Personas reunidas en la plaza de la estación Calle 24 del BART, en un mitin de emergencia para protestar por lo que muchos consideran un golpe de estado orquestado por EEUU en contra del presidente venezolano Nicolás Maduro y el consecuente ataque a la democracia de aquel país. Foto: Claudia Drdul

Las calles se veían normales; un viernes cualquiera en la entrada de la plaza del BART en la calle 24 y Misión. Fue un poco antes de las 5 de la tarde cuando un grupo se empezó a acomodar y los transeúntes alrededor empezaron a notar las grandes pancartas amarillas y azules con las palabras “Alto a la agresión contra Venezuela” y “Apoyamos a Maduro y la Revolución Bolivariana”.

El 25 de enero, la organización Answer Coalition —quienes en palabras de su organizadora Gloria La Riva, son “anti imperialista y cien por ciento opuesta a las agresiones, bloqueos y guerras por los EEUU”— convocó a protestar en contra de lo que ellos llaman un golpe de estado organizado por el gobierno estadounidense hacia el gobierno venezolano de Nicolás Maduro.

Después de que los organizadores y los oradores dieron sus discursos, la protesta —promovida con el hashtag #HandsOffVenezuela— caminó por las calles de la Misión, cantando consignas como “Venezuela sí, Yankee no” y “What do we want? U.S. out, when do we want it? now!”.

Personas reunidas en la plaza de la estación Calle 24 del BART, en un mitin de emergencia para protestar por lo que muchos consideran un golpe de estado orquestado por EEUU en contra del presidente venezolano Nicolás Maduro y el consecuente ataque a la democracia de aquel país. Foto: Claudia Drdul

A pesar del entusiasmo de quienes participaron en la marcha, la multitud alrededor no estaba de acuerdo. En el momento en que #HandsOffVenezuela se estaba organizando, ya había un grupo de nicaragüenses con una gran pancarta azul en la que se leía “SOS Nicaragua” y les hacían saber a la gente de #HandsOffVenezuela que ellos diferían de su opinión. Mientras la marcha caminaba por las calles de la Misión, hubo momentos en donde personas de establecimientos salieron a gritar su inconformidad hacia los protestantes.

La marcha, la cual fue convocada de emergencia, es consecuencia de los actuales acontecimientos en Venezuela. La semana pasada, el recién nombrado presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó se proclamó presidente interino del estado bolivariano. Guaidó, perteneciente al partido Voluntad Popular (el partido político centrista socialdemócrata de Venezuela), citó los artículos 233, 333 y 350 de la Constitución de Venezuela. Esto fue causado después de que la oposición —así como los EEUU, la Organización de Estados Americanos, y los 14 países del Grupo de Lima— proclamara que las elecciones presidenciales realizadas el 20 de mayo de 2018 fueron inconstitucionales.

Por otro lado, la marcha se centró en el tema del imperialismo estadounidense, y los protestantes argumentaron que la elección del presidente Maduro fue democrática, llamando las acciones de Juan Guaidó un golpe de estado secretamente confabulado por los EEUU.

“Yo estoy aquí apoyando para que haya un proceso democrático. Que si la gente se quiere quejar pues que se espere a las elecciones y que se manifieste en las elecciones”, comentó Carolina Morales, venezolana residente de los EEUU por 18 años y una de las asistentes a la protesta.

Sin embargo, hubo venezolanos que se opusieron a Maduro y expresaron su descontento con las elecciones. Edgar Mota, quien dejó Venezuela en 2007 tras ser vetado por protestar contra la industria petrolera en el gobierno de Hugo Chávez, declaró que las personas en contra del gobierno de Maduro no fueron a votar para no legitimar las elecciones que ellos veían fraudulentas, y también porque los líderes de oposición no estaban en libertad.

Si bien el gobierno estadounidense tiene interés en que Maduro salga de la presidencia de Venezuela —tal como lo expresó el presidente Donald Trump y el vicepresidente Mike Pence— las opiniones están divididas entre la sociedad.

Gloria La Riva durante un mitin de emergencia para protestar por lo que muchos consideran un golpe de estado orquestado por EEUU en contra del presidente venezolano Nicolás Maduro y el consecuente ataque a la democracia de aquel país. Foto: Claudia Drdul

Personas como La Riva, originaria de Nuevo México y ávida seguidora de Hugo Chávez, considera que la oposición está siendo utilizada por los EEUU: “Están siendo usados, son títeres”, declaró y agregó: “A EEUU no les interesan. Pero están dispuestos [los líderes opositores] porque son ricos y se identifican con el imperialismo”.

Esto contrasta con lo que sienten algunos de los venezolanos: “La intervención que tiene ahora Venezuela es la cubana”, comentó Mota. “Y si hay algún tipo de intervención de los EEUU y los países de Sudamérica va a ser solamente para darle poder legítimo a quien lo deba tener”.

Otra de las razones por las cuales la marcha se llevó a cabo es porque consideran que los medios de comunicación no están informando verazmente. Carolina Morales precisó que “muchas de las cosas que llegan acá son simplemente exageradas”. Sin embargo, aclaró que “es verdad que hay una crisis económica, la gente la está pasando bien duro, bien difícil”.

Carlos García, proveniente de San Cristóbal, Táchira y asilado político desde hace tres años, comentó que el día a día es complicado: “Es muy difícil ya que la moneda local no te da acceso a comprar prácticamente nada, sin embargo si la gente lo tuviera [dinero], no hay que comprar”.

Sin duda, hay discrepancia entre quien apoya a Nicolás Maduro y a Juan Guaidó. La Riva considera que Maduro no es un dictador, que “Venezuela ha tenido un gran progreso desde 2001”, que la oposición “debe hacerse a un lado”, y que el gobierno ha ayudado a la gente construyendo dos y medio millones de casas y repartiendo comida.

Sin embargo, García declara que “desde el 23 de enero hay un nuevo presidente, ellos no lo quieren aceptar, [Maduro] es un dictador” y Mota agregó que “no hay servicios públicos, el agua o no viene o viene sucia y la electricidad se va a cada momento”.

Los manifestantes a favor de Maduro están en contra del “imperialismo yankee”, mientras que los venezolanos protestan la intervención cubana.

Los marchantes proclaman que la prensa estadounidense no dice la verdad y apoya al capitalismo, mientras que los venezolanos condenan al gobierno de Maduro por suprimir los medios de comunicación en Venezuela y encarcelar a la oposición. Pero si hay algo en común entre las dos caras de la moneda es que el pueblo venezolano está pasando por un proceso difícil, que la desesperación ha crecido por años, y que se necesita acción tanto del gobierno y el ejército para volver a levantarlo.