Photo Courtesy www.otherwords.org

A inicios de este mes, el Comité Federal del Senado para la Judicatura optó por no tomar en cuenta el proyecto de ley presentado por el senador Patrick Leahy (demócrata de Vermont), “Ley para Combatir la Ilegalidad y la Falsificación a través de la Internet” (conocida por sus siglas en inglés como COICA), hasta después de las elecciones del próximo mes de noviembre. La fundación Electronic Frontier Foundation, agrupación sin fines de lucro defensora de las libertades civiles con sede en San Francisco, respondió a ello publicando con un artículo titulado “Victory: Internet Censorship Bill is Delayed, For Now”. El proyecto de ley COICA, a la que el artículo se refiere como “peligrosamente defectuoso”, permitiría que el Fiscal General y el Departamento Federal de Justicia requieran el registro de los dominios en la Internet para bloquear el acceso de usuarios a ciertos sitios de la red. De igual manera, esto permitiría que el Departamento de Justicia colocara en una lista negra los nombres de dominios que carecen de una evaluación judicial “dedicada a actividades de tipo ilegal”.

“COICA convertiría a la red en algo arbitrario tratando el tráfico por Internet de manera diferente”, señaló Rebecca Jeschke, directora de medios de la Electronic Frontier Foundation. “La Internet permite que alguien con una buena idea —ya se trate de un nuevo producto, de una nueva teoría política, de un nuevo cortometraje cinematográfico o de algo totalmente diferente— tenga una audiencia de millones”, continuó expresando. “Esto fue una respuesta formidable. Sin una Internet que sea neutral, esta maravillosa y transformadora herramienta se convierte en algo menos útil”.

Pero, ¿qué es una “Internet neutral?”

“Neutralidad en la red” significa la lucha por asegurar que la normativa legal no permita que los proveedores de servicios puedan filtrar el acceso y la obtención de información a través de la Internet. De lograrse esto, la neutralidad en la red aseguraría que los proveedores de Internet estén obligados a brindar un acceso igual a los recursos de la red, en vez intentar monopolizar su control sobre éstos.

En el pasado, los proveedores de Internet han demostrado que la ausencia de control por parte del gobierno permite que éstos puedan utilizar su poder sobre el acceso que tiene el público a la Internet en favor a la ganancia de capital. En el año 2005, la compñía de telecomunicación Comcast impidió que sus usuarios pudiesen compartir bittorrents, una manera digital de compartir y de recibir archivos de gran volumen. Esta decisión alarmó por igual a usuarios y legisladores al darse cuenta que los proveedores de Internet podían censurar, o inclusive, limitar, los sitios de la red disponibles a sus clientes. En partes del país donde no existe la infraestructura necesaria para que exista Internet a gran velocidad, los proveedores de servicio han limitado el acceso de la comunidad a la World Wide Web. Un ejemplo de ello es el de un proyecto de viviendas en Filadelfia donde algunos de sus residentes no han podido tener acceso a la red a menos que paguen por el costoso servicio de telefonía digital que ofrece la compañía Verizon.

A pesar de que fue la FCC la que inicialmente se enfrentó a Comcast debido a las restricciones impuestas sobre los bittorrents, activistas que abogan por los derechos de lo digital no confían que la frágil acción judicial de la FCC asegure y proteja la neutralidad en la red para el uso público. Se dice que la FCC es muy susceptible a los intereses de la industria, conocido de otra manera como ‘control indirecto e influencia por parte de las legiones de grupos de presión corporativos y de las políticas dentro de la industria’. Ellos sostienen que existe la necesidad de crear una barrera basada en leyes firmes y de carácter específico que protejan el acceso del público a un contenido en la red que esté libre de regulación, de manera que los proveedores de Internet no puedan crear monopolios miniatura con información regulada.

