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La Comisión de Derechos de Inmigrantes de San Francisco se reunió con residentes indocumentados y grupos de derechos de inmigrantes el 11 de septiembre, para discutir sus luchas y la mejor manera de proteger a los receptores de DACA, ahora que el gobierno de Trump ha anunciado el fin del programa en un periodo de seis meses.

“Vamos contra reloj ahora mismo”, dijo Sally Kinoshita, subdirectora del Centro de Recursos Legales para Inmigrantes. Kinoshita dijo a los comisionados que, ante la decisión del presidente, ella y otras organizaciones de inmigración deben intentar de inmediato registrar nuevamente a todos los beneficiarios elegibles de DACA.

“Así que una de las cosas que pedimos hacer a los receptores de DACA, mientras tanto, es buscar otras opciones de inmigración que ya estén disponibles para ellos”, dijo. “Les estamos animando a entender que sus derechos constitucionales no cambian y deben saber cuáles son esos derechos, así como ejercerlos en caso de que deban enfrentarse con ICE cuando ya no estén protegidos contra la deportación”.

Antes de la existencia de DACA, los actuales beneficiarios del programa habían batallado, al igual que otros inmigrantes indocumentados, con el miedo a la deportación.

“Hace seis años, los jóvenes indocumentados… se pusieron de pie y dijeron: ‘Queremos un respiro y queremos un poco de espacio para respirar’, ante una cada vez más creciente maquinaria de deportación”, dijo Hong Mei Pang, gerente de programas de inmigración de Chinese Affirmative Action. “Casi 3 millones de personas fueron deportadas bajo la administración Obama, una cifra récord, y realmente queríamos [permanecer] reunidos y quedarnos con nuestras familias”, agregó.

Kinoshita dijo que existe mucha confusión, tanto por parte de los indocumentados “como de los proveedores de servicios respecto a si la gente debe o no moverse [y], si deben o no viajar fuera del país o regresar al país en este momento”.

Según Ana Herrera, la abogada de inmigración de Dolores Street Community Services (una organización que provee servicios tanto a personas de bajos ingresos como a inmigrantes), el grupo está tratando de encontrar “a cualquier persona que sea elegible para la renovación de DACA para el 5 de octubre y hacer que apliquen con alguna de nuestras agencias, y ayudarles con los honorarios en caso de que no puedan cubrirlos”.

Mayra Jaimes, coordinadora del programa de becas DreamSF, se presentó como “uno de los [800 mil] beneficiarios de DACA, sin embargo, no soy uno de los 154 mil candidatos a renovar en el periodo de un mes que concluye el 5 de octubre, lo cual significa que, para el 19 de marzo, mi permiso de trabajo vencerá. Y estas cifras son realmente grandes, pero nada comparados con los 10 millones de inmigrantes indocumentados que nunca calificaron para DACA. Mis padres y mi familia forman parte de ellos”.

Inmigrantes ‘merecedores’ y los ‘inmerecidos’

Jaimes refirió la división que ha surgido entre los receptores de DACA y otros indocumentados. “He comenzado a reflexionar sobre la división política surgida en mi familia. Un discurso entre ellos y yo, de los ‘merecedores’ y los ‘inmerecidos’, comentó ella, proveniente de una familia de estatus mixto, sus tres hermanos menores son ciudadanos estadounidenses. “Comprendí que DACA era un ‘privilegio’, pero también sabía que no era suficiente porque mis padres no tenían el mismo privilegio”.

Cuando la administración de Trump puso fin al programa, ella recibió llamadas de miembros de su familia indocumentados, asegurándole que lo de DACA tendrá arreglo y que ella recibiría ayuda.

“Y pensé: ‘¿Por qué no te incluyes en estos deseos y pensamientos?’”, dijo y agregó, “Porque, hay una división clara, una división política no expresada dentro de todas nuestras familias, todos los receptores de la DACA”.

El 18 de septiembre, durante una conferencia de prensa televisada, la Representante Nancy Pelosi (D-CA) pidió la aprobación inmediata de la Ley DREAM, pero fue interrumpida por manifestantes que coreaban “Todos o ninguno de nosotros”.

Pelosi y el líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer (D-NY), se reunieron con el presidente Trump para, supuestamente, acordar una legislación que proteja a los Dreamers conforme concluya el programa DACA. El acuerdo, sin embargo, también incluyó planes no especificados para reforzar la seguridad a lo largo de la frontera entre EEUU y México.

Para Jaimes y otros como ella, este tipo de acuerdo no tienen éxito. Jaimes ha pedido al cuerpo de Asuntos de Inmigrantes de SF dejar de usar la palabra Dreamer en conjunto, argumentando que “nos enfrenta a nuestros propios miembros de la familia, nos infantiliza y nos desacredita”.

En lugar de la imagen de un Dreamer, un joven indocumentado, Jaimes prefiere una imagen sólida y unificadora de ella como “una de los 11 millones de personas que merecen vivir, trabajar y prosperar en los EEUU como todos los demás, sin importar su estatus migratorio”.