El mural digital más reciente de Galería de la Raza, ‘A los Inmigrantes con Amor’. Arte por Jess X. Snow y Roger Peet. Foto: Mabel Jiménez

La Acción Diferida por Llegada durante la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), fue uno de los programas más exitosos durante la administración de Obama, cuya revocación tendrá un impacto devastador entre los 800 mil beneficiarios y sus familias, una vez que entre en vigor a principios de 2018.

Una encuesta reciente aplicada a más de 3 mil receptores de DACA, realizada por la U.C. San Diego en conjunto con United We Dream, el Centro Nacional de Derecho de Inmigración y el Centro para el Progreso Americano, muestra cuán impactante ha sido DACA.

De los que respondieron, el 94 por ciento han continuado con su educación superior, algo a lo que no tenían acceso antes de DACA, y más del 90 por ciento están empleados actualmente.

La encuesta, que es la más grande de este tipo hasta la fecha, también fundamentó que el 69 por ciento de los encuestados dijeron haber encontrado un trabajo con mejor salario tras beneficiarse de esta acción , y más de la mitad dijo haberse cambiado a un trabajo acorde con su preparación y sus objetivos profesionales a largo plazo.

“DACA está ayudando a desbloquear el potencial económico de los beneficiarios”, dijo Tom Wong, un profesor asociado de ciencias políticas en la Universidad de San Diego California, quien ayudó a encabezar la encuesta.

Los ingresos de sus beneficiarios han mejorado radicalmente los salarios, aumentando un promedio de 69 por ciento (84 por ciento para los mayores de 25 años).

De los beneficiarios de DACA actualmente en la escuela, el 72 por ciento está cursando una licenciatura o un nivel superior. De los que no asisten a la escuela, y son mayores de 25 años, el 36 por ciento cuenta con una licenciatura o un título universitario.

“Esto no sólo es más que toda la población nacida en conjunto, sino también es más que la población nacionalizada, que es el subconjunto más educado de la sociedad estadounidense”, dijo Wong.

Según la encuesta, la edad promedio de llegada a los EEUU fue de 6 años y medio (entre el jardín de niños y primer grado escolar).

“Los beneficiarios de DACA son norteamericanos en todo el sentido de la palabra, excepto por una pieza de papel”, dijo Wong. “Ahora que les está yendo bien en la vida… la decisión de poner fin a DACA es literalmente dejar sin apoyo a los beneficiarios”.

Beneficiario de DACA, Luis Quiroz, durante la mesa redonda de New America Media, titulada “¿Qué tan seguros están los inmigrantes del Área de la Bahía? Foto: Adelyna Tirado

Vivir indocumentado en los EEUU

Para todos, excepto por esa pieza de papel, Luis Quiroz es americano. El estudiante de la Universidad Estatal de San Francisco nació en Guerrero, México, pero se crió en San Diego desde los seis meses de edad.

Durante su infancia asumió la responsabilidad de interpretar y llenar solicitudes para sus padres. Fue cuando tenía 14 años que quiso llenar su propia solicitud para obtener su identificación de California, que se enteró de que no tenía un número de seguro social.

“Se puede dar por sentado”, dijo Quiroz, recordando a un joven que no podía siquiera solicitar una licencia de conducir y ayuda financiera, que le dieron la espalda en su equipo de natación de la escuela secundaria por no tener seguro de salud.

Pero DACA cambió todo eso. Le permitió pasar de recibir pagos bajo el agua en la industria alimentaria, a encontrar un trabajo mejor pagado en una oficina de optometría, lo que le brindó la oportunidad de la educación universitaria. Asistir a la universidad fue una meta inculcada en él como un estudiante de escuela intermedia.

“Siempre estaba enfocado en que iba a ir a la universidad y creo que esto tenía que ver con vivir en el centro de la ciudad”, dijo Quiroz.

Sin embargo, Quiroz tardó dos años en realizar trámites porque su familia le aconsejó que no revelara su información. Pero finalmente llegó a un punto en el que no tenía otra opción cuando se enteró de que no calificaba para recibir ayuda financiera.

“Me dio una identidad, podría probar al mundo que yo era Luis Quiroz”, dijo, en una declaración reveladora aludiendo a la incertidumbre de vivir indocumentado. “Nuestros medios de subsistencia están constantemente en juego en la política. Y eso es perjudicial para un estilo de vida seguro y sano’’.

Entre el 2005 y el 2015, el padre de Quiroz, su madre y su hermano mayor Ulises fueron deportados, dejándolo a él y a su hermana menor (su único familiar cercano que es ciudadano estadounidense).

En marzo de 2015, su hermano Ulises fue asesinado en Ixtapa, Guerrero frente a su hija de cuatro años, a la que Luis nunca había conocido. No asistió al funeral porque necesitaba ahorrar dinero para su solicitud de libertad condicional por adelantado, lo que le permitía viajar con seguridad y regresar al país bajo DACA.

En el momento en que Quiroz logró ahorrar lo suficiente y reunir los trámites necesarios para su solicitud, DACA había sido rescindida y con ella, todo el avance en las solicitudes de libertad condicional.

“Actualmente no tengo manera de ir a México o visitar su tumba”, dijo Quiroz.

Quiroz está a nueve meses de graduarse. Asiste a la escuela de medio tiempo , y trabaja tiempo completo para pagarla, dividiendo su jornada laboral entre su trabajo de optometría y una beca pagada por la Oficina de Inmigración y Asuntos Civiles de San Francisco. Incluso ha iniciado su propio negocio: una agencia consultora de medios sociales llamada Trending Socials, que ayuda a las pequeñas empresas con su marketing en medios sociales.

Quiroz, al igual que otros beneficiarios de DACA, ahora se enfrenta a un futuro cada vez más incierto: “En este punto no estoy seguro de cómo será mi futuro. Viviendo con esa nube encima de ti, siguiéndote, sin saber cuándo lloverá”, dijo Quiroz. “Tengo escuela, tengo un trabajo. Tengo cosas que requieren mi atención inmediata”.

Wong dijo que la historia de Quiroz muestra el por qué DACA importa y los números ayudan a contar la historia.

“Cuando pienso en los datos y todos estos puntos también, me deja claro que DACA funciona”, dijo Wong quien además, añadió que “DACA no sólo mejora la vida de los beneficiarios y sus familias, sino que impacta positivamente a la economía y la sociedad estadounidense en general”.