Cientos marchan el 15 de noviembre por las calles Misión y 24 para demandar justicia por los 43 estudiantes desaparecidos el mes pasado en Iguala, Guerrero, Mexico. Los manifestantes inundan las calles marchando por las calles Misión, Valencia y Market, hasta llegar cerca del centro comercial Westfield. Foto Santiago Mejia

Por María Antonieta Mejía

‘México secuestrado’, decía una de las mantas más llamativas de la manifestación realizada el sábado 15 de noviembre en solidaridad con los 43 estudiantes desaparecidos de la escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero.

La manta, elaborada por Giovanni Rodríguez, mostraba a una mujer amordazada y con ojos vendados. Con esa brutal imagen, el artista decidió representar al México de hoy.

“Le puse ‘México está secuestrado’ por muchas cosas: por el mal gobierno, por las injusticias, por la misma gente, y por el sistema que nos está acabando poco a poco”, respondió este oaxaqueño que pintó la manta, al preguntársele sobre qué lo inspiró.

“No sé qué va a pasar en la cuestión de los estudiantes. No sé si los vamos a encontrar, pero definitivamente es una que está haciendo un revuelo chispa en toda la gente, los está despertando. Y ojalá esto no caiga, que este movimiento siga”, agregó Rodríguez, haciendo referencia a la gran cantidad de marchas y protestas que se han organizado en México y en distintas partes del mundo, a raíz de la desaparición de los jóvenes que estudiaban para ser maestros en la escuela rural de Guerrero, México.

La manifestación y marcha del 15 de noviembre en San Francisco fue una de tantas que se han hecho desde el 26 de septiembre para pedir justicia por los jóvenes que se esfumaron ese día. Según las propias autoridades federales mexicanas, podrían estar muertos pero siguen en calidad de desaparecidos, ya que sus restos no han sido encontrados. La versión del gobierno es que los jóvenes fueron atacados por orden del alcalde de Iguala y su esposa, en colusión con la policía local y grupos del crimen organizado.

La mayoría de los entrevistados en la protesta cree que los 43 jóvenes están muertos, pero no confía en los resultados de las investigaciones que dio a conocer hace unos días el Procurador General de México, Jesús Murillo Karam.

Según el procurador, los estudiantes fueron asesinados y sus cadáveres incinerados en un basurero de Cocula, Guerrero.

“Ha pasado demasiado tiempo. Yo no creo en lo que dijo Murillo Karam, porque es imposible. Estaba lloviendo esa noche. Pero tampoco creo que estén vivos”, dijo Jenny Freeman, quien acudió a la manifestación de la calle 24 y Misión acompañada por sus hijas y su esposo.

La falta de confianza en Murillo Karam se vio acentuada al final de la conferencia de prensa durante la que dio detalles de la investigación. El procurador dijo: “Ya me cansé”, al final de la rueda de prensa, lo que desató la indignación de mucha gente que expresó su descontento a través de las redes sociales.

Piden justicia y que renuncie Peña
En la concurrida manifestación —según un agente de la policía de San Francisco había por lo menos 200 personas— se encontraban representantes de organizaciones pro inmigrantes como Voluntarios de la Comunidad, Alianza Latinoamericana por los Derechos de los Inmigrantes, estudiantes de la Universidad de California en Berkeley, y familias con niños que cargaban carteles en los que pedían justicia para los estudiantes de Ayotzinapa.

También se veían varias cartulinas que exigían la renuncia del presidente Enrique Peña Nieto.

“Eso no sería la solución, pero sería algo simbólico”, dijo Jenny Freeman respecto a la exigencia para que dimita Peña. “La solución sería empezar a curar la impunidad”, agregó la mujer, casada con un mexicano, ambos afirman haber estudiado en la Universidad Nacional Autónoma de México.

Luego de la multitudinaria concentración en la explanada de la estación del BART de la calle 24, la gente comenzó una marcha a lo largo de la calle Misión. “Ayotzinapa vive, la lucha sigue, sigue”, gritaban los manifestantes. “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”, seguían.

La marcha continuó desde el barrio latino de San Francisco hasta el concurrido cruce de las calles Market y Powell.

Sara Nieto acudió a la protesta con su hija de nueve meses. “El resto del mundo también debe apoyar a la gente de México”, opinó.

Al preguntarle por qué decidió asistir con su pequeña, dijo: “Porque en un futuro podríamos ser ella o yo”.

Para el 20 de noviembre se ha convocado a más protestas tanto en el Área de la Bahía, como en México.