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Cerca de 800 estudiantes y profesores marcharon a través del campus de la SF State la mañana del 25 de febrero antes de reunirse con el presidente de la universidad para abordar los inminentes recortes presupuestales al primer y único de Estudios Étnicos de la nación.

“Qué pena por ustedes de ponernos en esta situación”, dijo Oscar Peña, un estudiante del programa de Estudios Latinos, dando así un mensaje personal y sutil al presidente Leslie Wong. “Si no hubiera sido por la escuela, probablemente yo estaría en las calles robando a algunos de ustedes. La educación me enseñó cómo ser un líder, cómo ser un padre, cómo estar en la comunidad”.

Profesores y estudiantes han estado extremadamente preocupados desde el 18 de febrero, cuando la facultad tuvo noticias de recortes financieros previstos para el Colegio de Estudios Étnicos. El 25 de febrero, Wong, Provost, la vicepresidente de Asuntos Académicos, Sue Rosser y el vicepresidente de Administración y Finanzas, Ronald Cortez, se reunieron con los estudiantes y profesores para hacer frente a las preguntas y preocupaciones sobre los recortes que, de aplicarse, podría resultar en una pérdida económica del 17 por ciento a la universidad, de acuerdo con una hoja informativa proporcionada por los estudiantes.

“Esto no es nada nuevo”, dijo el presidente de Estudios Indoamericanos, Andrew Jolivette, quien explicó que la financiación insuficiente de la universidad ha sido constante y los profesores, estudiantes y personal, han tenido que recaudar fondos por su cuenta para mantener los programas y servicios que se ofrecen.

Uno de los puntos principales de la administración para justificar tales recortes es el presunto gasto excesivo y la mala distribución de los fondos por parte de los miembros del colegio.

Según Cortés, Wong heredó un déficit estructural de $7.5 millones, que desde entonces se ha reducido a $2 millones. “No quiero dar la impresión de que este es un asunto que ha empeorado. Sino que es cada vez mejor”, dijo Cortez en la reunión. “El asunto es: ¿[el Colegio de Estudios Étnicos] ha hecho una distribución correcta o ha hecho gastos excesivos?”

Sofía Cárdenas, miembro del Centro de información para el estudiante y empoderamiento de Estudios Étnicos, respondió: “No podemos mirar a [Colegio de] estudios étnicos diciendo que realiza gastos excesivos cuando en realidad ni siquiera tenemos suficiente dinero”, dijo.

La asignación presupuestal para el periodo 2015-2016 es de $3.6 millones, según cifras proporcionadas por Jonathan Morales, director de medios de comunicación y noticias de la SF State.

“Lo que los estudiantes pueden llegar a perder con estos recortes es el crecimiento personal y el aprendizaje de sus historias”, dijo Leticia Arce, ex alumna del programa de Estudios Latinos. Esta oriunda de Bakersfield trabaja para Causa Justa, una organización en el distrito de la Misión que aboga por los inquilinos y familias que enfrentan desalojos de vivienda. “En todo caso, deberíamos estar viendo cómo aumentar el financiamiento a los estudios étnicos”.

Uno de los componentes principales y únicos del Colegio de Estudios Étnicos es su compromiso con las comunidades locales. Requiere un objetivo de aprendizaje enfocado al servicio a la comunidad donde los estudiantes obtienen oportunidades para trabajar en organizaciones comunitarias locales.

Arce, estudiante universitaria de la primera generación, atribuye su voluntad política y enfoque por derechos de los inmigrantes a la educación que obtuvo en el Colegio de Estudios Étnicos. Ella dijo que los cursos y sus profesores también ayudaron a desaprender gran parte del odio que tenía hacia su propia cultura.

“Tenía mucha rabia creciendo en mi interior”, dijo Arce. “Asistir a los cursos de estudios étnicos me ayudó a identificar cómo encauzar esa ira. No hacia mi familia, que tuvo que tomar decisiones para sobrevivir, sino hacia instituciones injustas”.

Carlos Peterson-Gómez, alumno del programa Estudios Indoamericanos, dijo estar agradecido también con el Colegio de Estudios Étnicos y sus profesores por su crecimiento personal. Él visita periódicamente a sus antiguos profesores de quienes recibe consejos sobre el trabajo que realiza con los jóvenes en la comunidad.

“Trato de mantenerme en contacto y cerrar brechas”, dijo Peterson-Gómez, que forma parte de Campesinos Urbanos, un programa de liderazgo sobre justicia alimentaria en el distrito de la Misión.

Otras contribuciones de este programa incluyen las de Caro Monico y Zoel Quiñones, que establecieron la Clínica Martín-Baró, toda una clínica de estudiantes y voluntarios que proveen, a bajo o ningún costo, atención médica para las poblaciones marginadas, que incluye una importante población inmigrante.

El 23 de febrero, Wong envió un correo electrónico al campus, “Un lugar bien merecido de orgullo para la SF State, por ser el primer y único colegio de Estudios Étnicos en la nación. Por desgracia, un malentendido ha surgido el cual deseo disipar. Pueden estar seguros de que no existe ningún plan para reducir el presupuesto anual a ninguno de nuestros seis colegios, incluyendo el Colegio de Estudios Étnicos. Mientras que nuestro presupuesto 2016-17 de la universidad no ha finalizado, se espera que la asignación de este año se parezca mucho a la del año pasado”.

Jolivette dijo que Wong y su administración se complacen en culpar al Colegio, que se traduce en una situación de emergencia por la escasez de fondos.

“Tienen que asumir la responsabilidad de su falta de liderazgo”, dijo Jolivette, que también es parte de la Asociación de Profesores de California (CFA). La CFA ha estado organizando una posible huelga en abril de no concederse un aumento salarial del 5 por ciento al profesorado.

“Todo lo que queremos, todo lo que estamos exigiendo es una educación equitativa”, dijo Cindia Díaz, representante de la organización estudiantil Movimiento Estudiantil Chicano de Aztlán (MECHA).

—Traducción Katie Beas