“La falda de cintas es una vestimenta cultural que representa el carácter sagrado de las mujeres nativas americanas y de Alaska, y la profunda conexión que hay entre su cuerpos y espíritu con la tierra. Al igual que una falda, cada comunidad nativa americana y de Alaska tiene su belleza e historias particulares de resiliencia similares a las múltiples cintas de trauma y violencia apiladas sobre ellas. Elegimos representar los hallazgos del estudio de esta manera para honrar lo sagrado de nuestras mujeres y niñas indígenas desaparecidas y asesinadas en las zonas urbanas, y para representar las oraciones en su honor y la responsabilidad que tenemos de cuidar sus historias”. Del informe ‘Mujeres y niñas indígenas desaparecidas y asesinadas’ de Annita Lucchesi y el Indian Health Institute.

Las comunidades indígenas en los EEUU han sido históricamente ignoradas por el gobierno y el público en general; con el uso de nuevos avances en tecnología, Annita Lucchesi está trabajando para cambiar esta realidad.

Lucchesi (cuyo nombre cheyenne es Hetoevehotohke’ke, ‘mujer de la estrella del anochecer’) es una estudiante de doctorado en la Universidad de Lethbridge y cartógrafa independiente, que se especializa en la investigación de cartografía indígena y crítica, feminismo indígena, geografías postcoloniales y metodología de investigación indígena.

Por medio de su investigación (y de su propia experiencia) observó que los registros de los nativos americanos en todo el país, particularmente las víctimas de asesinato y los desaparecidos, fueron mal registrados o conservados.

Lucchesi, cansada de la burocracia y la negligencia de las agencias gubernamentales, decidió comenzar su propia base de datos de mujeres y niñas indígenas desaparecidas y asesinadas (MMIWG, por sus siglas en inglés) en Canadá y los EEUU. Al ser descendiente cheyenne del sur, así como sobreviviente de violencia, se identificó con estas víctimas y  sintió que era su responsabilidad asegurarse de que los miembros de su comunidad no fueran olvidados.

“Para mí, es personal”, dijo Lucchesi. “Si fuera una de las mujeres en esta lista, me gustaría que se usara mi historia para que no le pase a otras personas”.

Para encontrar esta información, Lucchesi utilizó registros policiales, bases de datos estatales y nacionales, cobertura mediática y redes sociales, así como testimonios de miembros de la comunidad y la familia como fuentes de sus datos. Usando esas fuentes pudo encontrar casos que no estaban registrados en las bases de datos disponibles para ellos.

El Urban Indian Health Institute (UIHI) en Seattle notó el trabajo que estaba haciendo y se ofreció a ayudar a Lucchesi a alcanzar su meta: “Abigail [Echo-Hawk], el director [de UIHI], se acercó a mí y me dijo: ‘Oye, veo lo que estás haciendo. Es algo que necesita apoyo. ¿Cómo podemos colaborar?”, explicó Lucchesi. “Ahí fue cuando los dos tuvimos la idea de este proyecto”.

Tratar con los departamentos de policía generó algunos obstáculos al recopilar los datos, dijo Lucchesi. Sin embargo, también elogió a algunos, como la Policía de Anchorage, por cooperar y ayudar en sus solicitudes. Otro desafío en la recopilación de datos, fue la precisión de los informes policiales. Algunos departamentos clasificarían la raza o etnicidad de la víctima de manera incorrecta en los informes de casos, lo que hace que dicha recopilación sea aún más difícil. Al intentar recabar información del Departamento de Policía de Santa Fe, a Lucchesi y su equipo se les dijo: “[Muchos] nativos americanos adoptaron nombres hispanos en la época colonial… Nuestros sistemas criminales no son lo suficientemente flexibles para identificar a nativos americanos de otros en el sistema… sería imposible compilar cualquier información estadísticamente relevante para usted”.

Factores como estos hacen que sea casi imposible reunir números precisos sobre cuántos casos de MMIWG existen realmente.

“Hay más de tres mil casos en la base de datos principal en conjunto, y estoy estimando que me faltan unos 25 mil a 30 mil más”, afirmó Lucchesi.

Del informe Mujeres y niñas indígenas desaparecidas y asesinadas/Indian Health Institute.

El 14 de noviembre, Lucchesi y UIHI publicaron sus hallazgos, resumiendo los datos de 71 áreas urbanas en 29 estados. Su informe identificó 506 casos en las 71 ciudades seleccionadas: 128 (25 por ciento) eran personas desaparecidas, 280 (56 por ciento) eran casos de asesinato y 98 (19 por ciento) tenían un estatus desconocido. La víctima más joven en el informe era un bebé menor de uno, y la mayor tenía 83.

El informe también encontró que 66 de 506 estaban vinculados a la violencia doméstica y sexual. San Francisco tuvo el décimo lugar con el número más alto de casos de MMIWG con 17 en el informe, y California fue el sexto con 40.

La publicación del informe ya ha tenido un impacto, generando conciencia entre el público en general e incluso influyendo en la política en forma de la Ley de Savanna, aprobada por el senado el 6 de diciembre.

Llamada así en honor a Savanna LaFontaine-Greywind, una mujer nativa americana que tenía ocho meses de embarazo cuando fue secuestrada y asesinada, el proyecto de ley se presentó originalmente el 5 de octubre de 2017, más de un año antes de la publicación del informe de Lucchesi. La legislación se había estancado en el Congreso, pero los hallazgos de Lucchesi pudieron ayudar a que la ley fuese aprobada.

Siguiendo la recomendación del informe, el Comité de Asuntos Indígenas del Senado modificó la Ley Savanna para solicitar que las agencias federales, tribales, estatales y locales encargadas de hacer cumplir la ley rastreen e informen anualmente sobre los nativos desaparecidos y asesinados, que ya no excluyen al MMIWG urbano. Los cambios también requieren que el Departamento de Justicia publique en su sitio web una lista de todas las agencias de cumplimiento de la ley que se niegan a cumplir con ella; exigir que todas las fuerzas del orden reciban capacitación e implementen pautas para registrar de manera adecuada y precisa la afiliación tribal de indígenas nativos desaparecidos y asesinados, y esas naciones tribales deben tener acceso a los datos de sus ciudadanos; y exigir a las autoridades policiales que informen y obtengan registros de casos de personas nativas desaparecidas y asesinadas que ocurrieron en los últimos 10 años.

La legislación ahora aborda mejor el problema de MMIWG al mejorar los datos sobre las víctimas nativas americanas y al crear protocolos para responder a casos relacionados

“Tuvimos un comunicado de prensa en [Washington] DC para el informe. Había cinco senadores allí y tres horas más tarde, fueron y editaron significativamente la Ley Savanna”, dijo Lucchesi.

Aunque el proyecto con UIHI está completo, el trabajo de Lucchesi está lejos de terminar. “[La base de datos] es algo en lo que me comprometo a hacer todo el tiempo que sea necesario, aunque espero que no lo sea”, dijo. “Hasta entonces, seguiré haciendo el trabajo”.

El informe está disponible para leer en el sitio web del Urban Indian Health Institute, uihi.org.