Verónica Solís y su esposo Patrick Piazza frente al muro que separa Tijuana de San Diego en la frontera. La artista Ana Teresa Fernández pintó el muro de color azul cielo, creando una ilusión óptica que aparenta como si ese pedazo del muro fronterizo ha desaparecido. Foto Piazza-Solis

Cuando Patrick Piazza y Verónica Solís se casaron en San Francisco en el 2007, sabían que tarde o temprano tendrían que separarse.

El estatus migratorio de Solís, como indocumentada, significó la separación de su familia en México y vivir con el miedo a ser deportada.

Después de contraer matrimonio con Piazza, quien es ciudadano estadounidense, Solís solicitó indulto por estancia no autorizada. Esta solicitud le requería dejar el país y regresar al suyo por un mínimo de siete meses para ser examinada, entrevistada y esperar la aceptación o rechazo, esto último le implicaría no poder ingresar a los EEUU por diez años.

Solís llegó a los EEUU hace quince años y, desde entonces, el área de la bahía ha sido su hogar.

“Ella fue una de las primeras organizadoras del MAPP”, dijo Piazza al referirse al Mission Arts and Performance Project que tiene lugar cada dos meses.

Pese a su larga historia en el area de la bahía, ambos están enfrentando la incertidumbre de saber si podrán o no reencontrarse en San Francisco.

“Forzar a las personas a que dejen el país está diseñado a ser un castigo. Parte de la retórica es que estas personas han incumplido la ley y deben de ser sancionadas’”, dijo Piazza.

A pesar del largo compromiso de Obama sobre la reforma migratoria, más de 400 000 deportaciones ocurrieron sólo en el 2012. Debido a ello, muchos están ansiosos y esperanzados a que llegue ese cambio.

Solís aplicó para la antigua exención, la I-601 y dejó el país casi a finales de la primera administración de Obama, en medio de la incertidumbre del reforzamiento de las leyes anti-inmigrantes.

Desde la segunda administración de Obama, sólo se ha anunciado un cambio —una modificación en la exención que Piazza y su esposa aplicaron.

La nueva exención denominada I-601A es considerada la primera marea en una ola de la entrante reforma migratoria; la cual permite a inmigrantes indocumentados permanecer en los EEUU mientras su solicitud está en proceso.

Jessica Farb, abogada de inmigración del Centro de la Mujer y el Niño en San Francisco, señaló que el proceso pasado fue de alto riesgo.

“Hubo muchos a quienes se les aconsejó aplicaran y no calificaban, luego fueron separados de sus familias por diez años”, dijo Farb.

Piazza, quien se ha separado de su esposa por seis meses, espera recibir la aprobación para finales del verano. También señala la difícil carga emocional por la que está pasando.

“Paso días pensando si también debo vivir en México o no”, dijo Piazza al reflexionar si se le negara la exención.

La administración de Obama asegura que esta exención ayudará hasta a un millón de inmigrantes indocumentados. Sin embargo, los requisitos son los mismos. Irónicamente, este millón de inmigrantes indocumentados que calificaban para la exención anterior no aplicaron debido al alto riesgo de separación de familias.

Farb señala que la modificación traerá cambios favorables para casos relacionados con familia e inmigración.

“Ayudará a que las familias estén más informadas sobre las decisiones y al final sea todo más humano”, dijo Farb.

“No deseo que esto le ocurra a nadie. Tienen que parar de actuar pensando que todo merece una sanción”, dijo Piazza lamentando la situación por la que está pasando con su esposa.

—Traducción Pía Berastain