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La multitud —entre 250 y 300 asistentes— se volvió loca la noche del domingo 6 de diciembre durante el trigésimo cuarto concierto Encuentro del Canto Popular que organiza anualmente Acción Latina.

Inspirado en la decisión del presidente Obama de mejorar las relaciones con Cuba, el increíblemente bien recibido programa musical —que incluyó al cinco veces nominado al Grammy, John Santos— llenó de vida y energía al The Chapel ubicado en la calle Valencia. Los músicos pusieron a la bailar a la concurrencia durante una inolvidable noche de música latina y salsa cubana.

La noche arrancó con el grupo Soltrón del Área de la Bahía. Sus diez integrantes prepararon el ambiente que habría de mover a los asistentes el resto de la noche. La variada selección de instrumentos de Soltrón incluye un controlador de viento, un instrumento parecido a una flauta electrónica, y su fusión única de música electrónica chicano-latina. La vocalista, ‘Adrianimal ‘ (Adriana Marrero), invitó a la multitud a acercarse al escenario, y la multitud respondió. Dejando atrás toda inhibición, los asistentes se acercaron bailando al escenario, hasta que prácticamente no hubo brecha entre ellos y los músicos.

A continuación de Soltrón, La Mecánica Popular, de Brooklyn, interpretó una mezcla de salsa cubana y sonidos electrónicos experimentales, que hizo lucir a todos como bailarines profesionales. El lugar se llenó de elaborados movimientos de baile similares a una coreografía. Cuatro bailarines intercambiaron pareja y bailaron al unísono, girando y haciendo movimientos graciosos.

Cuando se le preguntó a una de las bailarinas, Daniela Funes, profesora de salsa cubana en el SalSanFran de la SF State, por cuánto tiempo han bailado juntos, dijo: “Apenas nos conocimos esta noche”.

Funes explicó que conociendo los pasos básicos de la salsa y teniendo a alguien que guíe al grupo, uno puede bailar con cualquiera.

“La salsa es adictiva”, dijo Funes. “Cambia tu vida. Puedes encontrar un sitio para ir a bailar cada noche”.

El momento especial de la noche fue cuando el John Santos Sextet y su invitado especial de México, José Roberto Hernández, subieron al escenario. Con el originario de San Francisco, Santos, en las percusiones y voces, la banda mantuvo a la concurrencia entusiasmada y lista para más jazz afrocubano.

“Quiero ver a más gente joven bailando aquí” dijo Santos en medio de una canción, señalando al piso frente a él, en lo que pareció ser un recordatorio para la juventud de mantener su cultura con vida. Motivados, quienes bailaban dejaron que la música los llevara mientras practicaban sus mejores movimientos.

Después de algunas canciones, Santos invitó a los de Soltrón a subir al escenario para un palomazo improvisado. El guitarrista líder de Soltrón, ‘Mongolius Seizure’ (Manolo Dávila) subió y pidió un instrumento y comenzó a tocar una maraca, insistiendo a todos que también participaran. Otros eligieron instrumentos de percusión. Al final de la noche —además de alguno que otro curioso— la música hizo que todos bailaran confiados, sin que importara su habilidad dancística.