Gabriela López, recientemente electa para formar parte de la Junta de Educación del Distrito Escolar Unificado de San Francisco, en una escuela pública del Distrito Mision, donde es profesora bilingüe de cuarto grado. Foto: Mabel Jiménez

Después de encabezar una campaña liderada por una mujer y con apoyo comunitario, para ocupar uno de los  lugares asientos disponibles, Gabriela López se convirtió en la primera persona bilingüe de habla hispana, y la más joven, en ser electa para el Consejo Escolar de San Francisco. Sin embargo, su logro se ha convertido en arma de doble filo, debido a que ahora debe elegir entre asumir su puesto en ese consejo o conservar su actual trabajo como maestra bilingüe de cuarto grado en la Escuela Primaria Leonard Flynn.

De acuerdo con el código de educación de la ciudad (35107), “un empleado del distrito escolar no puede ser jurado en el cargo de miembro electo o determinado de la junta directiva del distrito escolar a no ser que, o hasta que, él o ella renuncie. Si el empleado no renuncia, el trabajo terminará automáticamente después de ser jurado en el cargo”. Esta ley no es exclusiva de San Francisco.

“El requerir que un empleado renuncie a fin de servir en el Consejo Escolar no es política exclusiva del SFUSD [Distrito Escolar Unificado de San Francisco], es una ley estatal”, comentó el portavoz del SFUSD, Gentle Blythe.

López no solamente conocía la ley, si no que también la usó como plataforma para su campaña: “Pienso que esto representa un problema para los empleados del SFUSD que aspiran a algo como esto desde el principio, pues significa sacrificar su trabajo y no poder estar en la comunidad en la que se desea servir, lo cual fue mi plataforma de campaña”, declaró López.

Los fundadores de la organización Teachers 4 Social Justice la alentaron a postularse para el consejo escolar después de ver como otros candidatos llenaban los documentos con hasta 18 meses de anticipación.

Gabriela López, reunida con alumno y sus padres en la escuela primaria Leonard R. Flynn. Foto: Mary Kate Murphy

“Esta es gente que no tiene experiencia en las escuelas, que nunca ha trabajado con la juventud, que pueden ser muy perjudiciales,” ella comentó. “Gente así hace sentir a otras personas muy preocupadas por quien podría potencialmente liderar las escuelas”. López refirió a la ex-candidata Josephine Zhao, específicamente, quien recaudó más dinero que ningún otro candidato, pero fue encontrada haciendo comentarios transfóbicos sobre los derechos de uso de los baños y eventualmente retiró su candidatura.

Durante su campaña, López continuó su trabajo y utilizó su grupo voluntario de maestros porque no tenían dinero para publicidad: “Nosotros esencialmente no teníamos ayuda y tuvimos la menor cantidad de dinero recaudado”, declaró. “Era dirigido por mujeres a las que, muchas veces, les dijeron ‘no’ o no lo hagas”.

López sigue siendo bastante verde para San Francisco. Nativa de Los Angeles, fue criada por su madre que emigró de México. Creció en las escuelas del ‘Lado Oeste’, rodeada de opulencia, porque fue ahí donde su madre trabajaba limpiando casas. Al traducirle usualmente a su madre durante las juntas de la escuela, reconoció las carencias de la educación para niños que estaban siendo tratados diferente debido a su procedencia. Esto fue lo que la inspiró a enseñar: “No hay mucho respeto en la educación y nosotros sabemos que es claro que no nos van a pagar mucho. Así que muchas personas trataron de persuadirme de hacer algo diferente pero sentí que este era el espacio en el cual yo necesitaba estar”.

López comenzó a enseñar en una escuela autónoma en Los Angeles como maestra de quinto grado con inmersión al Español en una época en la que los docentes estaban perdiendo sus trabajos y no se estaban dando contratos en todo el estado.

En 2016, se mudó a San Francisco para empezar a enseñar como profesora bilingüe para estudiantes de cuarto grado de primaria en el Distrito de la Misión. López ‘circula’ con sus alumnos, esto significa que permanece con el grupo como su profesora durante el quinto año.

Además de enseñar, es conductora de Lyft para con ello complementar su salario. De optar por asumir el puesto ante el consejo escolar, tendrá que dejar su trabajo que ya la deja viviendo ajustada en su presupuesto. La posición electa para el consejo escolar paga $500 mensuales en estipendio.

“Esa no es manera de sobrevivir en esta ciudad. Si se lucha por el dinero, intentar hacer algo como esto no es una opción”.

La orientación para el consejo escolar ha sido pospuesta hasta en un año y a López le han avisado que, hasta ahora, ella tendrá que dejar el distrito para poder ejercerlo.

“Muchas personas ignoran al consejo escolar, pero éste tiene mucho poder y control”, comentó. “Si las comunidades saben eso y suficientes como nosotros podemos estar afuera y representarlas, entonces eso es lo que deberíamos estar haciendo”.