Claudia Corona en la graduación. Foto Courtesía de SFSU

Dos estudiantes latinas de la Universidad Estatal de San Francisco recibieron un reconocimiento especial durante la iniciación de la ceremonia del 27 de mayo, que celebró la graduación de más de ocho mil estudiantes en el AT&T Park.

En representación de la Facultad de Ciencias e Ingeniería, la graduada Claudia Corona y la estudiante de grado Adriana García fueron elegidas para llevar capuchas académicas como símbolo de su alta desempeño. Ambas mujeres son estudiantes universitarias de primera generación con una pasión y curiosidad por las ciencias.

“Crecí entendiendo que las oportunidades son raras”, dijo Corona. “Mis padres trabajaban todo el tiempo y yo tenía que cuidar de mis hermanos. Sabía que mis padres no iban a tener el dinero para pagar mi escuela y sabía que tendría que trabajar duro para que no tuvieran que lidiar con el estrés de pagar mi colegiatura”.

Corona creció en las calles de la zona urbana de Pico-Union en Los Ángeles. Una hija de mexicanos inmigrantes, tenía 16 años cuando realizó su primer viaje a la Sierra Nevada y se dio cuenta de su amor por el medio ambiente.

“Fue mi primer viaje de campamento, mi primera vez haciendo senderismo —mi primer todo”, dijo Corona, recordando que en esta excursión escolar empezó a conectar los puntos, y a establecer la relación entre su comunidad y las ciencias. “Me impresionó mucho. Yo quería emparejar esto con la idea de que a los latinos les es  ajena la naturaleza. Están expuestos al racismo ambiental”.

Corona describe el racismo ambiental como el despojo de los derechos de las personas. Su área objeto de estudio es el cambio climático y su relación con los recursos hídricos subterráneos. Al describir la relación entre la ciencia y la comunidad, citó la lucha de la gente por el acceso al agua limpia, específicamente la demanda contra el Departamento de Agua y Energía de Los Ángeles que estableció la doctrina de la confianza pública, que protege contra la privatización total de las fuentes de agua.

Adriana García en la San Francisco State University. Foto Courtesía de SFSU

Para García, que creció en la ciudad de Atwater en el Condado de Merced, su pasión por la ciencia también fue un descubrimiento. Había empezado la universidad con la intención de ser diseñadora gráfica, pero pronto volvió su atención a la bioquímica.

Junto con otro estudiante, García ayudó a iniciar un capítulo de la Sociedad para el Avance de los Chicanos Hispanos y nativos americanos en Ciencias (SACNAS) en la SF State. Después de presentar un cartel de investigación en una conferencia de SACNAS en Texas, dijo que estaba decidida a ampliar las actividades de la organización en el campus para aumentar la participación y el número de chicanos y estudiantes nativoamericanos en los campos del STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).

“Todos los estudiantes que se gradúan llevan el birrete y toga tradicionales, pero estos doce estudiantes reciben birretes que simbolizan el ser los mejores estudiantes de sus clases”, dijo el Director de Comunicaciones de la SF State, Jonathan Morales, quien explicó que es seleccionado graduado y un estudiante de grado por cada uno de los colegios para un total de doce alumnos. “Cada universidad los selecciona y pueden tener diferentes procesos. Deben usar ese birrete y representar a sus compañeros”.

En 2016, la tasa de graduación en toda la ciudad para los estudiantes latinos de preparatoria aumentó tres por ciento de acuerdo con el Distrito Escolar Unificado de San Francisco, en comparación con la tasa estatal, que aumentó dos por ciento.

Corona dijo que durante la visita de sus padres la semana pasada, tuvo que prepararlos diciéndoles que podrían ser la única familia latina en la ceremonia.

“Cuanto más se asciende en la educación, son menos los latinos”, explicó. “Hago amigos entre mis compañeros y profesores, pero siempre hay ese bloqueo del lenguaje y la experiencia”.

Añadió que se arrepintió de no ser capaz de hablar largo y tendido sobre las cosas simples, tales como telenovelas, o sobre los problemas de amigos cercanos en su ciudad de origen, quienes experimentaron embarazos en la adolescencia o la vida de las pandillas.

Tanto ella como García dieron crédito de sus logros a las comunidades que las formaron.

“Me gusta pensar que estas cosas [no] llegan a la cabeza, porque no se trata de mí”, dijo Corona, quien fue invitada a dirigirse a la generación 2016 durante la ceremonia de graduación. “Soy la combinación de todas las personas que me han apoyado”.

—Traducción Katie Beas