Del norte de California, el líder nacionalista blanco, Nathan Damigo dirige a su grupo Identity Evropa durante la manifestación anti inmigración en el Pier 14 en San Francisco el 17 de octubre de 2016. Foto: Courtesía de Identity Evropa

Sentado en su estudio rodeado por decenas de libros, Nathan Damigo está a aproximadamente 100 páginas de su última aventura literaria, Por qué luchar: Manifiesto de la resistencia europea, de Guillaume Faye.

“Es genial”, dijo en una entrevista para El Tecolote, a través de facetime. “Déle una leída. Creo que lo encontrarás revelador.

Damigo, un autodenominado “Identitario” y fundador del grupo nacionalista blanco Identity Evropa, de Oakdale, CA, no siempre fue un lector. Desarrolló el hábito, que ahora considera una “obsesión saludable”, mientras cumplía cuatro años en prisión por robo a mano armada.

“No lo recuerdo horriblemente bien, pero lo recuerdo suficientemente bien”, dijo Damigo sobre la noche que cambió su vida.

El infante de marina Nathan Damigo regresa a casa, en California, en octubre de 2007 luego de su segunda partida en deber a Iraq. Foto: myspace.com

Tenía 21 años y recientemente había regresado a casa de su segundo viaje como infante de marina en Iraq.

El 11 de noviembre de 2007, el cabo Nathan Benjamin Damigo, robó a Changiz Ezzatyar, un taxista de San Diego, a punta de pistola.

“Es algo de lo que ciertamente no estoy orgulloso”, dijo Damigo, que ahora tiene 30 años. “Cuando volví de Irak, tenía problemas serios”.

Documentos de la corte obtenidos por El Tecolote demuestran que Damigo fue diagnosticado con transtorno de estrés postraumático (TEPT) por tres médicos diferentes, y fue acusado de un delito grave de robo, y un cargo menor por portar un arma oculta. El 26 de enero de 2010, Damigo se declaró culpable de robo. Fue condenado a seis años de prisión el 26 de febrero de 2010.

Damigo comparó su tiempo de prisión con un “período sabático de cuatro años”, y dijo que su “despertador” de la píldora roja (una referencia de la película The Matrix) llegó en 2011 cuando leyó un libro del prominente supremacista blanco David Duke, el ex Mago Imperial del Ku Klux Klan.

“De hecho, lo leí como broma. Y fue como, ‘Oh wow, hay un montón de cosas interesantes aquí’”, dijo. “Creo que [Duke] es un hombre que estaba dispuesto a decir cosas que no eran políticamente correctas. Era muy fácil satanizarlo”.

Aunque Damigo reconoce que se identificó con otros blancos en prisión, afirma que eso no influyó en sus opiniones actuales.

“Fue mi tiempo en prisión, pero a la vez no. Fue el hecho de que tuve tiempo para sentarme a reflexionar y pensar, estudiar y leer. Eso es lo que me llevó a mis creencias”, dijo Damigo. “En la prisión de California, cada raza se va con los suyos. Eso es simplemente como es. Así que sí, yo estaba con los otros blancos”.

El hermano mayor de Damigo, Josh, sin embargo, cree que su alianza con blancos en prisión influyó en sus puntos de vista.

Se convirtió en miembro de las “pandillas blancas en la prisión, como táctica de supervivencia”, Josh Damigo escribió en un correo electrónico a El Tecolote: “Creo que fue un gran perjuicio para él, ya que necesitaba ayuda para el TEPT, no para ir a la cárcel. Bonnie Dumanis y la ciudad de San Diego le hicieron a él y a todos los infantes de marina un terrible mal al condenarlo”.

De ‘niño patinador’ a nacionalista blanco

El tránsito de Damigo de ser un ‘niño patinador’ a veterano combatiente de la Marina, y luego, de un ex convicto a prominente nacionalista blanco, comienza en San José, CA, donde fue criado.

Según una evaluación psicológica, Damigo fue diagnosticado con transtorno por déficit de tención hiperactivo (TDAH) a los 8 años y comenzó a tomar Ritalin. Paró cuando llegó a la escuela secundaria Liberty Baptist, una pequeña escuela cristiana privada al sur de San José.

