El Papa Francisco trae una refrescante cara de humildad a la Iglesia Católica. El Jueves Santo lavó los pies a dos mujeres, a un musulmán serbio y a un católico italiano, ambos prisioneros en el centro de detención juvenil en Roma.

El Papa es el primer Francisco, cuyo nombre toma de San Francisco de Asís, quien fue conocido por su trabajo con los pobres. Entre los primeros cambios desde que tomó la corona abdicada del Papa Benedicto XVI, está la inclusión de mujeres en una ceremonia que se remonta a la Última Cena, cuando Cristo lavó los pies de sus discípulos. Tradicionalmente, el Papa lava los pies a docenas de sacerdotes, en esta ocasión, el Papa Francisco escogió prisioneros.

Marcelo González, un reportero respetado entre católicos tradicionalistas, escribió en su página de internet sobre la ceremonia, llamando al Papa Francisco, “enemigo jurado de la Misa tradicional, él solo ha permitido imitaciones en las manos de enemigos declarados de la liturgia antigua”.

La falta de pompas ceremoniosas de Francisco corre paralelo a su sermón, el cual predica sobre el sacrilegio de la injusticia económica. Durante su nombramiento el 16 de marzo el Papa dijo, “como me gustaría una iglesia que sea pobre y para los pobres”.

Como Arzobispo de Buenos Aires, Argentina, Francisco dobló el número de “sacerdotes de barrios pobres” —sacerdotes designados para servir en áreas empobrecidas con altos índices de desempleo, crimen y adicción a las drogas— y apoyó a empresas patrocinadas por la Iglesia, como cooperativas textiles para ayudar a los desempleados.

Esta tradición de servicio en áreas necesitadas les ha dado a los Jesuitas, una orden de católicos a la cual Francisco pertenece, el sobrenombre de ‘Soldados de Dios’. Ignacio de Loyola, un caballero vasco, fundó la Compañía de Jesús en 1534 después de tener una epifanía religiosa al ser herido en batalla.

Es del Hemisferio Sur, aboga por los pobres, y ¿eso qué?
Un debate rodea las raíces del Papa Francisco: como hijo de un inmigrante italiano trabajador de ferrocarriles, nacido en Argentina, Francisco es una mezcla, racialmente europeo y culturalmente argentino.

“Crecer en la cultura americana donde nosotros somos los inmigrantes, es confortante tener un Papa con la mismas raíces, es una iglesia de inmigrantes, de pobres”, dice Jeff Bialik, Director Ejecutivo de la Organización Caridades Católicas en San Francisco.

La elección de Francisco mostró el compromiso a través del reconocimiento de las iglesias católicas de que 40% de sus oraciones vienen de América del Sur y 14% de África, de acuerdo al Vaticano.

Renovando la Iglesia Católica
Con el poder de designar obispos, el Papa puede llenar los puestos con más mentes gemelas que aboguen por los pobres. Sus actos de humildad están influenciando su rebaño de 1.2 billones de católicos en todo el mundo. En el centro de detención de menores Sylmar en el Valle de San Fernando, un sacerdote imitó al Papa lavando los pies de docenas de jóvenes prisioneros.

Con los números de seguidores disminuyendo en el oeste, el nombramiento del nuevo Papa tan cercano al Día de Pascua, inspira un sentido de renovación entre los católicos. El Papa Francisco está revitalizando un movimiento llamado la “Nueva Evangelización” iniciado por el Papa Juan Pablo II, el cual busca contrarrestar el oeste laico animando a la gente a renovar su relación con Cristo y la Iglesia.

Bailik dice que el nuevo Papa ayudará a “la Nueva Evangelización, traerá más católicos y gente joven a la iglesia”.

—Traducción Carmen Ruiz