Ofelia Barajas, a la izquierda, junto a su hija, Reyna Maldonado, en su restaurante, La Guerrera’s Kitchen. Foto: Emily Barresi

Durante más de 15 años, Ofelia Barajas ha vendido sus tamales caseros en las calles del Distrito Misión y en Oakland, y a través de su comida, ha podido establecer relaciones con los vecinos.

Ahora, ella y su hija, Reyna Maldonado, están a punto de abrir La Guerrera’s Kitchen en Fruitvale, Oakland.

Ofelia comenzó a vender sus tamales y pozoles en su vecindario, luego de emigrar desde Guerrero, México en 1996. Pronto comenzó a convertirse en una figura reconocida. Con el paso de los años, su familia se preocupó cada vez más por su seguridad debido a su estatus de indocumentada. A su familia le preocupaba que la policía o los inspectores de salud la acosaran.

“Fue uno de nuestros mayores temores”, recordó Reyna. “Ella solo habla español, y sirviendo en las calles, siempre fue acosada por la policía”.

La Guerrera’s Kitchen opera como una ventana para llevar en el Aloha Club, un bar con patio ubicado en el distrito Fruitvale en Oakland. Foto: Emily Barresi

Eventualmente, Reyna sintió la necesidad de que su madre tuviera su propio espacio donde estar segura y servir la comida que su comunidad tanto amaba. Sin embargo, todo el proceso fue nuevo para ambas, sobre todo por no tener la menor idea de por dónde empezar. Lo que sí sabían era que, como inmigrantes indocumentadas, sus opciones serían limitadas: “No sabíamos el proceso de cómo formalizar nuestro negocio”, dijo Reyna. “Pero sabíamos que la acumulación de crédito y la aprobación de préstamos serían muy limitadas para nosotros”.

En busca de orientación, contactaron a La Cocina, una organización con sede en la Misión que ayuda a los vendedores migrantes, especialmente a mujeres, a realizar su potencial empresarial. Con la ayuda de La Cocina, Reyna y su madre pudieron comprender mejor las tareas necesarias para administrar un negocio, como solicitar préstamos, permisos e incluso decidir cuánto se debe pagar por su trabajo.

En el pasado, Reyna trabajó con varias organizaciones relacionadas con temas de inmigración y derechos de los migrantes. Como inmigrantes indocumentadas ellas mismas, ambas sintieron que estos eran asuntos que querían seguir defendiendo y creían necesario utilizar su nueva plataforma para hacerlo: “Creo que nuestro trabajo político es parte de nuestra comida”, dijo Reyna, “Es parte de nuestra historia y [nuestra] memoria que nos acompaña como indocumentadas”.

La Guerrera’s Kitchen, ubicado en el distrito Fruitvale en Oakland, sirve platillos que reflejan la comida típica de Guerrero, México. Foto: Emily Barresi

Las dos han optado por mantener su menú simple y acogedor. Siguen sirviendo los tamales y pozoles que les dieron fama, así como un especial del día, todo recién hecho y orgánico. La Guerrera’s Kitchen, ubicada en el 954 de la Avenida Fruitvale, estrenó sus platos caseros tradicionales el 1 de mayo. Desde entonces, la comunidad ha recibido con entusiasmo el restaurante.

“Ha sido realmente hermoso”, comentó Reyna. “Estamos muy emocionadas de que la gente visite el local y comparta nuestros platillos”. Prácticamente han terminado de definir el menú, y han seguido trabajando en el diseño e interior del restaurante mientras se preparan para la inauguración el 1 de junio.

Pese a que anteriormente se ubicaban en la Misión, el gran apoyo de la comunidad de Oakland ha dejado a Reyna y su madre con muchas esperanzas para el futuro que están construyendo en el creciente vecindario de Fruitvale: “Honestamente, acabamos de ser bendecidas”, dijo Reyna. “[Fruitvale] realmente representa a una comunidad de la que estamos orgullosas y que queremos seguir construyendo”.