“Fue muy jodidamente diverso”, dijo Damigo sobre la Liberty Baptist. “Todo el mundo era una minoría”.

Según la evaluación, tuvo dificultades de aprendizaje en la escuela secundaria, requirió un tutor especial y tomó clases de educación especial por dos años, donde su madre era maestra y directora.

Se unió a los Marines en noviembre de 2004, durante su último año. Como cabo en el Batallón de Reconocimiento Blindado de Primera Luz, Damigo fue desplegado al oeste de Iraq durante siete meses desde agosto de 2005 hasta marzo de 2006.

Durante su despliegue, dos de sus amigos más cercanos murieron, uno por un ataque de artefacto explosivo improvisado y el otro en un tiroteo. Con pena y culpa de sobreviviente, cuando regresó comenzó a beber mucho y eventualmente intentó suicidarse. No buscó ayuda después del intento.

Damigo fue desplegado por segunda ocasión a principios de 2007 y, pese a presentar síntomas de TEPT, sobresalió. Cuando regresó a su hogar en octubre de 2007, sus síntomas empeoraron.

“Siempre fue el chico más simpático de mi familia, pero cuando llegó a casa, fue distinto, más calculado, menos amoroso”, escribió su hermano Josh. “Compartíamo habitación cuando regresó de Irak… De repente, quiso tener un bate de béisbol en la puerta de la casa por ‘seguridad’, y estaba mucho más nervioso y ‘cauteloso’ a su regreso. No tenía mucho sentido para mí”.

En noviembre de 2007, cerca del aniversario de su difunto amigo, Lance Cpl. Jeremy Tamburello, Damigo comenzó a beber mucho mientras estaba solo en el apartamento de su hermano Josh en San Diego. Había planeado quitarse la vida con una pistola, pero decidió dar un paseo para despejar su mente. Su caminata lo llevó a un parque en La Mesa, donde encontró al taxista Changiz Ezzatyar.

Según la primera evaluación psicológica de Damigo por la psicóloga clínica Heidi S. Kraft el 5 de diciembre de 2007, Damigo admitió que la decisión fue mala, pero creía que podría hacer que se “sintiera vivo”.

En una evaluación neuropsicológica realizada por Barbara J. Schrock del 23 al 24 de junio de 2008, Damigo dijo que estaba seguro de que Ezzatyar era iraquí.

“Él reportó que, por pensar que [Ezzatyar] era iraquí, ‘yo quería matar al tipo’”, lee la evaluación de Schrock. Damigo forzó a Ezzatyar a tirarse al suelo a punta de pistola y le dijo que le diera su dinero. Luego caminó hasta el final de la cuadra, se dio cuenta de lo que había hecho y empezó a correr.

La salud mental de Damigo continuó deteriorándose durante el 2008-09, ya que abusó de las drogas y el alcohol, y volvió a intentar suicidarse. Durante este período, se sometió a múltiples evaluaciones psicológicas, pero dio relatos contradictorios sobre el robo. En una declaración dijo que había experimentado un flashback, creyendo que estaba de vuelta en Iraq cuando asaltó a Ezzatyar.

Una conclusión que se mantuvo constante a lo largo de sus evaluaciones fue que la inteligencia de Damigo estaba por encima de la media y que exhibió liderazgo en el ejército.

Miembros de Identity Evropa, incluyendo a su líder, Nathan Damigo (el primero en la fila de enfrente) asiste a la conferencia 2016 del NPI el 19 de noviembre en Washington, D.C. Foto: Courtesía de Identity Evropa

Formar una nueva identidad

Después de ser liberado de prisión en 2014, y armado con su nueva ideología radical, Damigo co-fundó un grupo blanco nacionalista llamado Frente Nacional de la Juventud con la ayuda de alguien que encontró en línea. Pero éste se desvaneció debido en parte a una infracción de derechos de autor con una organización juvenil cristiana llamada ‘Frente de la Juventud’.

Él continuó publicando sus opiniones nacionalistas en un blog llamado “Dispossessedtemp”, hasta que lanzó Identidad Evropa en marzo de 2016.

