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A medida que los crecientes precios de alquiler en el distrito de la Misión de San Francisco siguen impactando a numerosos negocios e instituciones comunitarias, otra organización del barrio podría estar bajo amenaza de desplazamiento.

El aumento del alquiler del Dance Mission Theater —la compañía de danza femenil de 18 años de antigüedad, ubicada en las calles 24 y Misión— es una preocupación para los fundadores del recinto, que en numerosas ocasiones han solicitado a Robert Isackson, presidente de Village Properties, la compra del edificio. Sin embargo, Isackson, no venderá.

El contrato de arrendamiento del Dance Mission Theater ubicado en el 3316 de la calle 24 expirará el 1 de julio, en cuyo momento se espera que los propietarios renueven por otro año, según la directora ejecutiva del teatro, Krissy Keefer. En virtud de su actual contrato, Dance Mission Theater paga mensualmente alrededor de $11,500 por alquiler. Ese costo podría aumentar fácilmente a $15 mil, conforme expire su contrato, según Keefer.

Krissy Keefer, directora artística del Dance Mission Theater. Foto Patricio Guillamón

“Los propietarios no están interesados en vender por lo que yo sé”, dijo el gerente de la propiedad Chris Phipps. “Es un edificio que quieren conservar por su valor”.

Dance Mission Theater es una de los cerca de seis mil organizaciones no lucrativas en toda la ciudad que compiten con industrias de alta tecnología en la obtención de espacios comerciales, de acuerdo con un informe de 2013 sobre el desplazamiento de organizaciones no lucrativas llevado a cabo por la Ciudad y el condado de San Francisco.

En mayo de 2014, la Junta de Supervisores aprobó $4.5 millones en fondos —de los cuales $2.5 millones procedieron de la Oficina de Vivienda y Desarrollo Comunitario del Alcalde y $2 millones de la Comisión de Artes de San Francisco— para ayudar a las organizaciones sin fines de lucro a enfrentar la creciente alza en los precios de alquiler comerciales.

El informe, que fue elaborado por diversas organizaciones gubernamentales y comunitarias, incluyó múltiples soluciones para ayudar a las organizaciones que luchan, pero indicó que el control de renta comercial resultó imposible sin la enmienda a la ley estatal que prohíbe esa opción.

“Somos por desgracia una de las muchas organizaciones / residentes que luchan con los aumentos de alquiler”, escribió Keefer en una declaración de fin de año en diciembre pasado.

Una institución de la comunidad
Alrededor de cuatrocientos jóvenes y dos mil adultos están inscritos en los programas del Dance Mission y los espectáculos atraen audiencias de hasta 18 mil personas cada año. El lugar ofrece una amplia gama de clases de baile, incluida la fusión reggaeton, folclórica cubana y afrohaitiana. El lugar es también el hogar de la Dance Brigade, una compañía de baile que enseña a jóvenes liderazgo para el cambio social.

“Tenemos una larga historia siendo un espacio feminista e identificado con las mujeres”, dijo Keefer, que es cofundadora del teatro y asegura un ambiente de aprendizaje multicultural y feminista en el Dance Mission. “Creamos un espacio a favor de la mujer”.

La bailarina María Cortez, de 13 años, creció en el teatro. Ella tenía 8 años de edad cuando se transfirió de lo que ella describe como un estudio de ballet exclusivo en el Presidio.

“Había demasiada presión de ser perfecta y ser flaca”, dijo Cortez sentada en el salón del teatro, donde a menudo convive con amigos. “Luego llegué aquí y no fue tan estresante. Me siento muy querida y cuidada aquí”.

Esta estudiante de la Buena Vista Horace Mann dijo que ha sido capaz de desarrollar una conciencia social que de otro modo no habría obtenido sobre sí misma y su vecindario.

“Sólo el hecho de estar aquí es feminista porque he aprendido ser una chica y hacer frente a la lucha de ser una niña”, dijo Cortez. “La gente aquí ha crecido con mucho conciencia y amor propio”.

Cortez ha participado en varias actuaciones que ponen de relieve los problemas de violación, violencia doméstica y abuso infantil.

“No se puede trasplantar esto”, dijo Beth, la madre de María. “La gente viene aquí de todas partes del área de la bahía. Ellos esperan una comunidad, esperan clases asequibles”.

De acuerdo con Beth, el 25 por ciento de los estudiantes que asisten al Dance Mission cuentan con becas completas o parciales. “Las clases están abarrotadas y ello dice que [Dance Mission] satisface una necesidad de la comunidad”.

Cuando Keefer comenzó alquilando el edificio en 1998 por alrededor de $7,800 mensual, obtuvo un contrato de arrendamiento de cinco años que volvió a renovarse hasta que los dueños cambiaron el contrato a rentas anuales con aumento en el alquiler.

Los precios de alquiler han impactado en la asequibilidad de las clases y rentas para la comunidad, dijo Keefer. El personal había cobrado $12 por clases de baile, pero ahora cobran $14. Los bailarines también solían utilizar el espacio para poder ensayar por $12 la hora y ahora deben pagar $ 15 por hora, de acuerdo con Keefer.

Dance Mission tiene tres estudios de danza y un teatro con 140 butacas que cualquiera puede alquilar por precios por debajo del mercado.

Avanzando
Para que los servicios sigan siendo asequibles y el teatro siga siendo accesible a la comunidad, Keefer dijo que el edificio debe ser preservado.

El Dance Mission Theater espera recaudar $30 mil durante su evento de recaudación de fondos a celebrarse el 9 de abril, con lo que parece ayudar a pagar el alquiler de un año. El próximo bailethon y subasta silenciosa para recaudación de fondos involucrará a jóvenes y sus padres. Los precios de entrada son de $15 por persona o $20 para dos personas. Los artículos donados para la subasta silenciosa hasta ahora incluyen casas de vacaciones, citas de acupuntura, joyería, pinturas, y alguien más que donó la estancia de una semana en su condominio, informó Keefer.

Keefer dijo que Dance Mission ha organizado otros eventos para recaudar fondos en el pasado a fin de cubrir los gastos de alquiler.

“Podemos hacerlo por un tiempo”, dijo Keefer quien declaró no saber lo que el personal vaya a hacer cuando la recaudación de fondos ya no pueda cubrir los costos de alquiler del espacio.

Keefer y otros están trabajando actualmente con el Fondo de Préstamos del norte de California para facilitar un contrato de arrendamiento a largo plazo con el arrendador o en su defecto, trasladarse a un edificio cercano.

“Este es un emblema de lo que está sucediendo a la cultura de la Misión”, dijo Beth. “Hay una fuerte presión para que las personas se vayan porque no pueden permitirse el lujo de vivir aquí y es similar para las organizaciones no lucrativas. En lugar de hacer un trabajo comunitario, el esfuerzo consiste en la recaudación de fondos y tratar de sobrevivir”.

Cortés, quien nació y creció en la Misión, dijo que ella y otros bailarines han llegado a conocer a sus vecinos y que a menudo frecuentan Café La Bohème de al lado y otras tiendas cercanas para aperitivos antes del ensayo.

“El Dance Mission conecta el barrio. Se pueden oír los tambores Taiko desde el exterior, dijo Cortez. “Sin todo esto, el barrio se sentiría vacío”.