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casi cinco décadas de la audaz ocupación indígena que se mantuvo durante 19 meses, la isla de Alcatraz sigue siendo un símbolo de resistencia.

Cada año, en la mañana de Acción de Gracias, el salir del sol sobre la Roca dura y fría, nos recuerda ese legado. Y ante el presente clima político, es más importante que nunca recordar y honrar esa resistencia.

Los estadounidenses han establecido una tradición de festejar con sus familias y “dar gracias por lo que tienen” para luego salir al día siguiente a gastar dinero (que a menudo no tienen) en cosas materiales que no necesitan. Ya sea deliberadamente o no, la mayoría ignoran el hecho de que el Día de Acción de Gracias tiene sus raíces en el genocidio, la opresión y la apropiación de las tierras de los habitantes originales de este continente.

Los descendientes de aquellos habitantes originales todavía están aquí, y han creado su propia tradición de Acción de Gracias: reunirse en Alcatraz al amanecer, para celebrar a sus ancestros y su resistencia ante la continua opresión.

El año pasado, aproximadamente quince mil personas que representan a 748 naciones tribales de todo el mundo descendieron a la reserva de Standing Rock en Dakota del Norte, con la esperanza de evitar la construcción del Oleoducto Dakota Access. Estos “protectores de agua” se enfrentaron a la policía antidisturbios, al gas lacrimógeno, balas de goma y cañones de agua (a temperaturas bajo cero), todo por querer proteger el acceso de su gente al agua potable. A pesar de las fuertes protestas, el oleoducto fue aprobado través de una orden ejecutiva del presidente Trump, casi inmediatamente después de asumir el cargo. Esa orden también aprobó el oleoducto Keystone XL, que acaba de derramar 210 mil galones de petróleo hace unas semanas.

Uno de los manifestantes presentes el año pasado en Standing Rock fue el líder de derechos civiles indígenas Dennis Banks, quien murió el 28 de octubre de 2017. El activista de 80 años, fundador del Movimiento Indio Americano (AIM, por sus siglas en ingles), ayudó a orquestar la toma por seis días de la Oficina de Asuntos Indios en Washington, y ocupó la ciudad de Wounded Knee durante 71 días. Standing Rock fue una de las peleas finales de Banks.

El asesor espiritual de AIM, Fred Short (quien una vez se desempeñó como guardaespaldas de Banks), también estuvo presente en la Ceremonia de Amanecer de este año en Alcatraz. Aprovechó la ocasión para regalar sus sagradas plumas de águila ceremonial (que ha poseído y con las cuales ha danzado durante 39 años) a Colin Kaepernick, el ex mariscal de campo de los 49, cuya protesta pacífica de arrodillarse durante la entonación del himno nacional en los juegos de fútbol, desencadenó un revuelo cultural y provocó la ira del presidente.

“Es realmente un honor darte esto”, dijo Short a Kaepernick, quien vestía una camisa con la imagen de Sitting Bull.

“Me doy cuenta de que nuestra lucha es la misma”, dijo Kaepernick a la multitud. “Todos estamos luchando por nuestra justicia, por nuestra libertad, y darnos cuenta que estamos en esta lucha juntos, nos hace más poderosos”, agregó

Es una verdad que todos deberíamos recordar ahora que inicia el segundo año del régimen de Trump. Si el año pasado nos enseñó algo es que no podemos contar con que nuestros funcionarios electos nos salven. Desde la Marcha de las Mujeres hasta las protestas por el veto a los musulmanes para viajar, incluso la manifestación nacionalista blanca de Boston White donde los contrarrevolucionarios literalmente superaron en cantidad a los participantes, todos los éxitos del año pasado han demostrado que nuestra verdadera fortaleza es el número.