Coincidiendo con el 200º aniversario de la independencia de México y el 100º de la revolución mexicana, se estrena la película “Corazón del tiempo” —presentada por la organización Cine + Más en conjunción con el Centro Cultural de la Misión como parte del Festival de Cine Latino de San Francisco que tendrá lugar en nuestra ciudad, Berkeley y San José del 16 al 26 de septiembre— bajo el lema “Un viaje al corazón de la resistencia zapatista”.

El alzamiento zapatista en Chiapas —estado del sur de México que colinda con Guatemala— del primero de enero de 1994 vino a recordar que por mucha revolución mexicana que hubiera hace 100 años, regiones como Chiapas aún viven una tremenda injusticia e inequidad social.

El zapatismo —movimiento insurgente que adoptó su nombre en honor a Emiliano Zapata, líder revolucionario del frente sur durante la revolución mexicana—puso en evidencia esta injusticia con reclamos tales como “La tierra es de quien la trabaja” o “Zapata vive, la lucha sigue”, haciendo referencia a la lucha de los campesinos por el derecho a la tierra y reclamando respeto para las comunidades indígenas.

Muy diferente a la revolución de 1910 de Zapata y Pancho Villa, la resistencia zapatista que ya cumple 16 años se caracteriza por un carácter pacífico, cuasi académico, usando los medios de comunicación, el internet y la solidaridad internacional como canales de denuncia para difundir su mensaje.

Constituyó una revolución de la era post-moderna, lejos de las armas, la guerra de guerrillas y la teoría del foco de Ernesto “Ché” Guevara tan popular en América Latina que consiste en organizarse en el monte, y concientizarse políticamente para gradualmente ir tomando los centros urbanos.

Y así como la revolución sandinista de Nicaragua y la guerra civil de El Salvador atrajo a cooperantes y brigadistas internacionales durante la década de los 80, el zapatismo se convirtió en causa célebre durante los 90 y ya en este siglo, atrayendo a jóvenes activistas de clase media de países occidentales e idealistas y románticos de América Latina.

La película “Corazón del tiempo” encaja en este escenario de cooperativismo y difusión mediática de la causa zapatista. El proyecto se inició en el año 2002 con proyecciones públicas de películas en el Municipio de San Pedro Michoacán, lugar donde se planeaba rodar la película.

El proyecto se acompañó de una vertiente didáctica en la que enseñar el lenguaje del cine a los locales, haciéndolos partícipes de la realización enseñándoles a leer un guión, a utilizar la cámara, a actuar…, involucrando en definitiva a las bases zapatistas.

El proyecto también incluyó un video documental de 50 minutos que se rodó simultáneamente, “Una mirada (al corazón) el documental del rodaje”, realizado por los compañeros bases de apoyo zapatistas Pedro, Gabriel, Adolfo, Ever, Magdalena y, el responsable del proyecto, el compañero Moisés.

Un director de la Ciudad de México, un músico cubano, un camarógrafo catalán, un artista del grafitti chicano de Los Ángeles, un periodista ligado al movimiento zapatista desde sus inicios, la universidad de la UNAM, la coproducción española… emprendieron este ambicioso proyecto que tardó seis años en realizarse, rodándose en el año 2007 y estrenándose el pasado mes de agosto de 2009.

“Corazón del tiempo” constituye un acercamiento postmoderno a las bases zapatistas, en lo que se refiere a las múltiples vertientes del proyecto, la producción del dvd, el largo desarrollo, la propuesta, el proceso y la temática misma, que reconstruye la realidad de la comunidad zapatista enmarcándolo en la problemática de género, de la mujer y las tradiciones.

Aunque documentales en Chiapas y sobre el zapatismo se habían hecho muchos, ésta es la primera que se hacía una de ficción, “…algo donde se ven historias de diferentes partes” como dice que entiende el cine una de las muchachas del pueblo.

