A partir de enero de 2020, los jóvenes adultos podrán inscribirse en el programa de Medicaid de California, independientemente de su estatus migratorio.

Sin embargo, surge una pregunta central: ¿lo harán?

Algunos ya están diciendo que no se inscribirán para tener dicha cobertura por temor a que las políticas federales de inmigración puedan luego penalizarlos, aunque ese temor podría ser infundado.

Además, está el tema de la edad. Esos jóvenes, inmigrantes o no, son notoriamente difíciles de convencer de la necesidad de un seguro de salud. La industria de seguros incluso ha acuñado un término especial para ellos: ‘jóvenes invencibles’.

“Los adultos jóvenes, indocumentados o no, tienden a considerarse saludables”, dijo Cathy Senderling-McDonald, subdirectora ejecutiva de la County Welfare Directors Association de California, que representa a los directores de servicios humanos de los condados. No piensan que es algo que deba preocuparles.

Medi-Cal es la versión de California del programa Medicaid para personas de bajos ingresos. En mayo de 2016, el estado comenzó a ofrecer cobertura completa de Medi-Cal a niños y jóvenes inmigrantes sin papeles hasta los 19 años, financiada con fondos estatales. Casi 129 mil se inscribieron en el programa en marzo de 2019, según los datos más recientes disponibles.

Cuando debatieron el presupuesto, este año, los legisladores votaron para destinar más dólares estatales para expandir el programa a todos los adultos, de entre 19 y 25 años, elegibles por ingresos, lo que convertirá a California en el primer estado en ofrecer cobertura completa de Medicaid a inmigrantes adultos indocumentados. El Departamento de Servicios de Atención Médica del estado espera inscribir a unos 90 mil adultos jóvenes en el primer año.

De ellos, casi el 75% están inscritos actualmente en una cobertura limitada de Medi-Cal, que incluye atención de emergencia y del embarazo. El departamento dijo que planea transferir a esas personas a una cobertura integral.

Funcionarios de salud y defensores de los derechos de los inmigrantes tendrán que ver la forma de persuadir a todos los demás que son elegibles para que presenten sus solicitudes.

Los adultos inmigrantes e indocumentados constituyen la mayor de la población de California sin seguro de salud, alrededor del 58%, según el Insure the Uninsured Project.

“El mensaje que debemos difundir es que hay que pensar en la prevención y las condiciones crónicas, que podrían desarrollarse temprano en la vida”, dijo Jeffrey Reynoso, director ejecutivo de la Coalición Latina para una California Saludable. Para llegar a los adultos jóvenes, las redes sociales son clave, informó Reynoso. Su grupo está creando un conjunto de herramientas, que incluye fotos para Instagram y ejemplos de tweets, que estarán disponibles para las organizaciones que forman parte de la coalición.

También planea usar la radio y los medios locales, en cooperación con otros grupos, con el fin de difundir el mensaje entre las familias, para que padres y abuelos puedan alentar a los miembros más jóvenes a inscribirse, explicó.

“No podemos usar los medios tradicionales para llegar a esta población”, opinó Sarah Reyes, directora de comunicaciones de California Endowment, una fundación que promueve la cobertura de salud para todos los californianos, independientemente de su estatus migratorio. La entidad también está planeando postear mensajes en las redes sociales y anuncios de radio en estaciones que escuchan los más jóvenes, y está diseñando anuncios para exhibir en tienda y mercados, dijo Reyes.

Aquellos que ganan hasta el 138% del nivel federal de pobreza ($17,237 para un individuo y $35,535 anuales para una familia de cuatro) son elegibles para Medi-Cal.

Como Medi-Cal es gratuito para la mayoría de los beneficiarios, gran parte de los jóvenes no tendrá que preocuparse por el aspecto financiero, dijo Sarah Dar, gerente senior de salud y beneficios públicos del Centro de Política de Inmigrantes de California. Eso los hace diferentes de los llamados jóvenes invencibles, que generalmente caen en el grupo de edad de 18 a 34 años, que buscan cobertura de salud privada, donde el costo es una consideración importante.

Pero la edad no es una barrera tan grande para la inscripción como el miedo a la retórica y las políticas federales de inmigración, dijo Dar. Por ejemplo, desde 2017, la administración Trump ha estado tratando de cancelar el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), que permite a algunas personas indocumentadas (los ‘dreamers’), cuyos padres los trajeron al país durante su infancia, vivir y trabajar temporalmente en el país. El destino del programa está ahora en la Corte Suprema de los EEUU.

La administración Trump también está tratando de expandir su política de ‘carga pública’, lo que permitiría a los funcionarios de inmigración negar más fácilmente la residencia permanente a quienes dependen de ciertos beneficios públicos, como Medicaid. Los jueces federales bloquearon temporalmente su entrada en vigencia, que iba a ser mediados de octubre.

Pero los temores pueden ser infundados, dijo Dar. Los ‘dreamers’ ya son elegibles para Medi-Cal si cumplen con los criterios de ingresos. Y solicitar Medi-Cal no les afectaría si llegaran en el futuro a poder aplicar para la residencia permanente, porque su cobertura se pagará con dinero estatal, no federal, agregó.

“Necesitamos transmitir un mensaje claro de que la carga pública no debería ser una preocupación”, dijo Dar.

Esmeralda, de 20 años, de Santa María, California (se usó solo su nombre de pila por su estatus legal), trabaja recogiendo fresas y asiste a la universidad comunitaria cuando no es temporada de cosecha. Necesita anteojos y ha luchado contra el dolor de espalda desde que era una niña en México. A veces tiene que dejar de trabajar a causa del dolor.

La última vez que fue al médico fue hace casi cinco años, cuando comenzó la escuela y tuvo que vacunarse, contó. Dijo que le gustaría inscribirse en Medi-Cal pero que esperará para ver cómo funciona el proceso para otros. También quiere estar segura que su información personal estará a salvo de los oficiales de inmigración.

“Esperaría para asegurarme que no haya problemas”, dijo en español. “Obviamente, siendo indocumentado, hay miedo”.