La generación más joven de este país se está involucrando cada vez más en la política local; aún sin el apoyo de auspiciantes renombrados, muchos han ido ganando terreno mediante poderosas campañas comunitarias. 

La candidatura de James Coleman, de 21 años, para integrarse al Concejo Municipal en el Distrito 4 del Sur de San Francisco no es una excepción. Con un amigo de la infancia convertido en su jefe de campaña y voluntarios de la comunidad, Coleman rápidamente acumuló simpatizantes y superó al que ha sido el titular por 18 años, Rich Garbarino, por más de $4 mil, según informa su campaña.

Su contienda se basa en plataformas progresistas como la lucha contra el cambio climático, la reducción de recursos y desmilitarización de la policía en la ciudad donde nació y creció, así como el cuidado infantil universal, el acceso a Internet y la promoción de otras voces jóvenes.

Actualmente estudiante de la Universidad de Harvard, Coleman dice que conocer gente de contextos más privilegiados lo ha hecho reflexionar sobre la inseguridad de la vivienda, las leyes de zonificación o exclusión y el acceso desigual al transporte público que enfrentan muchos residentes de SSF.

Crecer en la que fuera una ciudad industrial, le permitió ver el importante crecimiento inmobiliario conforme se dio el florecimiento de la industria de la biotecnología y sus efectos en la que fuera su comunidad, mientras que a la par constató el aumento en el costo de vida. La expansión de viviendas asequibles para su ciudad natal es otra de las prioridades del candidato.

Cuando se le preguntó qué le falta al Concejo Municipal de SSF, no pudo contener la risa y afirmar: “Energía. Ideas atrevidas”. De resultar electo, Coleman será el primer miembro más joven y de la comunidad LGBTQ + en la historia de esa entidad.

Pese a décadas de crecimiento de la comunidad de inmigrantes en SSF, el concejo ha estado dominado durante mucho tiempo por residentes mayores, a menudo blancos. Si bien se ha diversificado un poco en los últimos años, Coleman cree que puede representar no solo a la generación más joven, sino a todas las “personas comunes” que necesitan ser escuchadas.

“¿Cómo puedes mirar el mundo que te rodea y no hacer mucho? ¿O hacer lo mínimo? Me parece inconcebible estar en medio de una pandemia y que nuestra ciudad esté arrojando migas de pan a nuestra gente”.

Coleman dice que la ciudad cuenta con $31 millones en reservas no etiquetadas que deberían usarse para apoyar a la comunidad durante la pandemia. “Este fondo se guardó para un día lluvioso, y si esto no es considerado un día lluvioso, no sé qué lo sea”, dijo.

Según un comunicado de prensa de su campaña, Coleman ha recibido en donaciones un promedio de $50 por cada una, mientras que su oponente, Garbarino, de $529 por donación. Aun así, según el joven candidato, está superando a su contendiente. “Esto fue posible gracias a la diversa coalición de estudiantes, educadores y jubilados que hasta ahora han depositado su fe en la campaña de James”, dice el comunicado de prensa.

Franchesca Buendía, su amiga y administradora de campaña, dice que la recepción que Coleman ha tenido por parte de SSF ha sido inspiradora. Así como ella apoya con la administración de la campaña, otro amigo de la escuela secundaria creó el sitio web, mientras que otros amigos y residentes del distrito ayudan con su promoción vía telefónica.

En cuanto a la diferencia entre Coleman y Garbarino, Buendía dice: “Es el abordaje y la accesibilidad. James se ha estado conectando activamente con los miembros de la comunidad y ha podido conocer de primera mano lo que están pasando los residentes”.

Y Coleman tiene grandes planes para su comunidad: “La gente siempre me dice, ‘debes tener tres prioridades’, pero tengo cuatro, porque hay muchos temas que son importantes”. En su sitio web, enlista 15 temas y su postura sobre cada uno.

En alineación con su trabajo de defensa del medio ambiente, quiere lograr cero emisiones de gases causantes del efecto invernadero para 2030, lo que, según él, está en concordancia con las recomendaciones de la ciencia: “Cualquier cosa más allá de eso es negar el cambio climático. Necesitamos escuchar lo que dicen los científicos”.