El 17 de octubre, Damigo y una docena de miembros de Identity Evropa organizaron una manifestación en contra de la migración en el muelle 14, pidiendo el fin de la ley de ciudad santuario de San Francisco.

Identidad Evropa, que ahora tiene más de 100 miembros, de acuerdo con Damigo, tiene poca semejanza con la imagen clásica de los supremacistas blancos, sin capuchas blancas, ni cabezas rapadas, ni tatuajes de esvástica o insultos raciales. Están bien arreglados, bien vestidos y hablan bien.

“No estamos buscando intimidar a la gente”, dijo Damigo. “No es ese nuestro propósito. Nos enfocamos en una cosa, que es la raza y la identidad”.

Para Damigo y su grupo, esto significa abogar por una moratoria de la inmigración —tanto legal como ilegal— “para cualquiera que no sea de ascendencia europea, y dividir a los EEUU en ‘etnostados’ racialmente segregados”.

“Rechazamos [la idea de] el multirracialismo como algo bueno para la gente europea”, dijo Damigo. “¿Queremos que esta persona se reproduzca en nuestro grupo genético?”

Damigo afirma que este tipo de ideas no son de hecho racistas y que etiquetarlas como tal constituye un “de odio anti-blanco” que se utiliza para socavar los “intereses europeos”.

La afiliación a Identidad Evropa se limita estrictamente a personas que pueden trazar su ascendencia a Europa, excepto a los judíos, que están prohibidos incluso si tienen ascendencia europea. Damigo tampoco permite a los miembros relacionarse interracialmente, llamándolo “egoísta”, aunque una vez estuvo a punto de casarse con una latina.

Sin embargo, no ve un problema en complacerse de la cocina no europea o disfrutar de otras culturas.

“Los europeos han estado haciendo eso durante mucho tiempo… no hay nada malo en eso. Si es una unidad cultural buena… ¿Por qué no podemos adoptar eso en nuestra cultura?”, dijo. “Lo que estoy rechazando es un sistema que es problemático. El multiracialismo crea conflictos dentro de una sociedad”.

Este tipo de ideas, personas y organizaciones que las promueven, tales como Identidad Evropa, son parte de lo que se ha conocido como el ‘alt-right’.

El llamado ‘alt-right’

Concebido por un nacionalista blanco llamado Richard Spencer, la ideología derecha alternativa o ‘alt-right’ no es tanto un grupo real como un término que agrupa y es aplicado a una colección difusa de personas que comparten un conjunto común de ideas. La ‘alternativa’ se refiere al rechazo del enfoque del conservadurismo clásico en la economía y la política exterior, a favor de una ideología basada en la identidad, específicamente la identidad blanca, heterosexual y masculina. El movimiento puede entenderse mejor como una reacción negativa al multiculturalismo. Incluye conservadores tradicionales de extrema derecha, antisemitas, activistas contra la inmigración, provocadores de Internet, activistas por los derechos masculinos y racistas de la vieja escuela, así como nacionalistas blancos como Damigo y Spencer.

Las personas que han adoptado esta etiqueta creen, entre otras cosas, que el conservadurismo tradicional ha sido secuestrado por las élites globales, que el racismo inverso es real, que son los cristianos quienes están siendo perseguidos por sus creencias religiosas y que una “cultura de corrección política”, es la mayor amenaza a la libertad personal. También creen que la civilización occidental es superior a todas las demás y que es inseparable de la identidad europea.

Associated Press, que regula las convenciones de escritura periodística, ha etiquetado el término ‘alt-right’ como un “dispositivo de relaciones públicas”, lo que sugiere que deliberadamente oscurece las opiniones polémicas de personas como Spencer y Damigo. “En el pasado hemos llamado a tales creencias racistas, neonazis o supremacistas blancas”, escribió John Daniszewski, vicepresidente de estándares de AP.

Spencer, un intelectual bien vestido y de hablar suave, también ha adoptado la etiqueta “identitaria”. Actualmente dirige el National Policy Institute (NPI), un centro nacional de pensamiento nacionalista de Washington, DC.

