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Un glorioso silencio envolvió casi por completo la Calle 24 el pasado jueves, 16 de febrero. Cortinas y puertas cerradas, aceras vacías y una cantidad de espacio para estacionarse que nunca había visto sobre la calle principal del Distrito Comercial de la Misión.

Un silencio que decía mucho, por ejemplo, que no debemos olvidar el poder económico de la comunidad, que cuando nos organizamos podemos EEUU se encuentra despierta y lista para defender sus derechos más fundamentales.

La opresión a los inmigrantes es un mal que nos ha acompañado como sociedad hace mucho tiempo. Las mentiras que se han creado para justificar dicha opresión no son nuevas: los inmigrantes se roban tu trabajo, no se pueden adaptar a la sociedad, tienen costumbres y prácticas contrarias a la moral de este país y la joya de la corona, ese momento en el que Trump anunció su candidatura a la presidencia llamando a los mexicanos violadores, ladrones y criminales.

‘Un día sin inmigrantes’ #adaywithoutimmigrants, fue el nombre de la protesta económica en respuesta a las acciones de la administración actual: las recientes redadas de ICE en todo el país, la propuesta de ley del muro de los republicanos y el veto de entrada de la comunidad musulmana entre muchas otras cosas. Un día sin que los migrantes apoyemos la economía y no produzcamos para ver si realmente este sistema económico que nos maltrata puede vivir sin nosotros.

Nadie en este país debe ignorar que su realidad económica depende de la mano de obra y del gasto de los millones de migrantes que viven en este país. Sin nosotros, los EEUU no sería ni una parte de lo que es y por eso es importante que se busque la inclusión de todas las personas que abandonamos nuestro lugar de nacimiento y venimos a buscar las posibilidades de un futuro mejor.

Recientemente tuve la oportunidad de ver el documental I am not your Negro, en el que James Baldwin explica que la idea de llamar a alguien ‘Negro’, lo hace algo menos que una persona. Y que la razón por la que el privilegio y el capital han creado esta división es para justificar la explotación, humillación y la marginalización de otros. En el contexto actual un ‘Inmigrante’ es menos que un ‘Ciudadano’. Peor aún, la idea de que muchos de esos inmigrantes son ‘Ilegales’, insinuando que su propia existencia es un crimen, algo perverso de lo que tenemos que ser salvados. Esa es la justificación moral que el estado necesita para perseguirlos/perseguirnos.

Desde aquí mandamos un mensaje fuerte y claro: no estamos solos. Construyan su muro y nuestra generación lo va a echar abajo. No hay ningún ser humano que sea ilegal. Y que entendemos que en las condiciones más extremas el ser humano resiste, no por su color de piel o preferencia sexual o religiosa, sino por su obstinación de persistir en lo que es. Todos juntos nos ponemos de pie. Resistimos.

Todo nuestro agradecimiento a las personas que se unieron al paro, a quienes no compraron, no salieron, y no fueron a trabajar incluso arriesgando sus trabajos. A los negocios que cerraron y a todos los que compartieron la información. Gracias. Sigamos construyendo un país para todos.