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Un evento de arte callejero que involucró a compañías locales de ropa, vendedores, músicos y artistas del graffiti se convirtió en un asunto controversial después de que se revelara que dicho espectáculo estaba siendo auspiciado por Maximus Real Estate Partners, la firma detrás del infame proyecto Monster in the Mission, ubicado en las calles 16 y Misión.

La Coalición Plaza 16 y otros defensores de viviendas asequibles y miembros de la comunidad alegan que el evento, llamado Hecho en la Bahía, fue poco más que una flagrante campaña de relaciones públicas diseñada para mostrar apoyo hacia el Monstruo en la Misión, que oficialmente se conoce como el 1979 Misión.

Organizado por empleados de una sociedad anónima (LLC) financiada por Maximus llamada Mission for All, el evento se realizó el 3 de marzo en la sede de dicha organizacion, que a la vez es el sitio propuesto para el proyecto.

Made in the Bay fue muy promocionado a través de varias cuentas de redes sociales de artistas y compañías de ropa, y varios artistas de graffiti fueron invitados antes del evento para pintar murales en las paredes junto al Walgreens de las calles 16 y Misión.

Nancy Pili Hernández, quien ha coordinado numerosas batallas de graffiti y festivales de arte en la Misión, dijo que se enteró del evento y se alarmó al ver que el volante incluía el logotipo de Mission for All.

“Estoy cien por ciento segura de que la razón por la cual Maximus eligió comenzar una LLC, y llamarla Mission for All, y contratar jóvenes locales del vecindario, es para dividir y conquistar la zona y poner su condominio”, dijo Hernández. “El intento de utilizar a los lugareños para convencernos de que su propuesta es buena es una táctica de dividir y conquistar”.

No es la primera vez que Mission for All ha estado en el centro de la controversia.

A principios de enero, Mission Local informó que una maestra y bibliotecaria fue engañada para que su foto apareciera como parte de la campaña publicitaria de Mission for All conocida como ‘No soy un monstruo’ cuyo costo de $46 mil fue promovida en la estación del BART de la calle 16 y Misión.

Al enterarse de la participación de Mission for All, Pili Hernández comenzó a hacer su propio difusión: “Comencé enviando mensajes de texto y llamando a un grupo de artistas de la lista para preguntarles si entendían que participar en este evento significaba apoyar la construccion del condo”, dijo Pili Hernández a El Tecolote antes del evento. “Y la mayoría no tenían idea de quién era Misión para Todos. Todos habían sido contactados por una compañía de ropa llamada Dying Breed”.

Cuando se le pidió a Dying Breed su comentario, dijeron que ser solamente vendedores en el evento más “no formaban parte de esa organización”.

“Tenemos un socio que es empleado por Mission for All, pero es una entidad completamente aparte”, dijo la compañía de ropa en su declaración.

El Tecolote se puso en contacto con el socio que confirmó, bajo condición de anonimato, que él había organizado el evento, pero negó tener alguna conexión con Maximus.

De acuerdo con los registros de Entidades Comerciales de la Secretaría de Estado de California, Mission For All, LLC fue registrada el 16 de noviembre de 2016 por Christopher Skinnell, abogado de Nielsen Merksamer con sede en San Rafael. En el formulario de registro, Skinnell enumeró la dirección comercial inicial de Mission For All como One Maritime Plaza Suite 1900, la misma dirección para Maximus Real Estate Partners.

Los registros de Entidades Comerciales muestran que el 25 de octubre de 2017, Mission for All citó a uno de sus gerentes como Larry Del Carlo, ex director ejecutivo de Mission Housing Development Corporation, la mayor organización no lucrativa de vivienda asequible en la ciudad.

El consultor de Mission for All, Gene Royale, dijo que Del Carlo le pidió asistir a una presentación sobre el proyecto 1979 Mission, en el que estaba trabajando, la cual se llevo a cabo en el Local 261 Union Hall el 4 de marzo de 2015. Royale acudió y fue testigo de la inconformidad de los miembros de la comunidad por el proyecto.

“Realmente me decepcionó la comunidad”, dijo Royale sobre la experiencia. “[La] animosidad hacia un amigo mío que sabía que había hecho una gran cantidad de contribuciones para la comunidad.. ¿Por qué asistir a algo, para escuchar, discutir, pero no permitírsele decir nada?”

Royale y Del Carlo se encontraron poco después con el vicepresidente de Maximus, Bert Polacci, y se ofrecieron a “integrar una organización”, que denominaron Mission for All.

Tenemos puntos de vista distintos sobre cómo abordar temas de desarrollo comunitario en el vecindario”, dijo Royale, explicando que su trabajo en Mission for All es capacitar a los organizadores y “cambiar el pensamiento de la gente sobre este proyecto en la comunidad. Creo que hay un trato aquí. Y que desearía que mis amigos y muchos de nuestros amigos pudieran verlo”.

Pero hay muchos en la comunidad que desconfían de cualquier acuerdo basado en confiar en que Maximus tiene en mente algo más que un beneficio.

“El arte y la cultura son parte tan importante de nuestra comunidad y giramos mucho en torno a ella, y vemos que los desarrolladores están capitalizando eso”, dijo Marilyn Duran, una organizadora comunitaria de PODER, también miembro de Plaza 16. “Esta es solo otra táctica de un desarrollador, un gran desarrollador, que… va a aburguesar y a desplazar a nuestra comunidad, utilizando la táctica del arte y la cultura para convencernos de que estamos de acuerdo con el proyecto”.