Miles acudieron a la marcha y manifestación Families Belong Together SF, llevadas a cabo el 30 de junio de 2018. Foto: Desiree Rios

Los estadounidenses de todo el espectro demográfico se han unido para expresar su indignación por la separación de las familias de refugiados en la frontera con México, pero las voces de los centroamericanos con frecuencia han sido ahogadas o ignoradas por completo.

Algunos defensores, como los de CARECEN SF —el centro de recursos del centro de la Misión para inmigrantes centroamericanos— creen que la narrativa centroamericana está siendo reprimida intencionalmente, como ocurrió durante la marcha del 30 de junio, Families Belong Together SF.

Según Lariza Dugan-Cuadra, directora ejecutiva de CARECEN SF, los organizadores de esta marcha, como lo fueron MoveOn, Women’s March y otros, que coordinaron una manifestación nacional que tuvo lugar en múltiples ciudades en todo el país el 30 de junio, le dieron la espalda a los representantes de CARECEN SF cuando pidieron tener un turno para hablar en el escenario. Eventualmente pudieron participar, pero se les incluyó hasta el final del evento y se les pidió compartir un espacio en el escenario con otros.

Dugan-Cuadra publicó en Facebook su frustración por el hecho de que la gran mayoría de los afectados son centroamericanos, pero los líderes y expertos que representan a esas comunidades fueron descartados o mandados hasta el final del evento.

“No puedo evitar preguntarme, ¿qué pasaría si The Women’s March, Indivisible y MoveOn.org organizaran una marcha y un mitin para #BlackLivesMatter, o contra el #NoMuslimBan y, básicamente, casi el último en hablar fuera la comunidad negra o musulmana? ¿Comunidad?”, escribió Dugan-Cuadra. “Después de todos los políticos, después de los sindicatos, la comunidad queer, la comunidad API, etc., ¿qué pasaría? ¿¡Cómo sería eso aceptable!?”

Roberto Lovato, un periodista salvadoreño-estadounidense que estableció el primer programa de estudios centroamericanos del país en CSU Northridge, cree que defensores como él y CARECEN SF han sido deliberadamente excluidos por razones políticas, particularmente sus críticas a los demócratas.

La detención de miles de jóvenes migrantes no acompañados de Centroamérica por parte de la administración Obama a partir del verano de 2014 es algo que los demócratas han tratado de restar importancia.

Lovato piensa que las organizaciones de izquierda como MoveOn están preocupadas de que las versiones de primera mano de la experiencia de inmigración de los centroamericanos implique políticas de las administraciones demócratas anteriores, y que los voluntarios se desilusionen al saber que muchos de los organizadores también han sido parte de la separación de familias durante la era de Obama.

“Se trata de manipulación política”, dijo. “He estado en una de las marchas y cuando señalé que esta separación también ocurrió durante la administración Obama y Clinton, me han dicho racista o partidario de Trump, y que no apoyo la causa”.

Tanto Lovato como Dugan-Cuadra creen que la cobertura sensacionalista mediática ha servido para distorsionar aún más la realidad de la crisis. Los medios de comunicación, en su mayoría, parecen estar interesados ​​únicamente en centrarse en el trauma y el sufrimiento de los niños. Si bien ese enfoque ha provocado manifestaciones en todo el país, la exclusión de las voces centroamericanas de la discusión significa que las historias carecen de un contexto vital y un análisis histórico auténtico.

Lariza Dugan-Cuadra, directora ejecutiva de CARECEN asiste a la marcha Families Belong Together celebrada en San Francisco el 30 de junio 2018. Cortesía: Lariza Dugan-Cuadra

“¿Dónde están los eruditos centroamericanos?”, preguntó Dugan-Cuadra. “Escucho KQED y son geniales, pero no veo que pregunten a personas que están constantemente involucradas en nuestra situación actual. [Los medios] exponen el sufrimiento y el trauma de estos niños y familias, pero no hablan de por qué han llegado tan lejos para venir a este país a pesar de conocer las consecuencias. Hay historias desesperadas que no se dicen que incluyen la violencia de la que estas familias están tratando de escapar”.

Las estadísticas del gobierno de los EEUU muestran que más de 66 mil familias llegaron al país en el año fiscal 2014. Dugan-Cuadra quiere que la gente reconozca este aumento y por qué ha ocurrido: estos migrantes huyen de la violencia causada por la inequidad económica que está directamente conectada a los EEUU y sus políticas.

