Raul Ramirez

Un mentor periodístico para muchos y un apasionado colega periodista que defendió la justicia social, Raúl Ramírez murió el pasado 15 de noviembre en su casa de Berkeley después de una breve batalla contra cáncer de esófago. Tenía 67 años.

Un amigo de El Tecolote, que siempre estaba dispuesto a entrenar a nuestros escritores en el arte de la elaboración de artículos periodísticos, Raúl disfrutaba al trabajar con jóvenes —compartiendo sus puntos de vista sobre la profesión y ofreciendo consejos periodísticos. Por lo que era común verlo en las aulas de la Universidad Estatal de San Francisco, UC Berkeley y en el City College de San Francisco impartiendo lecciones sobre periodismo a los estudiantes, sobre el papel y las características de un buen periodista. Recuerdo esto muy bien porque en varias ocasiones compartió su sabiduría con mis alumnos en el City College.

Fue un honor haber conocido a Raúl, quien durante los primeros años de la publicación de El Tecolote nos dio muchos ánimos —acerca de la necesidad de una voz independiente en nuestra comunidad que defendiese la justicia social. Sus palabras todavía resuenan en mi memoria hoy día: “Si alguna vez necesitas mi ayuda, Juan, dime nomás”.

Hasta el día de su fallecimiento, Raúl fue director ejecutivo de noticias y asuntos públicos en la radio KQED Public Radio. Pero su carrera periodística comenzó en la década de los años 60 y 70, cuando trabajó como reportero para varios periódicos —Miami Herald, The Washington Post, Wall Street Journal, Oakland Tribune y San Francisco Examiner.

Los artículos que escribió Raúl sobre justicia social surgieron durante este periodo. En 1970 redactó una serie premiada por el Wall Street Journal sobre los trabajadores agrícolas de Michigan —fue a trabajar en los campos junto a ellos.

En el Miami Herald, Raúl acompañó a policías vestidos de civil durante las redadas de presuntos traficantes de heroína y, para un artículo del San Francisco Examiner sobre las condiciones carcelarias, trabajó varios días como ayudante del sheriff.

También en el Examiner, junto a su colega Lowell Bergman destapó la historia de un pandillero del Barrio Chino que fue encarcelado injustamente por el Consejero Legal de San Francisco y dos inspectores de policía.

Raúl también abogó por la diversidad en las salas de redacción de los medios de comunicación del país. A mediados de la década de 1990 formó parte del equipo que llevó a cabo un estudio sobre los defectos y prejuicios en la cobertura de grupos étnicos.
Raúl nació en La Habana, Cuba, en 1946. Sus padres le enviaron a él y a su hermana a vivir con familiares en el sur de Florida en 1962. Fue allí donde Raúl comenzó a explorar el periodismo como estudiante de la Universidad de Florida.

Durante su carrera, Raúl recibió muchos honores y reconocimientos, incluyendo el premio Penney-Missouri en 1989 como co-editor de la serie “Gay in America” publicada en el San Francisco Examiner. También recibió el Premio Reconocimiento a Trayectoria de parte de la Sociedad de Periodistas Profesionales (SPJ) del Norte de California. Murió apenas unos días antes de recibir el Premio por Servicio Distinguido al Periodismo también del SPJ del Norte de California.

A Raúl le sobreviven su esposo, Tony Wu, su hermana, Miriam Gargiulo, en West Palm Beach, Florida; y sus hermanos, Michael Greenhill, en Wellington, Florida, y Eduardo Ramírez, en Reddick, Florida.

Antes de su muerte, Raúl legó $25.000 para crear el Fondo Monetario Raúl Ramírez para la Diversidad en el Periodismo en la Universidad Estatal de San Francisco, que reconocerá la labor de estudiantes de periodismo que promueven la diversidad. Si desea honrar la memoria de Raúl puede contribuir al fondo. Los cheques deben extenderse a nombre de ‘The San Francisco State University Foundation’, con la indicación de que la donación es para ‘The Raul Ramirez Diversity in Journalism Fund’. Favor de enviar el pago a la siguiente dirección: Office of University Development, ATTN: Andrea Rouah, San Francisco State University, 1600 Holloway Ave., ADM 153, San Francisco, CA 94132

No me cabe la menor duda, Raúl, que los jóvenes a quienes inspiraste y tus colegas, que te respetaban mucho por tu pasión y compromiso con la buena labor, te recordarán durante muchos años. El Tecolote y la comunidad periodística han sido agraciados por el legado que nos dejaste. Siempre estarás en mi corazón, mi amigo.
¡Raúl Ramírez, presente!

—Traducción Alfonso Agirre