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Un grupo de cincuenta enfermeras universitarias de todo EEUU, que viajaron a Puerto Rico después del paso del Huracán María, para ofrecer ayuda voluntaria, están creando conciencia sobre la falta de ayuda federal para la isla.

Estas enfermeras, entre ellas Erin Carrera del UCSF, forman parte de la Red de Enfermeras Universitarias Responden (RNRN, por sus siglas en inglés), un programa de ayuda con doce años de existencia, patrocinado por Enfermeras Unidas de la Nación (NNU, también siglas en inglés), la organización más grande de enfermeras universitarias de este país.

“No solamente la gente necesita medicamentos y refugio, también necesitan comida y agua, algo que aquellos de primeros auxilios deberían haber dado”, dijo Carrera y agregó: “Algunos nos dijeron que éramos los primeros en ofrecer ayuda”.

Después de la visita del presidente Trump a la isla, el 3 de octubre, durante la cual el mandatario insistió que el número de muertos era de diesciséis, no calificó al huracán como una “verdadera catástrofe”. El 11 de octubre la NNU envió una carta al Congreso en la cual le pedía “ejercer su autoridad para asegurarse una rápida y eficaz función de FEMA (Agencia Federal de Emergencia, también siglas en inglés) y otros esfuerzos de ayuda en tierra”, para así prevenir futuras dificultades de salud pública en Puerto Rico.

“Nuestras enfermeras fueron testigo diario de la dura realidad, la inadecuada respuesta gubernamental y el feroz, e inhumano impacto sobre el pueblo de Puerto Rico. La Administración de Trump, FEMA y el Congreso deben actuar inmediatamente”, declaró Bonnie Castillo, enfermera universitaria y directora de RNRN.

Durante dos semanas, miembros de un grupo llamado Team 4 Rogue —el cual incluye a Carrera y Alfredo Ayala, un médico en Puerto Rico— ayudaron a los puertorriqueños de las afueras de San Juan, muchos de los que viven en áreas retiradas y que no han recibido ayuda por parte del gobierno.

Durante el tiempo que Carrera estuvo en la isla, pudo ver a personas que sufrían de heridas infectadas y condiciones de salud que amenazan la vida tales como diabetes y otras enfermedades. Ella recuerda entrar a una casa inundada, el moho cubría las paredes, y la ropa tendida sobre el tope de los muebles con la esperanza de secarse. El techo se había volado.

“Nuestra isla ha sido destruida a muchos niveles, pero nuestro espíritu se mantiene fuerte”, dijo Ayala. “Desde que Team 4Rogue se fue de la isla, he comenzado una organización sin fines de lucro, The Rogue United Corp., para continuar la labor. Somos voluntarios doctores, enfermeras, trabajadores sociales, consejeros de salud mental y muchos más. Cada día llevamos la muy necesitada agua, comida, medicamentos, pañales, filtros para el agua e incluso juguetes a las comunidades que necesitan ayuda”.

Ayala y su nuevo grupo de voluntarios no cobran por sus servicios, pero colectan por medio de GoFundMe, donativos que serán usados en la compra de suministros.

Las enfermeras que están de vuelta declaran que la inefectiva respuesta federal ha resultado en condiciones mortales. También están pidiendo que el gobierno federal suministre tecnología y programas en apoyo de Puerto Rico en los hospitales, que inicie medios alternos de telecomunicación en las áreas necesitadas, entregue botas para ayudar en la construcción, y haga entrega inmediata de Medicaid.

“La gente aquí en Puerto Rico está muriendo. Tenemos una crisis de salud”, declaró la vice presidenta de NNU, Cathy Kennedy:  “Las enfermeras han ido a las comunidades en las que lo único que piden es comida y agua —no deberíamos estarlo haciendo. EEUU es el país más rico del mundo; Puerto rico es parte de los EEUU.

Más de 215 mil personas se han ido de Puerto Rico hacia Florida desde que el estado comenzó a contar, según varios reportes de noticias, y se espera que la cifra aumente a 470 mil en los próximos dos años.

Hasta ahora el número de personas fallecidas es cincuenta y cinco sin embargo investigadores y medios de comunicación reportan números más altos. Investigadores de la universidad Penn State piensan que el número de muertos es más de veinte veces de lo que reporta el gobierno. Alexis Santos, puertorriqueño, director del programa de Demografía Aplicada, junto con epidemiólogo Jeffrey Howard, han calculado más de mil víctimas mortales relacionadas con el huracán.