Los niños y sus familias se reúnen en el Parque In Chan Kaajal el sábado 22 de septiembre para celebrar a los participantes de Abriendo Puertas, un programa de educación infantil que se ofrece en la Misión. Foto: Julian Espinoza

Grupos comunitarios y familias se reunieron en el Parque In Chan Kaajal un sábado a fines de septiembre para celebrar a los participantes de Abriendo Puertas, un programa de educación infantil que se ofrece en la Misión, un barrio donde el costo del alquiler  amenaza con desplazar a quienes podrían beneficiarse de dicho programa.

Abriendo Puertas fue creado por Sandra Gutiérrez y se lanzó en 2007. La organización tiene su sede en Los Ángeles y su programa ha sido presentado por más de 500 organizaciones comunitarias en todo los EEUU.

Se diferencia de otros programas de educación infantil en que su plan de estudios presenta temas culturalmente relevantes diseñados para la comunidad latina y que está redactado, desde su origen, en español.

“Las familias enfrentan presiones económicas y enfrentan presiones similares en torno a su estatus migratorio”, dijo Adrián Pedroza, director nacional de asociaciones estratégicas en Abriendo Puertas.

Pedroza tiene tres hijos pequeños que han crecido bajo ese programa. Vive en Albuquerque, Nuevo México, donde el programa fue adoptado hace 10 años. Según Pedroza, la comunidad de Albuquerque ha comenzado a adoptar la educación bilingüe, pero enfrenta sus propios desafíos, incluidos los altos niveles de pobreza infantil: “Esas presiones crean estrés en un hogar y ese estrés a menudo se transmite a los niños pequeños,” comentó.

Mission Promise Neighborhood, que es parte de la Agencia de Desarrollo Económico de la Misión, comenzó a albergar las clases de Abriendo Puertas en 2016. La celebración en el Parque In Chan Kaajal destacó a un grupo de participantes que completaron el programa, que cuenta con 10 sesiones, cada una con la intención de resaltar una parte diferente del desarrollo infantil.

“Algo que me ayuda a guiarme es el dicho de que soy la primera maestra de mi hijo y que nuestra casa es su primera escuela”, dijo Blanca Torres Díaz quien, a sus 19 años de edad, tiene un hijo de dos años llamado Charlie Nael y actualmente estudia en el City College de San Francisco: “En este momento, mi objetivo es aprender inglés. Es en lo que me estoy enfocando totalmente ahora, para que en el futuro pueda tomar cursos de derecho”, dijo Torres Díaz.

Aunque muchas clases de Abriendo Puertas se dan en español, según Pedroza, el programa se ha traducido al mandarín y al árabe para satisfacer las necesidades de diferentes comunidades.

Miguel Aguilar, de 36 años de edad, también estuvo en la celebración. Quería aprender más sobre la disponibilidad de programas sociales en su comunidad. Aguilar es de México y su esposa, quien acaba de dar a luz a su hija Tamariz Isabel, es de El Salvador:  “La organización que la invitó [a la esposa de Aguilar], me parece, tiene muy buenos programas que ayudan a las mujeres a salir adelante. Saber que está deprimida y que esto ayuda a motivarlas a convivir con personas de la comunidad más que nada, es muy bueno”.

El programa Abriendo Puertas ha sido adoptado por varias organizaciones locales, como el Centro de Recursos para la Familia Buen Samaritano y el Instituto Felton, que también tienen otros programas sociales destinados a ayudar a las familias, especialmente a aquellas con niños pequeños.

“[Mi esposa] planea hablar con la trabajadora social para ver si hay más eventos en los que pueda participar y asistir con el bebé, para que pueda mantenerse ocupada y no estar encerrada en la casa”, dijo Aguilar.

Mission Promise Neighborhood espera ampliar el acceso al programa Abriendo Puertas para cubrir otras partes de San Francisco. Muchas de las organizaciones que albergan el programa se centran en la Misión.

“Los latinos son el primer grupo de minorías étnicas que se han visto afectadas de manera desproporcionada por la crisis de vivienda,” dijo Ingrid Mezquita, directora ejecutiva de First 5 San Francisco.

Mezquita, cuya organización es socia de Mission Promise Neighborhood, dijo que la mayoría de las familias que se mudan de San Francisco terminan en el Este de la Bahía o en el Valle Central. Ella dijo que las redes de apoyo en esas áreas no son tan sólidas como en San Francisco: “La vivienda es su prerrequisito para poder prosperar, para estar sano, para estar conectado socialmente”, dijo y agregó, “es una paradoja”.

Albertina Boulevard, de 32 años de edad, es de Honduras. Ella estaba en el comité de padres en Buen Samaritano y luego se convirtió en voluntaria en Tandem, una organización que ayuda a los niños a aprender a leer. Ella enseña a los padres a crear historias usando libros con solo fotos.

“Me ha ayudado a desarrollarme más con la gente y eso me ha permitido aprender más”, dijo Boulevard. “Fui muy tímida para hablar y con la agencia he sentido mi desarrollo. Ya no me da vergüenza hablar con la gente, esto me ha ayudado mucho”.