Cine Latino, cerrado desde 1987, está en proceso de renovación. Incluirá un gimnasio, un restaurante y una librería. Photo Mabel Jiménez

En 1913, el Teatro Wigwam abrió sus puertas en el número 2555 de la Calle Misión. Luego, en 1930, cambió su nombre por el de Nuevo Teatro Rialto; en 1947, pasó a llamarse Teatro Crown antes de convertirse en el icónico Cine Latino, en 1974.

Desde su cierre en 1987, el Cine Latino ha permanecido sin vida. Su propietaria, Vera Cort, dijo que junto con su esposo compró la propiedad hace aproximadamente trece años: “No somos promotores de bienes raíces. Compramos, arreglamos y volvemos a abrir todas nuestras propiedades”.

Hasta ahora, la familia Cort ha hecho eso, abrir muchos establecimientos en la Misión, entre ellos: Flour + Water, la Cervecería Southern Pacific, el Café Atlas, Southern Exposure, Central Kitchen y los estudios del número 1890 de la calle Bryant, por nombrar unos cuantos.

Cort pasó ocho años planificando a fondo el espacio de Cine Latino. Originalmente se pensó en convertirlo en un gimnasio de escalada, pero los miembros de la comunidad rechazaron la idea; ahora será un gimnasio y un restaurante/librería.

La porción de restaurante/librería ha sido demandado por ‘Busboys y Poets’, una fusión exclusiva de comida, arte, cine, libros y política. La primera fue fundada en 2005 por el artista iraquí-estadounidense y activista Andy Shallal, en Washington DC.

Desde entonces, la organización ha crecido y actualmente se considera a sí misma como un “espacio de reunión de la comunidad” y un “recurso para artistas, activistas, escritores, pensadores y soñadores”. Se ha ampliado para incluir prácticas ecológicas y tiendas de comercio justo en algunas localidades. De acuerdo a lo informado por Cort, ‘Busboys y Poets’ ocupará dos terceras partes de la planta baja del cine y el gimnasio ocupará el resto.

Cort no quiso revelar el nombre del gimnasio, sin embargo, confirmó que “la membresía será asequible y accesible para los miembros de la comunidad de la Misión”. También dijo que la marquesina de Cine Latino y su fachada están siendo restaurados para mantener su aspecto original.

Otra adición arquitectónica será un tejado abierto el cual, según prevé Cort, utilizará el gimnasio para impartir clases y el restaurante, para ofrecer reuniones.
Cuando se le preguntó si consideraba que el $1.000.000 de inversión del proyecto afectaría el clima en la calle Misión, ella respondió: “Esa cuadra está cambiando -se está renovando el New Mission Theater, así como el Giant Value. Creo que podemos esperar nuevos cambios en esa zona en los próximos años”.

También opina que el gimnasio y el restaurante serán adiciones positivas para la comunidad. “En realidad no hay gimnasios asequibles en la zona y ‘Busboys y Poets’ encaja bien en la Misión”, dijo.

Eric Argüello, de la Asociación de Comerciantes de la Zona Baja de la Calle 24, concuerda en que la cuadra de Cine Latino está cambiando. “Todo el barrio está cambiando”, dijo.

Y lo está, según el Censo de EEUU de 2010, entre los años 2000 y 2010 más de 7.000 latinos salieron del barrio de la Misión.

Argüello cree que “siempre es buena la revitalización”, y ve oportunidades en los cambios al interior del Cine Latino, “siempre y cuando resulten accesibles a los miembros de la comunidad”. Señaló que mantener a la pequeña empresa y ser parte del proceso de planificación son claves para conservar las raíces de este barrio.

Aunque Cine Latino pretende atender a los residentes de la Misión, el futuro del resto del desarrollo urbanístico es incierto. Se espera completar su primera fase de construcción para la primavera, pero su término es aun incierto.

Para información sobre las próximas reuniones de planificación se puede consultar la página de internet: www.sf-planning.org.

—Traducción Alfonso Aguirre