La cantautora hondureña Karla Lara visitó el Centro Cultural de la Misión el pasado mes de julio coincidiendo con el primer aniversario del golpe de estado en Honduras. Foto Alejandra Cuéllar

La cantautora hondureña Karla Lara hizo una presentación en el Centro Cultural de la Misión el pasado 10 de julio como parte de una gira por los EEUU. Karla cantó para el deleite de un público compuesto por hondureños, latinoamericanos y estadounidenses. Con sus canciones relató la historia de dolor de un país oprimido por las oligarquías, y también la de millones de personas comprometidas con luchas pasadas y presentes. Sus letras, nítidas y llenas de ingenio, desataron risas y lágrimas entre el público. El Tecolote platicó con Karla sobre su música, el golpe de estado en Honduras y su gira por los EEUU.

¿Qué ha significado esta gira para ti, y cuál es el sentido de tu música en el contexto del golpe?

Una de las cosas buenas de lo que ha significado la trayectoria musical de uno es darse cuenta que ya hace ratos que estamos en resistencia. Aunque sí hay temas que nacen en el contexto del golpe, todo el repertorio de canciones es desde antes del golpe. Siempre hemos hecho música de resistencia.

A mí me dicen cosas como: “Pero Karla, su música tiene suficiente como para que usted venga y se quede acá un tiempo.” Mis hermanas me dicen: “Karla, salite un rato, date un aire.” Pero yo no me puedo concebir afuera. Lo que le da sentido a mi música es que venga de allá. Esa cosa de estar ligada, para mí es fundamental.

Para mi tiene sentido porque tiene sentido político. Si cantar no fuera en función de lo que estoy haciendo… Imaginate tú lo que implica.

El 28 de junio de 2009, un golpe de estado derrocó al gobierno electo de Honduras. Foto Paúl Carbajal, cortesía ‘Artistas en Resistencia’, del libro “Tierras del Nunca Más”

¿Existe una grupo consolidado de artistas en Honduras en contra del golpe?

Ha sido el golpe lo que nos ha aterrizado. Han habido miles de intentos, pero el más reciente fue hace dos años. Habíamos formado una cosa que se llama ‘Movimiento de trabajadores y trabajadoras del arte’ (MAR).

No estábamos de acuerdo con la propuesta de ley que estaba proponiendo el Ministerio de Cultura, la ley de fomento a la cultura y las artes, y para poder rebatirla nos habíamos organizado en este movimiento que era de todas las disciplinas artísticas juntas. Había sido terrorífico, y habíamos logrado algunas cosas, pero se había quedado ahí, no pasaba más. MAR se había quedado en el aire.

Con el golpe, fue muy curioso el inicio del nacimiento de artistas. Primero nos llamamos ‘Artistas contra el golpe’, y luego, como todos pasamos a ponernos el nombre de resistencia, entonces nos convertimos en ‘Artistas en resistencia’ (ANR).

La primera convocatoria donde se convocaba a los artistas, yo pasaba y me decían “¡Karla, mañana hay reunión!” El cartel decía que la reunión era para definir nuestra posición en contra del golpe. Yo fui y le dije a uno de los organizadores, “¿Es piñata o qué van a hacer mañana? ¿Definir nuestra posición?”

Los que no tienen definida su posición se llaman golpistas. O sea, a mi no me van a llamar a una reunión para para definir posición. La posición ya la tenemos definida.

“Ahora, qué vamos a hacer con respecto a nuestra posición al golpe de estado, a eso sí convoquen. Y ¿cuál todos los colores? No me estén jodiendo si no es piñata ¿verdad?”

Varios de nosotros reaccionamos de esa manera.

¿Cómo fue el golpe?

El 28 de junio de 2009 todos nos íbamos a levantar a ir a votar para la consulta, para lo de la cuarta urna. Y al final estábamos todos al frente de la casa presidencial horrorizados.

Yo iba a cantar ese día, porque como mucho de lo que canto tiene que ver con temas de derechos de mujeres, yo siempre he tenido mi cercanía con el movimiento feminista de manera independiente.

En función de la cuarta urna teníamos una presentación porque íbamos a hacer una de esas cosas que hacemos las feministas. Íbamos a tener una mesa para que votáramos las mujeres. Entonces yo iba a cantar en ese local.

Karla Lara posa junto a miembros del ‘Frente de resistencia hondureña de Los Ángeles’ tras su presentación en el Centro Cultural de la Misión. Foto Alejandra Cuéllar

El día anterior todo el mundo estaba en función de la consulta. A vos te iba a tocar de observadora, a vos te iba a tocar de otra cosa. Y todos nos levantamos confundidos y fuimos a hacer otras cosas.

¿Cómo te enteraste tú?

Pues me enteré por una llamada telefónica, porque como no había radio, no había luz, no había nada…, porque cortaron todo para que no nos enteráramos.

Entonces llamó alguien por teléfono en la madrugada. Creo que fue mi hermana la mayor, y me dijo “mirá, hubo un golpe de estado”, y entonces así una como que “¿Cómo es eso?”

