Conferencia de prensa organizada por las coaliciones Free SF y SFILEN afuera del Edificio de las Mujeres en San Francisco, el 23 de junio, en respuesta al veredicto de la Suprema Corte respecto a DAPA y Expansión de DACA. Foto courtesía California Immigrant Youth Justice Alliance

El 23 de junio, los ocho jueces del Tribunal Supremo llegaron a una decisión dividida  4-4, respaldando de manera efectiva la decisión de un tribunal inferior que anteriormente bloqueó la acción ejecutiva del presidente Barack Obama sobre la Acción Diferida (DAPA) y la Acción Diferida Ampliada (DACA).

Dicho fallo afecta a millones de inmigrantes indocumentados que hubieran quedado protegidos de deportación y con posibilidad de obtener permisos de trabajo una vez entrando en vigor DAPA y DACA.

“Por supuesto que queríamos que el Tribunal Supremo nos hubiera dado una decisión más positiva”, dijo Amanda Alvarado Ford, abogada de inmigración en La Raza Centro Legal, durante una conferencia de prensa de la New America Media el 7 de julio. “Por desgracia no lo hicieron, pero nuestro mensaje es que no debemos perder la esperanza”.

La decisión o el “no acuerdo” del tribunal es frustrante para las partes implicadas. Poco después de que Obama anunciara su      acción ejecutiva DAPA y su ampliación, DACA, en noviembre de 2014, Texas y otros 25 estados presentaron una demanda ante la Corte de Distrito de los EEUU para el Distrito Sur de Texas, en la División de Brownsville, afirmando que el presidente excedió su autoridad ejecutiva constitucional.

El juez federal de Texas, Andrew S. Hanen, emitió un bloqueo temporal a DAPA y DACA, que el gobierno de Obama apeló sin éxito en la corte de distrito. El 9 de noviembre de 2015, la Corte del Quinto Circuito en Louisiana confirmó el fallo del tribunal de distrito en contra de la administración de Obama, enviándola a la Corte Suprema.

Luego, después de la muerte del juez del Tribunal Supremo Antonin Scalia en febrero, quedaron ocho jueces del Tribunal Supremo, dando la posibilidad de una posible división en sus fallos judiciales, que fue precisamente lo que ocurrió con DAPA y DACA.

Las personas que todavía son elegibles para DACA (programa que ofrece dos años de residencia legal) son inmigrantes indocumentados nacidos a partir del 15 de junio de 1981, que llegaron a los EEUU antes de cumplir 16 años, y que han vivido en el país desde el 15 de junio 2007. Las expansiones DAPA y DACA habrían ofrecido protección temporal a los padres indocumentados de niños ciudadanos estadounidenses o residentes permanentes legales nacidos en o antes del 20 de noviembre de 2014, y los padres que han vivido en este país desde el 1 de enero 2010. La expansión de DACA hubiera incluido a inmigrantes indocumentados traídos a los EEUU antes de enero de 2010, siendo niños.

“Por lo que vi, una gran cantidad de miembros de la comunidad que habrían calificado potencialmente ya habían manifestado que [DAPA y DACA] eran buenas, pero no las tomarían por ciertas hasta realmente ver esto”, dijo Ana Morales, receptora de DACA. “Este tipo de reiteración de que existe desconfianza en la comunidad, y con esta decisión se reiteró esta idea de que nada positivo realmente venía de nuestro gobierno. Así que fue realmente triste verlo no sólo por eso, sino porque muchas de las familias habrían calificado”.

Sin embargo, a pesar de la falta de acuerdo de la Suprema Corte, el programa original DACA, que entró en vigor en 2012, todavía está disponible para los millones de personas que son elegibles y no se verán afectadas por la decisión.

“Queremos reiterar que el programa DACA 2012 sigue siendo viable y es un programa digno de confianza”, dijo Annette Wong de Chinese for Affirmative Action. “Es un programa en el que la gente debe ingresar y buscar servicios”.

En 2012, se hizo un estimado de 1.2 millones (en la actualidad 1.7 millones de personas) elegibles para DACA; Morales, que llegó a los EEUU en 1999 desde México a la edad de 8 años, fue uno de ellos.

Ahora con 25 años de edad, Morales reconoce que es privilegiada por tener la oportunidad de solicitar DACA, lo que le permitió viajar de regreso a México en marzo para visitar a su abuela enferma, la mujer que ayudó en su crianza, en Michoacán.

“Fue muy triste, no necesariamente por mí, pero por saber que mi madre no puede ir. Ella no tiene esta oportunidad de aplicar de forma sencilla y… concederse el ir a visitarla [mi abuela]”, dijo Morales. “Me di cuenta de que soy privilegiada, al poder aplicar e ir. Es algo que mucha gente no puede hacer… salir del país y poder regresar de nuevo”.