“América, al final del día pertenece a los hombres blancos”, proclamó recientemente en una conferencia que dio en Texas A & M.

Miembros del grupo nacionalista blanco, Identity Evropa, llevan a cabo una manifestación anti inmigración en el Pier 14 en San Francisco el 17 de octubre de 2016. Foto: Courtesía de Identity Evropa

Una nueva era para la política de identidad

Las ideas por las que individuos como Damigo y Spencer abogan, por supuesto, han sido parte del paisaje político de los EEUU desde los primeros días del Ku Klux Klan. Por lo general son relegados a los márgenes del discurso político, pero pueden ganar tracción de vez en cuando, por lo general en períodos de agitación social. Y el surgimiento de Donald Trump ha provocado tal revuelo.

La incursión de Trump en la política comenzó en 2012 cuando dirigió a los “birthers”, un movimiento construido alrededor de una teoría de conspiración infundada y diseñada para deslegitimar al primer presidente negro de la nación. En junio de 2015, cuando lanzó oficialmente su sombrero en el ring para presidente, marcó la ocasión con un discurso racista degradando a los inmigrantes mexicanos, que jugaban directamente a la política de identidad del nacionalismo blanco. A lo largo de su camino hacia la presidencia, Trump se llamó a sí mismo candidato de “ley y orden”, amenazando con reprimir a grupos de justicia racial como Black Lives Matter. Prometió deportar a millones de inmigrantes indocumentados y construir un muro a lo largo de la frontera entre EEUU y México; y amenazó con prohibir a los musulmanes entrar en el país.

También ayudó a impulsar la propaganda nacionalista a través de su cuenta de Twitter, compartiendo contenido como un informe falso sobre el crimen “negro sobre blanco” que se originó en fuentes neonazis y una imagen alterada de Hillary Clinton detrás de una estrella de seis puntas de David, y un montón de dinero en el que se lee “La candidata más corrupta de todos los tiempos” (que fue condenado rotundamente como antisemita).

“La campaña de Donald Trump fue el primer paso hacia la política de identidad en los EEUU”, dijo Spencer a periodistas durante una reciente conferencia del NPI en Washington, DC. Spencer añadió que si bien no consideraba que Trump fuera “alt-right”, el presidente electo más que ningún otro republicano compartía una conexión “psíquica” con el movimiento.

La elección de Trump de Stephen Bannon como su principal estratega y consejero mayor, es considerado por muchos como un asentimiento evidente al movimiento ‘alt-right’. Bannon fue miembro fundador de la junta y ex presidente ejecutivo de Breitbart.com, el sitio web conservador conocido por su estilo de periodismo partidista impulsado por ideologías tóxicas. Bannon, nombró a Breitbart como “la plataforma para el ‘alt-right’”.

Desde que asumió su nuevo papel, Bannon ha tratado de distanciarse del nacionalismo blanco, pero no específicamente del ‘alt-right’.

Ben Shapiro, un ex reportero de Breitbart, quien salió a principios de este año debido a los estrechos vínculos de Bannon con la campaña Trump, describió a Bannon en una entrevista con Slate.com como “muy hambriento de poder” y dijo que “está dispuesto a usar a cualquiera y cualquier cosa para salir adelante, y eso incluye hacer causa común con el racista, antisemita alt-right”.

Tanto el presidente electo como su jefe estratega han rechazado públicamente el nacionalismo blanco, pero la campaña que hicieron hacia la Casa Blanca ha indudablemente envalentonado el movimiento nacionalista, ha llevado la cuestión de la identidad blanca a la vanguardia de la discusión política y, durante el proceso, ha dado a hombres como Damigo y Spencer, una plataforma que sólo podría haber soñado hace unos años.

Damigo dijo que no considera a Trump como parte del movimiento, pero dijo que la victoria del presidente electo sobre Hillary Clinton “fue algo grande para nosotros”.

“Lo que más me gustó de él [Trump] fue que creó un espacio para tener una conversación, puso cosas como la migración sobre la mesa”, dijo. Si cumple o no sus promesas, soy escéptico. Si se retracta, lo vamos a perseguir con más fuerza que nadie”.

—Traducida por Katie Beas