Uno de los murales utilizado sin autorización por Zehyr Real Estate. Cortesía Brooke Oliver

Por Alexis Terrazas

Zephyr Real Estate —la más grande empresa de bienes raíces independiente en San Francisco— podría haber aprendido recientemente su lección sobre la violación de los derechos de autor, pero eso no significa que su demanda federal desaparezca.

El 6 de enero, ocho muralistas reconocidos presentaron una demanda ante la corte federal contra la gigante empresa de bienes raíces Zephyr luego de que ésta produjo un calendario en 2013 en el que utilizó imágenes de murales sin autorización de los artistas.

Los artistas —Francisco Aquino, Mona Caron, Susan Kelk Cervantes, Jetro Martinez, Sirron Norris, Henry Sultan, Jennifer Badger Sultan y Martin Travers— están demandando a Zephyr por derechos de autor, el falso reconocimiento y apropiación indebida de los derechos de publicidad.

“Definitivamente, tratamos de resolver las cosas con Zephyr. Pero eso ha sido frustrante”, dijo Brooke Oliver, la abogada que representa a estos ocho artistas, siete de los cuales residen en el Área de la Bahía de San Francisco. “Así que lamentamos tener que presentar una demanda, nos hubiera gustado que no hubiera llegado a esto. Pero estos son derechos importantes”.

El calendario 2013 titulado San Francisco Murals utilizó imágenes de los murales con derechos de autor junto con fotografías y descripciones de las casas de lujo que Zephyr había vendido en San Francisco. La demanda alega que Zephyr las utilizó para anunciar la venta de casas de lujo.

“Creemos que los calendarios fueron definitivamente utilizados para vender casas de lujo”, dijo Oliver. “Porque en cada página del calendario, al lado de donde se representó el mural, hay una imagen de una casa y una propaganda sobre esa casa. Así que los hogares que se describen ya estaban habitados o estaban en el mercado por Zephyr”.

Pero el presidente de Zephyr Randall Kostick, quien dijo que los calendarios eran regalos para sus clientes, afirma lo contrario.

“Una de las cosas que estábamos tratando de hacer era destacar algunas de las grandes propiedades en cuya venta hemos estado involucrados”, declaró Kostick. “Creo que [Oliver] discutiría el punto de que los calendarios se distribuyen entre nuestros clientes y que nuestros clientes por lo tanto iban a ver nuestro nombre y por lo tanto iban a vender propiedades con nosotros en el futuro. Y no estoy diciendo que no hay influencia allí, pero es muy pequeña y limitada. Era sólo una manera de decir gracias. Y si agradecer anima negocios futuros, supongo que sí se podría argumentar eso”.

Oliver envió a Zephyr una carta de cese y desistimiento el 26 de abril de 2013 y el 12 de marzo de 2014 recibió unas 625 copias del calendario que no fueron distribuidas. Casi 9,300 calendarios ya habían sido distribuidas, según Oliver.

“Creemos que ellos estaban tratando de asociarse con los murales y los muralistas”, dijo Oliver. “Expresando, ‘Oye, somos una empresa de bienes raíces muy chida. Trabajamos con artistas activistas, y nos encanta el arte comunitario, ven con nosotros en lugar de con alguna otra mala compañía de bienes raíces’”.

Kostick sostiene que Zephyr cumplió con todas las demandas de Oliver sobre la queja, incluso ofreciendo una oferta que incluye una indemnización a los ocho artistas.

“Estoy triste de que esto siga y que no aceptaron una indemnización razonable”, dijo Kostick. “Es una situación muy lamentable. Todo cae sobre mí. No me di cuenta que el arte público debe tener la aprobación del artista. Si hubiera sabido, sin duda habría conseguido el permiso de los artistas antes de publicar”.

Pero Kostick cree que la demanda lleva otros motivos.

“Honestamente, creo que parte de la motivación aquí, es que los artistas quieren un poco de publicidad por el hecho de que la Misión está cambiando, que la ciudad está cambiando. Y lo entiendo, entiendo eso”, dijo Kostick. “Creo que entiendo por qué esto sigue adelante, porque quieren hacer una declaración pública sobre esto. Y entiendo por qué ellos quieren hacer una declaración pública sobre esto, porque hay una crisis de la vivienda en San Francisco y sin duda, está impactando en los artistas y en un montón de personas también”.