Un diploma de escuela secundaria es un importante punto de partida para muchos estudiantes que continúan con estudios superiores. Muchos se gradúan de secundaria listos para entrar en la universidad que han elegido, ansiosos por iniciar su educación universitaria.

Sin embargo, no es así para muchos estudiantes en el distrito escolar unificado de San Francisco (SFUSD por sus siglas en inglés), ya que se encuentran desilusionados después de graduarse. Las clases de secundaria que tomaron para satisfacer los requisitos de graduación no satisfacen los requisitos mínimos para solicitar entrada en una universidad de cuatro años.

Los conocidos como ‘Cursos A–G’ satisfacen los requisitos mínimos de admisión a una universidad pública de California, de la red UC o CSU. (Véase el cuadro 1.1 para un listado de requisitos de cursos A–G.)

“En mi último año de secundaria, me di cuenta que no había cumplido todos los requisitos. Me propuse hacer las preguntas necesarias para poder graduarme a tiempo”, dijo Jenny Melara, graduado de la Academia de Estudios Internacionales en 2005 y ahora coordinadora de programas para Coleman Advocates for Children and Youth, una organización ubicada en San Francisco que apoya causas para la juventud y niños.

El Departamento de Educación de California señala que de 3.773 graduados de SFUSD en el año 2008, sólo el 49 por ciento terminó los cursos A–G con calificaciones de C o mejores.

En 2009, el Consejo de Educación de la ciudad de San Francisco aprobó un plan para que los cursos “A–G” sean obligatorios como plan de estudio académico para estudiantes de secundaria, empezando con los estudiantes que se graduarán en el 2014.

Sin embargo, en muchas escuelas secundarias del SFUSD no se han realizado dichos cambios, y las minorías en el distrito escolar se están quedando atrás; va incrementando el porcentaje de negros, latinos y grupos de las islas del Pacífico que se gradúan sin satisfacer los requisitos para que los admitan a la universidad (o que sencillamente no completan sus estudios secundarios).

Arnolfo De La Cruz, director asociado de Coleman Advocates, dijo que “El plan fue aprobado, por lo cual todos tenemos que rendir cuentas a la hora de ponerlo en práctica. Algunas escuelas aún no ponen el programa en práctica y la gran mayoría de los estudiantes de color no pueden aprovechar las oportunidades que existen.”

La organización Coleman Advocates comenzó el “plan de equidad A–G” con el fin de que se cumpla esta directiva con los cursos A–G por toda la cuidad y pidió que se organice un grupo encargado de llevar a cabo dicho programa. Miembros de la comunidad y maestros de las escuelas podrían formar parte de éste grupo y serían responsables de informar sobre su desarrollo.

Para asegurarse de que los empleados de Coleman Advocates incluya a los padres y estudiantes que se ven más afectados por cualquier cambio de programa, ellos deberían poner en práctica el programa.

“Todos somos responsable para que esto sea un éxito”, agregó de La Cruz.

Tanto De la Cruz como Melara, así como muchos educadores, mencionan que las escuelas que han adoptado el programa de “A–G” son ejemplos del éxito al asegurar que los estudiantes, en particular estudiantes de color, cumplen los requisitos de admisión a una universidad.

Por ejemplo, en la escuela June Jordan School for Equity, cuya misión es ayudar a su diverso alumnado a conseguir un alto nivel académico, los cursos “A–G” forman el núcleo de su plan de estudios.

Varios informes muestran que, en comparación con el resto del estado, los graduados de June Jordan tienen más probabilidad de que los admitan a universidades de cuatro años. En 2007, más del 60 por ciento de su alumnado fue admitido a una institución de 4 años, en comparación con el 25 por ciento de los estudiantes del resto del estado.

“Me hace ilusión graduarme. Rellené solicitudes para muchas universidades, y ya me aceptaron en la de Holy Names, pero realmente quiero ir a Yale”, dijo Jeannette Ávila que esta en último año en June Jordan. “Sabré finales de marzo o principios de abril.”

En el año 2007, la Comisión de Estudios Postsecundarios de California condujo un estudio sobre los estudiantes que reúnen los requisitos para entrar en universidad mostrando que un 13,4 por ciento de los graduados de escuelas públicas en California cumplieron los requisitos de admisión para la red de universidades UC, mientras que un 32,7 por ciento los reunían para ingresar en la red CSU. Los porcentajes de reunión de requisitos en lo que se refiere a estudiantes negros y latinos han mejorado en los últimos años, especialmente para entrar en la red de universidades CSU, pero aún existen grandes diferencias entre los grupos raciales y étnicos.

—Traducción Sandra Aguilar