La letra de la canción del grupo musical español ‘Ojos de brujo’, que participó en la elaboración de la banda sonora de la película, recoge la esencia de la película: “… tres historias diferentes / a la vez una sola / una abuela / una niña / y una muchacha que un día decidiría su futuro de una manera diferente / tres mujeres que son una sola”.

En palabras del compa Moisés, “esta película habla del movimiento zapatista, desde la vida cotidiana de los compañeros hasta en la forma de cómo se van organizando y adentro de esta historia se da un momento en que [una] muchacha elige su pareja y entonces ahí se va de que ella hace ahora como el derecho de las mujeres”.

La película narra la historia de una jovencita a quien, conforme a la tradición del pueblo, obligan a casarse con un muchacho, Miguel, mediante a un arreglo entre familias. Ella se resiste al enamorarse de Julio, un insurgente. Pero Sonia no quiere ser insurgente y quiere vivir en la comunidad, ser maestra.

“Las mujeres van a agradecer mucho esta parte de la película en que Sonia, a pesar de tratar de defender su derecho, llega un momento en que lo expresa, en el que dice que nadie tiene que decidir por ella.”

De ahí la película muestra el día a día en las comunidades zapatistas, la actitud provocadora de una presencia militar constante y la resistencia pacífica de los zapatistas.

El filme tiene un tono casi telenovelesco, presentando una estética muy cuidada, de cinematografía nítida y gran valor de producción. El guión está muy bien depurado, desarrollando líneas argumentales paralelas, una secundaria sobre la construcción de un tendido eléctrico en el pueblo y la principal sobre el conflicto amoroso que desata el diálogo en la comunidad. Así mismo, presenta un nutrido elenco personajes secundarios junto a los protagonistas que enriquecen la trama.

Si bien la película está basada en personajes reales de la comunidad y actuada muy diligentemente por ellos mismos, la forma no hace honor al contenido. Es cuando como espectador, uno se pregunta quién hace las películas, sobre quién las hace y para que las vean quiénes. Y con qué derecho.

Al emprender la labor de redactar esta reseña se me vino a la cabeza una película argentina, “El ambulante”, —que se mostró en San Francisco el pasado mes de mayo como parte del 53º Festival Internacional de Cine— en la que equipo de cine llega de Buenos Aires a un pueblito de provincia a rodar una película sobre un hombre que se gana la vida rodando peliculitas de ficción con los habitantes de los pueblos.

Y se me ocurrió compararlas porque ambas llegan a una comunidad con un guión prefijado y utilizan actores amateur locales. Pero mientras que “El ambulante” es una película sobre un hombre que hace películas, “Corazón del tiempo” es la película en sí. Y a pesar del espíritu didáctico de querer capacitar a un pueblo a expresarse a través del medio cinematográfico, se siente que la película tiene cierto aire usurpador.

Y también cierto componente propagandístico, dejando en evidencia el impacto que el equipo de producción tuvo en la comunidad a donde llegaron todos los cooperantes o equipo de filmación. Como dice la viejita, “cuando levanten vamos a quedar ya tristes porque siempre la bulla de las máquinas, de los aparatos siempre nos alegra un poco”.

Y es cuando me pregunto si no acaba resultando más interesante “Una mirada (al corazón) el documental del rodaje” que “Corazón del tiempo”, la película de ficción en sí misma. Son más de 100 años desde la invención del cinematógrafo y 100 años de la Revolución Mexicana, y así como el zapatismo replanteó una revolución que no se hizo del todo, “Corazón del tiempo”, aunque muy bien realizada, debiera haber replanteado el lenguaje cinematográfico como forma de expresión de una manera un poco más cabal.

“Corazón del tiempo” se mostrará en el Cine Roxie, en el número 3117 de la calle 16 a la altura de la Valencia, el próximo sábado 18 de septiembre a las 7 de la tarde. Para más información y boletos visiten: www.missionculturalcenter.org, www.roxie.com. Para más información sobre el Festival de Cine Latino de San Francisco visiten: www.sflatinofilmfestival.org