Planta nuclear de San Onofre en el sur de California. San Onofre. Photo Courtesy Southern California Edison

 

El pasado junio la compañía Southern California Edison (SCE) conmocionó a científicos, ambientalistas y residentes californianos al anunciar el cierre permanente de la central nuclear de San Onofre, ubicada en la costa entre Los Ángeles y San Diego.

Para Robert Álvarez, autor de un estudio para la organización Friends of the Earth, San Onofre es ahora “un gran almacén de desechos nucleares que contiene una de las mayores concentraciones de material radioactivo artificial en los EEUU”. Un terremoto o un maremoto podrían producir un accidente más dañino que el de la planta nuclear japonesa Fukushima de marzo del 2011, según Álvarez.

Los fondos necesarios para limpieza y desmantelamiento de la planta ascienden a $4,1 mil millones, de los cuales SCE solo dispone de $2,7. Se especula que el dinero restante podría requerirse de los consumidores o inversionistas.

“La energía nuclear es una forma muy cara y peligrosa de hervir agua, y eso básicamente es lo que una planta nuclear hace: crea vapor para mover las turbinas que generan la electricidad”, dijo Marylia Kelley, directora ejecutiva de la organización comunitaria Tri-Valley CAREs (Communities Against a Radioactive Environment), ubicada en Livermore, California.

La central de San Onofre fue construida en 1968 e interrumpió sus operaciones en enero de 2012 debido a fallas causadas por la degradación de las tuberías conductoras de agua radioactiva. Este incidente dio inicio a requisitos gubernamentales con posibles gastos exorbitantes que SCE prefirió evitar, por lo que acabó cerrándola.

Kelley opina que la planta de Diablo Canyon —en la costa de San Luis Obispo, y la última planta nuclear productora de energía eléctrica en California— podría sufrir el mismo final que la de San Onofre, aunque su licencia de operación no expirará hasta 2024. Conforme a la California Energy Commission, PG&E, operadora de la planta, necesitaría solicitar una extensión para seguir operando 20 años más.

En el Área de la Bahía el Vallecitos Nuclear Center, localizado en Pleasanton, aún sigue operando. “Esta planta nuclear sólo es centro de investigación y ya no es generadora de energía”, declara Kelley pero también agrega que el peligro aún existe porque “está construida sobre la falla geológica Verona… y guarda materiales nucleares con radiación que dura hasta 24.400 años”.

Kelley sugiere adoptar alternativas energéticas en el siguiente orden: “Conservación, eficiencia energética, energía solar, energía eólica (de viento) y otros métodos de menor escala”.