Los ‘Frisco 5’, un grupo de personas en huelga de hambre afuera de la estación de policía, son vitoreados por conductores de vehículos lowrider, el 1 de mayo. María Cristina Gutiérrez, de 66 años, junto con su hijo Ilych Sato, de 42 años, sentado a su derecha. Edwin Lindo, de 29 años, sentado más arriba en el vehículo y a su izquierda, Sellassie Blackwell, de 39 años y Ike Pinkston, de 42 años (a la derecha de Lindo). Foto Santiago Mejia.

El estruendo de vehículos lowriders encendió las calles de la Valencia el 1 de mayo, conforme una procesión de estas maravillas restauradas se paró frente a la estación de policía de la Misión en una muestra de apoyo a la huelga de hambre.

Benjamin Bac Sierra, un profesor de inglés en el City College de San Francisco y miembro activo de la comunidad lowrider del Distrito de la Misión, dirigió la caravana de ‘bombas lowrider’ desde el Cinco de Mayo Give Something Back Car Show en la John O’Connell High School hasta dicha estación, en un acto de solidaridad con los cinco huelguistas de hambre que exigen la renuncia del jefe de la policía de San Francisco, Greg Suhr.

“Negro y moreno nunca nos abandonan”, Bac Sierra dijo a la multitud refiriéndose a unión entre las comunidades en contra de la violencia policial. “Los Lowriders toman la estación de policía de la Misión. Viva La Misión”. Los cinco activistas, conocidos como los ‘Frisco 5’, abordaron un Impala Chevrolet 1964 color crema y levantaron sus puños al tiempo que los hidráulicos los hicieron rebotar de un lado a otro.

“Hemos venido aquí para mostrarles amor. Son mis héroes. La última vez que vi a alguien hacer una huelga de hambre fue César Chávez”, dijo Roberto Hernández, propietario del Impala y presidente del Consejo Lowrider de San Francisco.

Poco después de su arribo los lowriders se estacionaron en zona roja. Aproximadamente a las 4 de la tarde, 15 policías se acercaron a los coches, amenazando con multarlos.

“Están multando porque estamos protestando porque ellos nos matan”, dijo Sierra Bac.

Ninguna multa fue emitida y los lowriders finalmente cumplieron  las órdenes de la policía para desalojar la acera.

“No fue una sorpresa que [los lowriders] llegaran”, dijo el huelguista Selassie Blackwell. “Pero fue una sorpresa permanecer en este este espacio por todo el tiempo que lo hicimos”.

Al 1 de mayo, los ‘Frisco 5’ llevaban once días sin comer. Los lowriders son uno de los muchos grupos de la comunidad prestándoles apoyo y elevándoles la moral. Los miembros de Nación del Islam también estuvieron allí en solidaridad.

Cristina Gutiérrez, la huelguista con más edad, estaba muy contenta de ver a los lowriders y a los de Nación del Islam juntos en un solo movimiento.

“Fue increíble ver a las esposas, los bebés y los coches acercarse y decir que están tan orgullosos de lo que estamos haciendo”, dijo Gutiérrez. “Entonces me doy la vuelta y veo a las familias de la Nación del Islam, que son en su mayoría negros. Esta es la unión entre negros y morenos. Que por sí mismo representa mucho”.