No es una idea radical, dice Coleman, al referirse a la reciente prohibición del Ayuntamiento de Berkeley sobre el uso de gas natural en futuras construcciones. “El Sur de San Francisco no ha estado haciendo lo que le corresponde para abordar la crisis climática. Y creo que ya es hora de que comencemos a hacerlo”.

James Coleman, candidato al Concejo de la Ciudad por el Distrito 4 en Sur San Francisco, afuera del ayuntamiento de esa ciudad. A sus 21 años de edad, este activista climático y estudiante en Harvard, buscará promover el progreso en su comunidad. Cortesía: James Coleman

El candidato también espera revisar el enfoque de SSF hacia la seguridad pública: “El Sur de San Francisco no es ajeno a la violencia policial”, dice recordando a Derrick Gaines, de 15 años, quien fue asesinado por un oficial de policía de la SSF en 2012. Ese oficial, Joshua Cabillo, que en 2018 disparó contra otro civil por la espalda, ahora está en la policía de San Francisco.

Como concejal, buscaría crear una comisión que supervise a la policía para que los miembros de la comunidad responsabilicen a la policía y aborden problemáticas. También quiere un grupo de socorristas capacitados en trabajo social y salud mental para responder a las llamadas de emergencia no violentas, una alternativa que se está adoptando en varias ciudades.

Después de haber visto a miembros de la comunidad de SSF ser desalojados ante el alza descontrolada en el alquiler, Coleman también espera implementar el control de la renta y hacer que las viviendas asequibles realmente lo sean. Actualmente, los costos están determinados por el ingreso medio del condado de San Mateo, que aumenta por los suburbios más ricos como Atherton y Menlo Park.

Coleman no quiere limitar el potencial de su ciudad y, a sus 21 años, ve su propio futuro de manera similar. Si bien le interesa la política, dice que podría dedicarse a la medicina, el derecho o la investigación científica. Fue criado por dos padres de clase trabajadora: su padre, un trabajador de FedEx, sufrió una lesión que lo dejó discapacitado cuando Coleman tenía cinco años, y su madre es una inmigrante taiwanesa que mantuvo a la familia trabajando como asistente de laboratorio.

Esta experiencia lo motivó a querer ser médico desde muy joven: en la actualidad, estudia biología regenerativa y de desarrollo humano en Harvard. También asumió un cargo menor en el gobierno e incluso cofundó lo que ahora es un capítulo de los Jóvenes Socialistas Demócratas de los EEUU, pero dice que nunca se imaginó ser candidato a un cargo hasta este año.

La respuesta de su ciudad natal al asesinato de George Floyd este verano lo motivó a entrar en política: “Ver que nuestro Concejo Municipal no respondía y desdeñaba el llamado de la comunidad para el cambio… me inspiró a contender para el cargo y querer hacer cambios”.

El que alguna vez fuera el mejor estudiante de la escuela secundaria y ahora alumno en Harvard, claramente ha tenido un éxito académico. “Hay un momento en el que ves a un niño y le dices: ‘No estoy seguro de poder enseñarte más’”, dice Jason Capitan, profesor de Economía y Gobierno de la escuela secundaria a la que asistió el contendiente.

Pero aunque no todos los que obtienen A están hechos para el éxito político, Capitan dice que Coleman se destacó incluso dentro de un grupo de 40 estudiantes. Incluso entonces, quería salvar el mundo, recuerda este profesor, destacando la determinación de su antiguo alumno.

Ahora, Coleman quiere llevar las experiencias, la educación y el privilegio que obtuvo en Harvard a SSF, para “empoderar y mejorar la comunidad donde una vez crecí”.

Y no importa quién piense cuánto haya crecido, como dice Capitan: “No se limita en nada. Mientras todo el mundo dice, ‘Bueno, no, espera tu turno, espera, todavía no estás listo para eso’, él dice ‘No, hagámoslo ahora, hagámoslo’”.