Los periodistas que pertenecen a grupos marginados suelen buscar representación para sus comunidades y dignidad en su trabajo. Sin embargo, el camino para cumplirlo es a menudo difícil.

“Todo lo que hago se remonta a crecer en El Salvador y ser parte de esa comunidad”, dijo Esmeralda Bermúdez, una periodista salvadoreña que ha escrito para Los Angeles Times durante 12 años. “Hacer espacio para las comunidades es increíblemente esencial porque la gente quiere ser vista. Quieren una cobertura muy matizada y complicada. Quieren los aspectos desordenados y hermosos de la vida”.

Bermúdez creció en Los Ángeles después de mudarse allí a los 5 años y es miembro de una multitud de periodistas que ha presionado para incluir historias de sus diversas comunidades en los medios de comunicación. Periodistas como ella han hecho esto al abogar por su propia presencia en las salas de redacción de todo el país, mismas que, históricamente, han carecido de diversidad.

“Amigos: he tenido un aumento en 11 años en @latimes. Gano casi $20 mil menos que mis colegas blancos. No me da vergüenza admitirlo. Los únicos que deberían avergonzarse son quienes crearon, apoyaron el sistema que permitió que esto le ocurriera a mujeres y minorías #latguild”, tuiteó Bermúdez en septiembre del año pasado, mientras las negociaciones para un contrato de trabajo justo en el L.A. Times estaban en marcha.

En octubre de 2019, el sindicato del periódico The L.A. Times Guild, logró establecer un contrato que garantizaba aumentos salariales y un compromiso para que los gerentes entrevistaran al menos a dos personas de comunidades subrepresentadas durante los puestos vacantes.

Ilustración: Chiara Di Martino

“Una cosa que no se puede cuestionar es lo increíblemente resistentes que son mis colegas que se han quedado”, dijo Bermúdez, explicando que el contrato estableció una base que está reduciendo las disparidades existentes en las salas de redacción. “No solo se quedaron, sino que presionaron para tener mayor cobertura de las comunidades de color”.

Según la Sociedad Estadounidense de Editores de Noticias (ASNE, por sus siglas en inglés), una organización de liderazgo periodístico, un problema que impide que los periodistas de color trabajen en los medios es la retención. Este fenómeno se correlaciona con la forma en que los periodistas de color se sienten en su entorno laboral, según una encuesta realizada por un periodista de Black a Black.

En 1993, Sharon Bramlett-Solomon, una periodista negra y profesora en la Universidad Estatal de Arizona, realizó una encuesta sobre la satisfacción laboral de los periodistas negros. En ella, los periodistas informaron experimentar una serie de problemas al trabajar en las salas de redacción, incluidas las pocas oportunidades para ascender y tener que trabajar el doble para ser considerados tan calificados como sus colegas blancos. La encuesta encontró que más de la mitad de las salas de redacción estadounidenses no empleaban periodistas de color en ese momento.

“La blancura es vista como una configuración estándar”, dijo Raymond Matthews, un periodista estudiantil que escribe para The Bottom Line en la Universidad de California en Santa Bárbara, quien asistió a la convención de periodismo universitario de la Associated Collegiate Press/College Media Business and Advertising Managers que duró tres días en San Francisco el mes pasado. “Al ser una persona de color, la gente piensa que tienes una agenda. Me encontré teniendo que hacer más trabajo para demostrar que soy un periodista justo y preciso”.

Matthews, quien también escribió para The Daily Nexus, otro periódico estudiantil en el campus, dijo que sintió su voz confinada como un hombre negro queer. “Me sentí más encasillado allí. No tenían escritores negros. En virtud del hecho, querían que fuera la voz de los negros queer, o de la población negra en general”.

El año pasado, la presidente de la Asociación Nacional de Periodistas Negros (NABJ, por sus siglas en inglés), Dorothy Tucker y Bramlett-Solomon colaboraron en una versión actualizada de la encuesta de 1993 sobre la satisfacción laboral de los periodistas negros. La encuesta que concluyó el 31 de enero de este año sigue sin publicarse.

El tema de la diversidad en el periodismo ha persistido durante mucho tiempo y se destacó en 1968 con un informe histórico titulado “Comisión Nacional Asesora sobre Desorden Civil”. El informe, también conocido como la Comisión Kerner, abordó los disturbios que ocurrieron en las principales ciudades de los EEUU en la década de 1960 y encontró que la cobertura de las circunstancias sobre éstos había contribuido a la agitación.

“La prensa ha disfrutado demasiado tiempo de un mundo blanco, mirando fuera de él, si es que lo ha hecho, con los ojos de los hombres blancos y una perspectiva blanca. Eso ya no es suficientemente bueno. El doloroso proceso de reajuste que se requiere de los medios de comunicación estadounidenses debe comenzar ahora”, afirmó el informe.

Después de este punto de inflexión, se establecieron varios colectivos para apoyar a periodistas de comunidades subrepresentadas y aumentar su número en la industria.

La primera organización nacional de periodistas de color fue la fundación de la NABJ en 1975. Con más de 4 mil miembros, es la asociación más grande de periodistas de color; la Asociación de Periodistas Asiáticos Americanos siguió con su formación en 1981; la Asociación de Periodistas Nativos Americanos —originalmente la Asociación de Prensa Nativa Americana— se reunió por primera vez en 1983; La Asociación Nacional de Periodistas Hispanos se estableció más tarde en 1984; y más recientemente, la Asociación de Periodistas LGBTQ, anteriormente Asociación Nacional de Periodistas Lesbianas y Gay, se formalizó en 1991.

“Todo se ve a través de una narrativa dominante blanca”, dijo Bermúdez, al describir la presión que la industria ejerce sobre los periodistas latinx para que se asimilen. “Siempre somos víctimas o villanos, sufriendo eternamente o matando eternamente”.

La encuesta más reciente sobre la diversidad en la sala de redacción fue publicada por ASNE en 2019. Los datos se recopilaron de 429 organizaciones de noticias nacionales, tanto impresas como en línea, y revelaron que si bien los periodistas de color representan el 30.8 por ciento de los trabajadores asalariados, sólo el 18.8 por ciento son gerentes.

La encuesta señaló que las organizaciones de noticias con diversidad de género y racial en posiciones de liderazgo tienden a tener mayor diversidad de personal.

Bermúdez escribió un artículo en enero sobre la controversia del libro, American Dirt. En él, explicó cómo una representación excesiva de personas blancas en la industria editorial deja fuera a los escritores latinx. El efecto, dijo, es la publicación de historias no auténticas de personas blancas que escriben sobre las experiencias de las personas de color.

“El enfoque debería ser la cantidad de personas blancas que controlan las salas de redacción”, dijo Bermúdez, explicando que, sin un liderazgo diverso en los medios, las historias que los periodistas de color quieren escribir seguirán en peligro. “No debería tener que opacar su cultura o su perspectiva”.

ASNE se ha comprometido a ayudar a lograr el objetivo de que la cantidad de periodistas de color que trabajan en organizaciones de noticias refleje la cantidad de poblaciones de color en la nación para 2025.