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Más de cien personas pertenecientes a distintos estratos sociales se reunieron el 18 de abril en el parque Potrero del Sol, para conmemorar el Mes de la Concientización sobre la Agresión Sexual, luego de realizar una marcha de 3.5 millas en el distrito de la Misión con el propósito de exigir el fin de la violencia sexual.

Este año se cumplió una década de que San Francisco Women Against Rape (Mujeres de San Francisco contra la Violación) comenzara su Marcha Anual contra la Violación. Las estadísticas son alarmantes: una de cada tres mujeres es agredida sexualmente durante su vida y lo mismo ocurre con uno de cada once hombres.

“Queremos que la comunidad sepa que este no es un problema del cual hay que hablar en secreto”, dijo Sandra Sandoval, directora de las iniciativas comunitarias de SFWAR. “Es un asunto que necesita hablarse abiertamente”.

Los participantes demandaron justicia después de un desayuno llevado a cabo en el Edificio de las Mujeres de San Francisco. Muchos llevaban la camiseta verde de SFWAR, con lo cual era imposible pasar desapercibidos. Con carteles y señales en la mano, los sobrevivientes y aliados marcharon por la Calle 18 escoltados por la policía, mientras algunos conductores que pasaban hacían sonar el claxon en muestra de apoyo.

“En mi caso, siento como si caminara junto con todas las personas de mi familia que son sobrevivientes”, dijo Laurene Domínguez, ella misma una sobreviviente de violencia sexual. “Tengo sentimientos encontrados: estoy feliz, estoy orgullosa y también estoy triste. Tenemos que hacer cosas como estas para despertar la conciencia”.

Al lado de su madre y su perro, Domínguez participó en su quinta marcha con SFWAR. Domínguez pertenece a la Universidad Estatal de San Francisco, donde coordina el Espacio Libre de Agresión Sexual (SAFE, por sus siglas en inglés), un centro de recursos para la prevención de la violencia sexual y la intervención en casos de crisis. Otros estudiantes y colegas suyos de la universidad marcharon también.

SFWAR, una organización sin fines de lucro que se sostiene con el apoyo de la recaudación de fondos y donaciones, ofrece una línea de crisis de violación las 24 horas del día, así como programas de terapia, consejería médica, educación preventiva y mucho más.

Desde hace más de 40 años, SFWAR brinda estos servicios a través de su programa de voluntarios y tiene la esperanza de que estas marchas despierten la conciencia y pongan alto a la epidemia de la agresión sexual.

“Está bien que la gente no quiera hacer denuncias, lo más importante es que tengan información”, dijo Sandoval. “La educación preventiva es, a nuestro entender, la clave más importante ante cualquier agresión sexual. ¿Qué quiere decir esto? Información, conocimiento, necesitamos empezar a tener más espacios donde las personas se enseñen mutuamente a hablar sobre esto”.

Cuando se reunieron en el parque Potrero del Sol, mientras cantaban y marchaban al unísono, alguien se destacó entre la multitud. Con el pelo rojo cereza y falda a cuadros, Sasha Cuttler, una transformista, bailó al compás de la banda que acompañaba a los más de doscientos participantes. Cuttler participó en la marcha como aliada en representación de la comunidad de transformistas y transgéneros, quienes también son víctimas de violencia sexual.

“Solo desearía que no tuviéramos que organizar las marchas número 11, 12 y 13 por esto”, dijo Cuttler. “Es intolerable. La violación puede parar”.

En un principio, nerviosa por ser un hombre que se viste como transformista, Cuttler quedó contenta tras la bienvenida y entusiasta energía de los participantes de SFWAR que bailaban a su lado.

Vi a personas que parecían tímidas y que quisieron bailar conmigo en el festival y eso me hizo sentir muy bien”, dijo Cuttler. “No hay vergüenza del cuerpo, no hay vergüenza de la ropa, todos somos solamente personas que quieren hacer algo en contra del problema de la violación”.

SFWAR tiene su sede en el Edificio de las Mujeres en San Francisco, ubicado en la Calle 18, el número de su línea de ayuda es (415) 647-7273(RAPE).

— Traducción Sandra Valmaña Lastres