El nativo del Distrito de la Misión, en San Francisco y especialista militar George Ruiz, junto a un monumento en el Resolute Support Headquarters, en Kabul, Afganistán, dedicado a los fallecidos miembros de la Fuerza de Seguridad Nacional Afgana y la Coalición de los EEUU, la Fuerza de Apoyo de Seguridad Internacional. Foto courtesía del Departamento de Defensa

Alessia Sofía Ruiz tiene solo dos semanas de edad, pero su padre —que se encuentra a mitad de camino, recorriendo todo el mundo entregando correo— aún no ha podido abrazarla.

“Conforme se acerca la fecha, pareciera que el tiempo es más lento”, dijo el especialista del ejército de los EEUU, George Ruiz, desde Kabul, Afganistán, cuyas fotos de su esposa e hijos cuelgan junto a su cama. Las fotos le permiten ver su familia todos los días, pero a la vez recuerda cuanto los echa de menos.

“Pero el reloj está en marcha”, dijo Ruiz. “Ya casi estoy en casa”.

George Ruiz (al centro) con su esposa, (a la derecha) y su hijo Amiliano. Courtesía de Melissa Ruiz.

La casa de Ruiz se encuentra en el corazón de la Misión, en San Francisco, donde viven su esposa Melissa y sus hijos Amiliano y Alessia.

Ruiz, 26, se enlistó en la Guardia Nacional de los EEUU en diciembre de 2009, y en la actualidad se encuentra asignado  como apoyo del Resolute Support Headquarters frente a la sede de la Embajada de los EEUU, en Kabul. En un complejo que alberga a 2,500 personas de 42 países, Ruiz apoya en las operaciones postales, ayudando a entregar por helicóptero el correo a los hombres y mujeres en servicio.

“El correo es muy importante aquí. Conecta a los soldados de los EEUU y a todas las fuerzas de la coalición con sus familias en casa, dondequiera que se encuentren”, dijo Ruiz. “La moral de los soldados cuando el transporte del correo se vino abajo… se pusieron muy tristes. Tan pronto como llegamos a la parte posterior del transporte, fue un total de 180. No me di cuenta lo importante que era el correo, sobre todo de vuelta a casa”.

Antes de Resolute Support, Ruiz estuvo asignado al campo de aviación de Bagram, al norte de Kabul. Durante dos meses, participaría en los rodeos postales, misiones de 4 días donde él y su equipo volarían en un helicóptero “fuera del alambre” (o en zonas de guerra) para reenviar el correo a bases de operaciones que no contaban con ese servicio. Con equipo militar completo, Ruiz escoltaría la caja marca Stanley de 300 libras para entregar el correo en varias bases.

“Es peligroso. Nunca se sabe lo que puede suceder. Es sólo una de esas cosas que alguien tiene que hacer. Y estoy orgulloso de decir que soy una de esas personas que sacrifican su tiempo y esfuerzo para ello”, dijo Ruiz. “En lo personal, me siento honrado de ser parte de la ecuación de un soldado que recibe un paquete de su familia, o quien quiera que sea. Y poner una sonrisa en la cara, especialmente durante la temporada de vacaciones, porque eso es cuando en mi opinión, realmente se extraña más a la familia”.

La familia de Ruiz le echa de menos también.

“No podría estar más orgullosa de él. Por supuesto que lo extraño. Pero sé lo que está haciendo por una buena causa”, dijo su esposa, Melissa Ruiz. “Tener un bebé sin él y criar dos ahora, ha sido difícil, pero sé que nuestro amor puede superar cualquier cosa”.

Hecho en la Misión
Creciendo como un mexicoamericano en el Distrito de la Misión, Ruiz evitó una vida de pandillas, una tendencia muy  frecuente en la que cae la juventud latina de la ciudad.

“La mayoría de los latinos creo, incluyéndome, han experimentado ese tema”, dijo Ruiz. “Ese vado en la vida en el cual puedes impulsarte, tropezar o caer. Pero por suerte yo fui capaz de no caer en la tentación”.

Ruiz creció en el mismo complejo de apartamentos en la calle 19 y Lexington, junto con su madre y sus hermanos. Asistió a la escuela San Pedro, en las calles 24 y Alabama, desde preescolar hasta octavo grado, para luego acudir a la Leadership High School, para luego transferirse en su tercer año a la Thornton High School.

“Ya estaba teniendo la inquietud durante mi último año. Así que empecé a invertir más tiempo en los libros, y haciendo lo más que pudiera, dijo Ruiz. Sin embargo, su educación se estancó al no poder concluir sus estudios. Pero finalmente completó su GED a través de la Guardia Nacional de los EEUU.

Durante su periodo estudiantil, Ruiz fue miembro de PODER (People Organizing to Demand Environmental and Economic Rights). Allí, ayudó a iniciar el Programa Cuadrilla de Educación y Servicios, donde los jóvenes de la comunidad se enfrentan al ataque indiscriminado contra negros y jóvenes latinos. También ayudó a combatir el problema de la congestión vehicular y la contaminación causada por rutas de camiones no oficiales en el Distrito Excélsior.

“Me encanta George. Aquí en PODER tratamos de ser como una familia” dijo la coordinadora de PODER, Teresa Almaguer. “Estoy muy feliz de verlo feliz con su familia. Él es un muy buen padre. Siempre ha sido bueno con los niños”.

Mientras que Ruiz no pudo estar presente para el tercer cumpleaños de su hijo Ami, tuvo la suerte de verlo vía FaceTime. Esta es una aplicación que le ha permitido mantener su relación con su hijo.

“Sólo con ver su rostro y saber que está bien me hace sentir a gusto. Es un lugar en el que da miedo estar”, dijo Melissa. “Facetime ha sido mi mejor amigo durante toda esta experiencia. Estoy agradecida de que él puede tener tiempo para llamarnos. Solo estoy esperando que aparezca en mi puerta”.