Yo vivía en un barrio muy popular, en la Vega, por el Pedregal, que es un barrio de calles peatonales. Y entonces era como que todo el mundo en la cuadra preguntaba que qué pasaba, que qué era.

Y era todo el mundo. Bueno, como que a comprar víveres, que hay que comprar cosas.

Y bueno, es como que no sabés ¿Qué es golpe de estado? O sea, ¿qué significa? ¿Cómo se traduce eso en tu vida?

Me acuerdo que fuimos a la pulpería, compramos lo que pudimos y nos fuimos a casa de mi hermana. Y era todo así como confuso. Y después todo el mundo va a casa presidencial y me acuerdo mis hijos preguntando: “Mami, y qué… ¿qué va a pasar? ¿qué sigue?” Verdad. Tampoco sabés cómo explicar qué sigue.

Y luego esa necesidad…, todo el mundo buscando información, el internet y demás ¿Cuál internet? Si no había luz en todo el país. Cortaron la luz por un buen rato, y se oían los aviones y helicópteros. Entonces era como un miedito, una cosa que no sabés qué es.

Y es eso, ¿Qué significa un golpe de estado? ¿Qué va a pasar? Además está la incertidumbre, porque eso de no tener luz, verdad, y que nadie tenga luz, es una cosa bien fuerte.

Todo el mundo preguntándose, “¿Hay luz en tu casa? ¿Hay luz en tu casa?”

Como es tan reciente el tema de la disque democracia… Claro, del 82 para acá, es que nosotros tenemos gobiernos democráticamente electos. Entonces también fue como: “Pucha, otra vez los milicos ¿verdad? No puede ser.”

¿Qué pasó después del golpe? ¿Hizo que la gente se definiera de un lado u otro?

Los que dicen que el golpe dividió a la sociedad hondureña, yo no creo eso. Lo que pasa es que situaciones así de radicales, de grotescas, lo que definen es bien claro de qué se trata la lucha.

Pero una se pregunta: “¿La gente dividida?” La sociedad ha crecido dividida entre ricos ricos y entre pobres bien pobres. Y entre pobres que no se dan cuenta del origen de la razón de su pobreza.

Y lo que el golpe hace es que te mueva la cabeza así. Y decís: “Es cierto, hay pensamientos recalcitrantes. Pucha, es cierto, a vos te pueden matar por pensar diferente.”

Porque otra de las características de la resistencia es que ni siquiera es resistencia organizada. Yo diría que el 60 por ciento de la resistencia es gente que, por su libre albedrío, sin pertenecer a nada, pum, se fue y ahí se quedó resistiendo.

Si el movimiento social en el país ha estado dormido, pero dormido por años y años, ahora está reactivándose.

El país a cambiado enormemente en un año. Nadie se imaginó eso. Si antes en Honduras ¿qué era hablar de política? Sos liberal o nacionalista, y se acabó. Y eras nacionalista ó liberal por genética. Es que mi abuelito fue liberal, y mi papá también, y entonces yo soy liberal.

¿Cuándo en Honduras se escuchaba la palabra izquierda? Ahora la podemos mencionar. Aunque nos maten, pero nos atrevemos a mencionarla.

Izquierda, feminismo, la oligarquía…, cuestionar el sistema no funciona.

Mirás muchachos de 16 años teniendo sus escuelas políticas cuestionando el sistema. Diciendo “es que lo que no funciona es el sistema, que hace un año…”, imagínate qué reciente.

Que tu compañero sea gay y que vos no tengás que gritar en la marcha “¡culero!” a los golpistas porque haya un compañero gay al lado tuyo. Culeros es gay en despectivo.

Y vos decís, no les digás culeros, no los insultés con eso. Diles asesinos, pero culeros no les digás porque me estás insultando a mí. Y que tengan respeto a las diversidades sexuales, eso es súper nuevo.

¿Has tenido experiencias con la censura desde el golpe?

Siempre la ha habido de parte de los medios comerciales. Una censura total. Me pasó con mi primer disco.

Eso sí, tenemos que valorar el espacio nuevo que se ha abierto con las radios comunitarias alternativas y todas esas redes de las radios por internet y esa gran red Latino Americana.

Y el fenómeno de las radios comunitarias locales hay que valorarla en otra dimensión, porque son esfuerzos muy grandes para la gente, de tener sus radios comunitarios. Y no sólo por la cuestión de los recursos, sino porque también ¿Cómo putas haces para que tu radio exista con la represión encima con la que viven? Si es ahí en la boca del lobo en comunidades bien pequeñas, y ahí están con sus radios ¿Cómo hacen? Yo no sé.

Pero ese espacio hay que valorarlo, porque además confirma que los pueblos latinoamericanos están buscando esa otra vía de conectarse, conformarse y hacer otra identidad. Y además es un reto a la transnacional que miente, rompiendo así los cercos mediáticos.