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Durante 43 años, Carlos Navarro ha estado a cargo de la Navarro’s Academy of Martial Arts & Bodybuilding Gym, ubicado en Bernal Heights, pero al parecer se ha visto forzado a desalojar el espacio del 3470 de la calle Misión luego de que la propietaria anunciara en agosto que la renta incrementaría de $1,800 a $6,500.

Pese a las peticiones por parte de la familia Navarro y el Supervisor del Distrito 9, David Campos, la dueña del edificio, Alice Tse, informó que una librería cristiana estaría reemplazando al gimnasio. Sin embargo, Navarro y su hija, Rubie, quien le ayuda a administrar el gimnasio, no se irán sin antes haber luchado.

“No somos un buen negocio aquí (según Tse) porque no estamos haciendo mucho billete”, dijo Rubie. “Prefiero cobrarles a mis estudiantes una cantidad razonable para mantenerlos fuera de la calle. A la larga es un buen negocio para nosotros el que un chico crezca y se convierta en policía o en un supervisor y esté para ayudar a otros”.

Desde que se les informó que debían abandonar el lugar, los Navarro han tenido que tomar acción, contratando a Salvatore Timpano, un abogado en asuntos inmobiliarios en San Francisco.

De acuerdo con Timpano, el propietario tiene el derecho a tomar posesión de la propiedad siempre y cuando se apegue a la ley. En este caso, la propietaria tomó represalias en contra de sus inquilinos luego de que le solicitaron reparaciones que se requerían en el edificio, haciéndoles llegar una notificación de desalojo. Pero los Navarro sintieron que el notificado fue hecho de mala fe y que era una violación a la ley estatal.

Están a la espera de un tipo de acuerdo con Tse, en el cual ella pueda recibir renta según el valor del mercado, por medio de contribuciones del inquilino y de la Proposición J —el fondo de preservación aprobado por los votantes para proveer de incentivos a los propietarios que continúen rentando a negocios legado en riesgo de desalojo. El caso irá a juicio (a menos que se llegue a un acuerdo o sea desestimado) en donde un jurado decidirá sobre quién prevalece la razón.

Una audiencia de apelación (un reto para la validación de una demanda) se llevó a cabo en noviembre decidiéndose a favor de los Navarro.

Rubie y Timpano dijeron haber llenado toda la documentación requerida y estar a la espera de que la propietaria inicie una solicitud de enmienda en el transcurso de la próxima semana.

La comunidad se ha manifestado a favor de los Navarro.

“El de los Navarro es un negocio patrimonio que ha sido parte fundamental de la comunidad por décadas”, dijo Erick Argüello, presidente de Calle 24 Distrito Cultural Latino. “Ellos son parte del alma de San Francisco”.

El Supervisor David Campos, autor de la Proposición J, dijo que el de los Navarro es el tipo de negocios para el cual fue diseñada tal propuesta.

“El de los Navarro es el tipo de negocios que ha tenido alcance y desempeñado un papel al proteger la seguridad pública y al ofrecer a los jóvenes actividades positivas a las cuales asistir después de la escuela”, dijo Campos. “Así que respaldamos su lucha para continuar sirviendo a la comunidad como lo han hecho por décadas”.

Tse, sin embargo, parece no mostrar interés en la Proposición J.

“Tienen un interés particular en contra mi cliente”, dijo Timpano respecto al equipo legal de Tse. “Mi cliente podría pagar un poco más de la renta que han venido pagando y la Proposición J podría cubrir la diferencia… pero la dueña no ha considerado ningún beneficio de esa propuesta o sus aplicaciones. Sólo quieren proceder con el desalojo”.

La situación de los Navarro no es una situación única.

“Es parte de un patrón mayor en el incremento del alquiler y hay generaciones de estudiantes que vienen al estudio que no son capaces de acceder a él; tampoco existe respeto por lo que la gente en la comunidad ha querido tradicionalmente… Es [más] sobre qué va a generar mayor cantidad de dinero a los propietarios de los edificios”, dijo Julien Ball, un organizador del Mission Bernal chapter of Alliance of Californians for Community Empowerment.

A pesar del actual litigio, los Navarro aún conservan un buen número de estudiantes inscritos en sus clases.

Hugo César Rincón, estudiante desde 2002, dijo que hay un sentimiento de comunidad y familia ahí, y el ver a los Navarro pelear da a los estudiantes el coraje para continuar luchando en sus propias vidas, pese a todas las dificultades.

—Traducción­ Katie Beas