Jeschke afirma que el acceso equitativo y neutral a la Internet es realmente crucial para las comunidades de clase trabajadora y de menores recursos. Comunidades que anteriormente no tenían una visibilidad política o recursos financieros abundantes han podido utilizar la Internet para participar en el proceso democrático de una manera que no tiene precedente alguno, cosechando gran atención a problemas locales relacionados con la justicia social y presentando una diversidad de relatos de índole alternativo. “En tiempo pasado, un necesitaba una imprenta, acceso a la televisión o a una cadena radial para hablarle a millones de personas”, continuó diciendo Jeschke. “Tú no necesitas más de eso debido a la Internet. Si la batalla por mantener la neutralidad en la red terminase con menos alcance para que el ciudadano común pueda tener un blog y colocar videos en la Internet, esto sería una pena terrible”.

De revisarse esto hasta los huesos, la lucha por la neutralidad en la Internet es una vieja historia de la cruzada a nivel de las bases populares por mantener un acceso equitativo a recursos públicos, mientras que aquellos que pertenecen a grupos de presión y los directores ejecutivos de las grandes empresas están forcejeando por administrar todos esos recursos para poder obtener ganancias. Según Karlos Schmieder, especialista en comunicación perteneciente al Center for Media Justice localizado en Oakland, solo el 38 por ciento de afroamericanos y menos de la mitad de todos los latinos poseen Internet con banda ancha. “Esta brecha representa mas allá de una división en lo que respecta a lo digital”, expresó Schmieder. “Se trata de una reflexión sobre las brechas de riqueza, de educación y de una democracia bajo franquicia que nuestro movimiento trabaja arduamente por eliminar. Existen algunas amenazas serias al tratar de asegurar reglas de camino que sean justas en la Internet”.

“Las compañías de telecomunicaciones están gastando millones para ejercer presión sobre el Congreso y sobre algunos grupos de defensa y de derechos civiles con el fin de crear la falsa opción entre la inversión en banda ancha para nuestras comunidades y en nuestros derechos para la Internet”, continuó Schmieder. “Se encuentra en riesgo el acceso a un sistema de comunicación que tiene el potencial para ser el más poderoso, creativo y democrático de nuestros tiempos. Nosotros ya hemos subvencionado con dólares provenientes de nuestros fondos públicos a compañías de teléfono, cable e Internet. Nos rehusamos a continuar subvencionando nuestros derechos humanos. De la misma forma en que nuestras comunidades utilizaron la Internet para evitar la parcialidad en los principales medios de comunicación, toda comunidad que se encuentre luchando merece el derecho a representarse a sí misma; lo cual, solo se hace al garantizar la codificación de reglas que le impidan a las compañías ejercer la discriminación o la demarcación con el fin de obtener ganancias a través de la red”.

Desde lo docente hasta lo político, hasta el uso rutinario de la Internet, hay demasiado en riesgo para que el público no tome en cuenta la continua lucha por la neutralidad en la Internet. “En las comunidades latinas debemos demandar una política enmarcada a favor del Internet de banda ancha a alta velocidad que garantice equidad y justicia”, dijo Schmieder. Este tipo de marco incluiría la subvención directa para obtener banda ancha en los hogares de menores recursos, las escuelas y las bibliotecas. De igual manera, éste protegería en particular a los consumidores de mayor vulnerabilidad, como aquellos que utilizan la banda ancha para llamar a sus seres queridos que se encuentran encarcelados o en otros países. Según opina Schmieder, asegurar un marco para el acceso a la Internet que se encuentre protegido tiene el potencial de “codificar la libertad de expresión para las personas a quienes se les ha negado ese derecho”.

¿Qué tipo de pasos recomiendan activistas como Jeschke —que abogan por los derechos en lo digital— debe tomar el público en general para salvaguardar el derecho a la neutralidad en la red?

Sólo uno: “Siga de cerca el debate”, afirmó ella. “Esto es algo bien difícil de hacerlo de una manera correcta, así que debemos de mantenernos alerta”.

Para mayor información, diríjase a CMJ online action network (http://centerformediajustice.org/action-center/join-the-movement/) y Latinos por la Libertad en la Internet (http://latinonetlibre.com)

—Traducción Eduardo Alegrett