Foto Shane Menez

La Librería San Pedro y la tienda de artesanías indígenas G.G. Tukuy, ubicadas en las calles 24 y Florida, pueden ser los objetivos más recientes de lo que parece ser un patrón mediante el que agentes de bienes raíces amenazan con desalojar a pequeños negocios familiares en la calle 24.

“Una gran cantidad de agentes de bienes raíces e individuos (están) en busca de espacios en la calle 24”, dijo Erick Arguello, de la Asociación Negocios y Vecinos de la Calle 24. “Se ha vuelto muy popular en los últimos dos años —(la calle) Valencia está saturada, por lo que muchos negocios están buscando espacios aquí”.

Cubierto del piso al techo con artículos religiosos —libros, rosarios, ropa, dijes y cruces— la Librería San Pedro es una tienda católica para los fieles de la comunidad.

“Como dueños de negocios latinos, todos nos sentimos bajo presión. Ya nos echaron ​​(de otras áreas) y ahora nos quieren echar de aquí”, dijo Arnoldo González, quien administra la tienda junto con su familia.

Ambos negocios alquilan el espacio a la Iglesia San Pedro que está a un lado, y sus contratos de alquiler han expirado. Actualmente están alquilando mes a mes.

En la primavera, Manuel Estrada, párroco de la iglesia de San Pedro, recibió la notificación de la Arquidiócesis de San Francisco de que los dos negocios podrían ser objeto de desalojo.

“Le dije (a la Arquidiócesis) que estos espacios ya están alquilados… por familias de nuestra parroquia y que no quiero que se vayan”, dijo Estrada. “Es importante conservar estos negocios… porque este es un barrio latino… creo que es nuestra identidad como barrio”.

Según Arguello, potenciales inversionistas ofrecieron a la Arquidiócesis $100.000 para sustituir a los actuales inquilinos por un restaurante de lujo.

“La iglesia católica se comunicó con nosotros y ofreció alquilar el espacio”, dijo Mark Kaplan, corredor de bienes raíces para Rockwell Properties. “Encontré a alguien interesado que hizo una oferta general en mayo o abril; la iglesia no ha respondido”.

A pesar de repetidos intentos, la Arquidiócesis no confirmó la cantidad ni reveló la identidad del inversor a El Tecolote.

En un barrio con una tasa de desocupación baja y negocios arraigados en la comunidad durante generaciones, muchos comerciantes se muestran reacios a vender —por lo que es plausible para los inversionistas y agentes de bienes raíces tomar medidas por sus propias manos.

“Hemos visto un patrón mediante el cual se realiza una oferta a los negocios para que vendan, y un par de meses después tienen problemas con el departamento de salud”, dijo Arguello. “Es muy sospechoso —si los propietarios de negocios no quieren vender, (los inversores) tratan de deshacerse de ellos”.

A pesar de la oposición a los desalojos del padre Manuel, se celebró una reunión en la que representantes de Servicios de Bienes Raíces y Propiedad de la Arquidiócesis mencionaron que ambas tiendas necesitaban arreglar problemas eléctricos.

Los dueños de los negocios escucharon del padre Manuel que si solucionaban sus problemas eléctricos —lo que costaría a los negocios un estimado de $6.000 de su propio bolsillo— entonces “no habría ningún problema”.

“Podríamos ser desalojados en cualquier momento —nos preocupa que invirtamos el dinero y luego nos digan que nos tenemos que ir”, dijo González. “Yo y mi compañero de a lado, así es como nos sentimos”.

Ni G.G. Tukuy ni la librería han recibido una notificación de desalojo, sin embargo, la incertidumbre de lo que pasará con sus medios de vida y la falta de transparencia de parte de la Arquidiócesis tiene a todos preocupados.

“El padre Manuel está sintiendo la presión de la Arquidiócesis… él quiere que nos quedemos”, dijo González. “Pero al mismo tiempo, no sé por qué no nos ofrece un contrato de arrendamiento”.

En referencia a las tácticas agresivas que se están utilizando en la Librería San Pedro y G.G. Tukuy, y en otros pequeños negocios de la Calle 24, Arguello dijo: “Si las cosas cambian naturalmente con el tiempo y llega gente nueva, bien… pero es más sigiloso, más agresivo, (y) si no pueden encontrar un espacio pagarán a alguien para echarte”, dijo Arguello. “Van a hacer todo tipo de cosas. No es bueno el cambio cuando se intimida y hostiga a las personas”.

—Traducción Alfonso Agirre