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El mural ‘Por Vida’ de la Galería de la Raza desencadenó intensa discusión entre las comunidades latinas y LGBTQ luego de su instalación el 13 de junio, a tal grado que fue víctima de vandalismo en cuatro ocasiones: primero rayado con pintura en aerosol y, finalmente, incendiado.

El incendio provocado, ocurrido el 29 de junio, fue grabado por cámaras de seguridad y el Departamento de Policía de San Francisco (SFPD) continúa en la búsqueda del o los delincuentes. El 18 de julio, el SFPD hizo público el video a fin de que la comunidad ayude a identificar al sospechoso que aparece vestido completamente de negro y con zapatos blancos al momento de incendiar el mural y luego, darse a la fuga. Hasta el momento, nadie se ha presentado ante la policía a denunciar.

Una semana después de la publicación del video, la Galería de la Raza llevó a cabo un foro abierto el 25 de julio para discutir con la comunidad lo sucedido e intercambiar opiniones sobre el asunto. Ninguno de los que se opusieron públicamente al mural (la mayoría, vía redes sociales) se dio cita.

“Aun cuando hay muchas personas llenas de odio escribiendo cosas en sus teléfonos, hay otras en el barrio que está abordando directamente con jóvenes este asunto”, dijo Nancy Polo, una activista, artista y panelista.

[su_youtube url=»https://youtu.be/m9zdPXQ8Se0″]Alrededor de 100 personas llenaron el campus Misión del City College de San Francisco, muchos miembros de la comunidad LGBT Latina estaban presentes. Todos los que hablaron demostraron su apoyo a la Galería de la Raza, así como al artista del mural, Manuel Paul, que fue uno de los panelistas.

Críticos del mural han dicho que fue cuestión de apropiación cultural, malinterpretándola y a la vez representando algo que no ha existido: cholos y cholas LGBT. El mural mostraba una pareja gay, una pareja lesbiana y un hombre transgénero al estilo lowrider.

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“Lo están llamando ‘buitre de la cultura”, dijo Pili. “La idea de retratar cholos por gente que no es cholo… Sienten como si sus historias fueron escritas por otros”.

Cuando la asistente Yolanda López ve el mural, ella percibe otro mensaje: “Esta es nuestra familia. Esto es quien somos”, dijo, refiriéndose a lo que el mural básicamente representa.

El mensaje latente del mural, aun cuando haya provocado comentarios y acciones dolosas, fue que sirvió para entablar un diálogo de aceptación de la gente LGBT en la comunidad Latina.

“Es una bendición disfrazada”, dijo el muralista y panelista Carlos ‘Kookie’ González. “El mural ha demostrado el poder del arte”.

El machismo, la religión y la presión de la familia, al igual que la cultura de pandilla, pueden jugar un gran papel en la crianza de los jóvenes latinos, que frecuentemente crecen pensando que ser gay es inaceptable.

“Así es como nos criaron”, dijo Joanna Bermudez-Hernandez, supervisora de un programa de reingreso y una de las panelistas en el evento. “El mural realmente desató muchas conversaciones en los hogares”.

Cuando salió del closet a los 15 años, el artista y activista Joey Terrell escuchó a su madre decir que preferiría que fuera un adicto a la heroína o un asesino. “Si no fuera por tu hermana”, le dijo, “me hubiera suicidado”.

Terrell, otro de los panelistas en el evento, no la culpó: “Ella fue criada así”.

“Tenemos una responsabilidad como hombres para cambiar esto”, dijo el artista y activista Juan Fuentes, también participante en el foro.
Muchos se quejaron, aun así, de que en el evento no hubiera mucho joven presente.

“Yo no veo a la gente que estamos tratando de educar”, dijo Gonzáles. Habiendo crecido entre la cultura pandillera, Gonzáles dijo entender la forma de pensar cuando se está en el ambiente del vandalismo.

“Una parte de la cultura, es la homofobia”, comentó. “Hay un sentimiento anti-gay entre la comunidad latina”.

El panelista Luciano Sagastume, un escritor y activista comunitario que también es un hombre transgénero, dice que la fobia a transgéneros, gays y afroamericanos separa a la comunidad. “Hace que nuestro poder sea menos visible”, declaró.

Sagastume tuvo que mudarse a San Francisco antes de poder llamarse a sí mismo un hombre transgénero cuando tenía 26 años. Dijo que salió del closet a los 15 años pero seguía confundido con su identidad. Sin verse representado en algún lugar, no sabía si podía ser un hombre trans”, explicó.

Es por esa misma razón que el mural es tan importante para tantos.

“Tomamos un espacio público y afirmamos el derecho de nuestra existencia”, dijo Pili. “Pueden ir a pintar el mural de los cholos heterosexuales al otro lado de la calle si quieren”.

El “artista que produjo todo el escándalo”, tal como Gonzáles lo llamó, dijo que nunca se imaginó que el mural desencadenara una reacción así de grande. Paul es miembro del Maricón Collective, un grupo de artistas y DJs chicanos/latinos LGBT de Los Ángeles.

“Pensé que estaría bien poner un mural en esa área”, dijo. “Una vez que salió al mundo real, se puso muy escalofriante”.

Paul estaba preocupado de que Galería restaurara el mural dos veces, pero se dio cuenta que era una buena manera de mantener la conversación. Dijo que por eso, muchos de sus amigos encontraron la valentía para decirles a sus padres que eran gay.

Denise Benavides, una simpatizante de Galería de la Raza, dijo que ella tuvo que mudarse de su casa antes de poder encontrar el valor para decirle a su familia que ella es una “chicana maricona”. Nadie en su familia conformada por más de 50 integrantes, es abiertamente gay.
“Desearía que más jóvenes estuvieran aquí”, dijo Pili. “Tenemos que hablar cara a cara, no por el Internet”.

La directora ejecutiva de Galería de la Raza, Ani Rivera, dijo que el foro era “un paso hacia la dirección correcta”, y que la conversación continuaría abierta.

“Somos una comunidad de por vida”, dijo Fuentes.