“Todas las personas están interactuando con imágenes bidimensionales de dolor infantil o mordidas sonoras del sufrimiento centroamericano”, dijo Lovato. “Esas imágenes o fragmentos de sonido no tienen contexto. Como periodista, estoy deshonrado y avergonzado del periodismo que rodea a los centroamericanos”.

Lovato hizo referencia a la infame portada de la revista TIME que retrataba la imagen de una niña hondureña de dos años llorando, y creaba la impresión de que estaba siendo separada de su madre. No solo fue esto impreciso, sino que dañó la causa al permitir que los oponentes de la inmigración reclamen “noticias falsas” y desaceleren el impulso para que surja la verdad real (TIME nunca emitió una corrección sobre la imagen).

“¿Lo que hizo TIME [con esa imagen] es una metáfora de lo que está sucediendo a las voces de Centroamérica. Es como si hubiera una cortador de galletas para imagen que se busca y utiliza cuando solo beneficia a su propia narrativa, dijo Lovato.

En un artículo reciente del Columbia Journalism Review, Lovato observó cómo la atención se ha desplazado de las propias familias hacia una competencia de culpabilidad entre republicanos y demócratas. Ambas partes están buscando activamente explotar el debate sobre inmigración con fines políticos en el período previo a las elecciones de mitad de 2018.

“Al negar que 5, 100 niños fueron separados de sus familias, están borrando las historias de personas que han soportado las mismas políticas crueles, excepto bajo una administración diferente”, dijo Lovato. “Lo que ha sucedido y está sucediendo es a la vez terrible e inhumano”.

Lovato también argumenta que la falta de voces centroamericanas ha provocado que el movimiento se estanque. Sin la presencia de los afectados, y dado que no ha habido cambio de política (sin mencionar que miles de niños permanecen separados de sus familias), el movimiento ha quedado sin rumbo, porque las personas se sienten impotentes para cambiar cualquier cosa.

En su publicación de Facebook sobre la manifestación del 30 de junio, Dugan-Cuadra tuvo el cuidado de reconocer la importancia de la solidaridad, pero criticó el error de excluir a los centroamericanos de su propia historia.

La marcha y mitin Families Belong Together SF, el 30 de junio de 2018. Foto: Constanza Hevia H

“Estamos agradecidos y apoyamos a todos los que estuvieron allí hoy”, escribió. “Pero también nos ofenden y no seremos invisibilizados ni objetivados. No hubo otra voz centroamericana aparte de María de MUA [Mujeres Unidas y Activas], o la hermana que contó su historia de separación y CARECEN SF (tuvimos que pelear para ingresar al programa antes de que todos se fueran), no estuvo ningún erudito migrante, ni David Campos, nuestro único funcionario electo centroamericano, ni nuestros maestros, trabajadores sindicalizados, líderes religiosos, líderes homosexuales o nuestros estudiantes”.

Lovato enfatizó aún más ese punto, dirigiéndose a los medios.

“En lugar de incluir a los centroamericanos, mucha cobertura nacional brinda más tiempo y espacio para hablar de los sustitutos de Obama”, dijo Lovato. “Jeh Johnson, Eric Holder, Michelle Obama, el ex vicefiscal general adjunto Leon Fresco y otros ex funcionarios de Obama están colocados en historias como expertos en política de inmigración, críticos de Trump o en defensa de su administración: ‘Fueron detenidos juntos. No los separamos’ o ‘no se puede separar a un niño de su madre de esa manera’, o ‘Y en esa línea de moral, dijimos, no vamos a separarlos’”.

Responsabilidad al gobierno de Obama por su papel en el actual problema de inmigración no le ganó a Lovato muchos amigos en el Partido Demócrata, pero para quienes lo acusan de ser divisivo, dijo lo siguiente: “Algunos de nosotros tenemos un poco más de 10, 20, incluso 30 años lidiando con problemas que apenas está despertando en las últimas dos semanas. Y a diferencia de muchos, tenemos años de contacto con centroamericanos y no nos conducimos a la acción por mordiscos de sufrimiento incorpóreos o imágenes descontextualizadas de dolor usadas con fines políticos”.

Los problemas económicos y políticos subyacentes que nos han llevado hasta aquí siguen sin resolverse, lo que hace improbable que esta situación se resuelva por sí misma. Cuál sea la solución y si las voces centroamericanas continuarán o no siendo excluidas del diálogo, aún está por verse.