Una caravana de refugiados centroamericanos guiados por Pueblo Sin Fronteras, en un tren desde Empalme, Sonora, México en mayo de 2017. La caravana llevaba rumbo hacia la frontera con los EEUU en Tijuana, donde los inmigrantes tenían la esperanza de conseguir asilo. Cortesía: Pueblo Sin Fronteras

Alex Mensing es asistente del programa Clínica de Inmigración de la Universidad de San Francisco y coordinador del proyecto Pueblo sin Fronteras, un grupo cuya misión es proporcionar refugio y seguridad a los migrantes y refugiados en tránsito. El Tecolote se sentó con él para hablar sobre el tema de las familias centroamericanas que han sido separadas en la frontera con México, y sobre lo que otros pueden hacer para ayudar. La siguiente entrevista tuvo lugar el 6 de julio de 2018 y se ha dividido en dos partes. La segunda parte se publicará en la edición del 9 de agosto.

Cuéntanos cómo comenzó tu trabajo con los migrantes centroamericanos

Alex Mensing. Photo: Nick Oza/The Arizona Republic

Empecé hace unos cinco años, cuando estaba en México trabajando con migrantes centroamericanos en tránsito a través de México. Conocí a personas que huían de la violencia en Centroamérica. Estudié un poco de la historia, de la influencia de los EEUU en Centroamérica a través de los años, y eso es lo que me llevó a involucrarme más en la política de inmigración de este país y cómo la intervención provoca que la gente tenga que irse. Pero también por la forma como el gobierno de los EEUU influye en la política mexicana para la aplicación de la ley de inmigración, que luego militariza y criminaliza aún más a las personas. Y muchas personas de Centroamérica terminan viniendo y teniendo oportunidades, en algunos casos, para solicitar asilo.

Así que también terminé trabajando con los centroamericanos que solicitaban asilo en detención, familias que estaban detenidas y eso es lo que me metió en esto y esta red de personas que participaron en estas caravanas. El año pasado decidimos organizar una caravana que en realidad estaba planificada para ir desde la frontera sur hasta la frontera norte. Ya que seguimos a la gente a lo largo de toda la ruta, hablamos con los centroamericanos que recientemente habían huido de sus países. Caminamos y viajamos con ellos, que muchos de ellos, llegando a los EEUU, terminan siendo detenidos. Y esas son las personas que han sido blanco de muchas políticas, tanto por la administración Obama como por la de Trump. Obama con la detención familiar y Trump con separación familiar: un gran aumento en esta última.

¿Cómo reaccionó ante la política de cero tolerancia de Trump?

Miembros de la caravana de refugiados de Centroamérica se detuvo en Empalme, Sonora, México, en mayo de 2017, durante su camino hacia la frontera con los EEUU en Tijuana. Cortesía: Pueblo Sin Fronteras

No me sorprendió mucho. Creo que el contexto es diferente debido al clima político en este momento. Pero varias administraciones pasadas, incluida la administración Bush y la administración Obama, han tenido básicamente políticas de ‘cero tolerancia’, aunque algo interesante sobre ellas es que nunca ha habido un solo mes durante el cual cada persona detenida en la frontera sin documentos haya sido procesada. Entonces, el nombre de tolerancia cero es definitivamente más retórico que real, porque ni siquiera tenemos la capacidad, el número de fiscales o espacio en la cárcel para acusar y enjuiciar a cada persona que cruza la frontera.

En los talones de todo lo demás que había estado sucediendo con la prohibición de refugiados y luego la atención que la administración Trump le dio a la caravana —enviando a la guardia nacional, atacando la política de asilo— la idea de una política de tolerancia cero, como parte de un ataque contra lo que ellos llaman ‘atrapar y liberar’, que es un término terrible para cualquier cosa que tenga que ver con seres humanos, no fue sorprendente. Creo que una de las áreas en las que ha sido preocupante, al menos que veo más con mi trabajo, es la implementación de la Operación Streamline, parte de ella en San Diego, que es un lugar donde normalmente no lo hacen, y supuestamente eso comenzó hace solo unos días.

Hubo jurisdicciones o áreas donde las personas no fueron procesadas con la misma severidad incluso bajo políticas de tolerancia cero, y la administración Trump está tratando de aumentarlas. Entonces es frustrante. Fue primordialmente frustrante cuando se combinó con una política de separación familiar, donde el gobierno tiene este insensato discurso de: “Si lo atrapan cruzando la frontera sin documentos, claramente no puede estar con sus hijos, porque ha cometido un delito”. La idea de que ese es un paso lógico razonable es completamente escandalosa para mí. Cualquiera que sea su forma de tratar con las familias que cruzan la frontera es hacer que sean enjuiciados, que la policía se lleve a sus hijos, sacándolos de la oficina. Es completamente absurdo.

¿Dónde se encuentran estas familias ahora después de esta orden ejecutiva?

La travesía por México de una familia centroamericana, esperanzada de conseguir asilo en Tijuana, en la frontera con los EEUU. La familia forma parte de la caravana de refugiados guiados por Pueblo sin Fronteras, una agrupación cuyo objetivo es brindar refugio y seguridad a los migrantes y refugiados en tránsito. Cortesía: Pueblo Sin Fronteras

Quizás ayude retroceder un poco: la política de tolerancia cero estaba separada de la política de separación familiar, pero estaba relacionada con ella. Para aquellos que no lo entienden, los procedimientos de inmigración y los procesos penales están totalmente separados. La política de tolerancia cero se refiere al enjuiciamiento penal de personas que cruzan la frontera sin papeles. En verdad, esa inspección, que es lo que se llama cuando es la primera vez que te atrapan haciendolo, es literalmente un delito menor. A menudo las personas cuando son acusadas y sentenciadas, pasan tiempo en la cárcel mientras esperan ir a la corte. Y ni siquiera se les da tiempo. Entonces, es una ofensa muy leve, incluso bajo la ley que criminaliza la inmigración.

