraderos e intergeneracionales.


“Llegar a nuestros niños”, dijo Cruz. “Dicen que toma cinco generaciones para sanar. Parte de la curación se produce en estas marchas, dialogando y expresándose en voz alta. Entiendo y sé porque hablo del movimiento Black Lives Matter porque creo que a menos que eso cambie, las vidas de nadie importarán. Es importante para todos hacernos notar y ser reconocidos. Eso para mí es la fuerza motora, para que nuestros hermanos negros, hermanos afroamericanos, sean vistos y reconocidos”.