Y a eso se refiere la política de cero tolerancia. La parte de separación familiar fue una especie de adición donde la administración de Trump básicamente instruyó a los agentes de aduanas y de la Patrulla Fronteriza enviar a enjuiciamiento completo a las familias que normalmente no lo tendrían que hacer, porque si tienes una madre con dos hijos y procesas a la mamá, la madre tiene que ir a la cárcel. Si decide enjuiciarlos y encarcelarlos, no hay ningún lugar para poner a los niños que están bajo custodia penal con la madre, porque eso no existe pues se supone que no debemos encarcelar a los niños. Y esta es una especie de lógica desordenada. “Bueno, no hay dónde ubicarlos, así que tenemos que llevárnoslos”, que luego se convierte en un paso permanente porque se entregan al Departamento de Salud y Servicios Humanos. Al pasarlos a esta otra agencia, se separan indefinidamente de los padres. Están bajo la custodia de una agencia diferente, tienen que pasar por todo este otro proceso para reunirse y eso es lo que, en combinación con la política de cero tolerancia, provocó, según algunas cuentas, de 2 mil hasta 4 mil niños separados de sus padres en el transcurso de los últimos seis meses a un año.

Entonces, para volver a la pregunta sobre la orden ejecutiva, mirándola desde mi perspectiva, casi parece que la administración de Trump esencialmente incita a la gente a indignarse por algo tan atroz que luego, debido a la ignorancia que la mayoría tiene sobre la detención familiar, parecería una alternativa aceptable contra la separación familiar, cuando en realidad lo que sucede es que estamos peor que antes. La orden ejecutiva básicamente dice “Está bien, deja de separar familias”. Aunque realmente no dice eso. De hecho, dice que ahora solo separaremos a los niños de sus padres en caso de que se determine una razón de seguridad o abuso, o no sea posible determinar la identidad de los padres, que ya es algo que lleva a las separaciones familiares.

Por lo tanto, todavía habrá niños alejados de sus padres. Y en realidad Pueblo Sin Fronteras, con quien trabajé en la caravana, estamos trabajando con casos de padres que a causa de cargos totalmente falsos, equivalentes al ‘detener y registrar’ de El Salvador, donde desafortunadamente hay un nivel muy, muy alto de abuso policial y tácticas antipandillas que han sido entrenados por los EEUU, [Los padres] terminan teniendo estos cargos en su país de origen, y por esa razón fueron señalados por Interpol y les quitaron sus hijos. Eso aún puede suceder.

La travesía por México de una familia centroamericana, esperanzada de conseguir asilo en Tijuana, en la frontera con los EEUU. La familia forma parte de la caravana de refugiados guiados por Pueblo sin Fronteras, una agrupación cuyo objetivo es brindar refugio y seguridad a los migrantes y refugiados en tránsito. Cortesía: Pueblo Sin Fronteras

Eso no era parte de la política de tolerancia cero. Por lo tanto, creo que la idea de que la separación familiar vaya a terminar no es verdadera, desafortunadamente. Y la alternativa que se propone es, “OK, queremos mantenerlos juntos”, y el gobierno pide que se eliminen las protecciones para los niños establecidas por los gobiernos estatales para que puedan encarcelar a los niños por períodos más largos. En este momento, hay tres centros de detención de inmigrantes en el país, donde los niños pueden ser detenidos con sus padres, además de las celdas de detención temporal de Aduanas y Protección de Fronteras. Hay dos en Texas, y uno en Pennsylvania. Lo que muchos de nosotros estamos preocupados en este momento es potencialmente la apertura de instalaciones masivas donde, tal vez en bases militares o donde sea que haya territorio federal, donde el gobierno diría, “OK, no vamos a separarte, pero nosotros te vamos a detener”.

Y no solo vamos a detenerlo durante el tiempo que tenemos para determinar si alguien puede o no proceder en un caso de asilo. Por lo general, las familias y los padres con hijos son liberados después de eso. Y eso generalmente dura entre dos y cuatro semanas más o menos, lo que ya está superando los límites de lo que se llama el ; ‘Acuerdo de Flores’, que es una decisión judicial que establece ciertas protecciones para niños —niños inmigrantes— contra su detención. Pone límites a la cantidad de tiempo. Interpretamos que no deben ser detenidos y que un máximo de cinco días es realmente lo que permite la decisión, y luego el gobierno lo interpreta como “en situación de crisis o aumento o amenaza a la seguridad nacional”, es hasta 20 días. Y entonces, el objetivo del gobierno para la detención familiar es sacar a la gente dentro de 20 días más o menos, aunque hay muchas excepciones a eso.

Entonces, lo que estamos viendo ahora es que el gobierno intenta atacar el Acuerdo de Flores, ese caso judicial que protege a los niños de la detención indefinida de manera que les permita detener a los niños durante el tiempo que quieran, con sus padres. Y ya se ha establecido muy claramente a través de años de trabajo de defensa e investigación, no solo por la comunidad de derechos de inmigrantes, sino también por la comunidad pediátrica y médica y psicológica, que la detención familiar también es una experiencia espantosa y traumática para niños y padres. No es una alternativa.